Con cara de tonto
Cuando pierdes un partido en el tiempo de descuento te quedas así, con cara de tonto. Es lo que me pasó (y también al resto de racinguistas) ayer viendo al Racing, que cuando estaba ya anotando un punto más en tu casillero después de un partido ante un equipo que fue mejor, llegó el mazazo con Robert Kenedy como protagonista.
Y llega de la forma que más rabia da, después de un cúmulo de fallos (despropósitos) en defensa. El saque de puerta de Ezkieta lo gana tan fácil el Pucela que pilla descompensada a toda la zaga. La espalda de Mantilla es aprovechada con suma facilidad por Moro, tampoco Germán puede hacerle la ayuda completa al estar con Sylla, el balón pasa delante de Mantilla y Rubén sin que pudiera despejar para que finalmente Kenedy, sin que Saúl llegase para cerrar, decantase la balanza para el Real Valladolid.
Siempre intento desligar mis análisis del partido del resultado final, aunque siempre es complicado. Ayer el Racing recobró la intensidad y el empuje que en Alcorcón o en la segunda parte del Racing de Ferrol perdió, pero no fue lo de Burgos, por ejemplo. Quizás porque en frente hubiera un gran equipo, que lo había, pero no vi el mismo bloque unido y alegre con balón de otras jornadas. Por no hablar de que te han vuelto a clavar 3 goles.
Rubén, Germán y 2 más
Una de las decisiones que no he llegado a comprender es porqué José Alberto había sentado a Rubén Alves. Tras el partido de ayer, sé que jamás lo comprenderé. Volvió a ser el mejor de la línea defensiva y formó una pareja junto a Germán que secó a Mamadou Sylla. Sólo la acción del tercer gol, en la que tiene varios nombres por delante, le privaron ayer de llevarse las tres picas.
A José Alberto le gusta mucho Dani Fernández y valora (exponencialmente) la temporada que está haciendo Álvaro Mantilla, pero de ahí a ‘cargarse’ a Rubén para que jueguen ambos nunca lo comprendí. Los laterales tampoco brillaron ayer, a Dani le encomendó la misión de tapar a Iván Sánchez, y me dio la sensación de que jugó cómodo todo el partido. Por el otro lado, Mantilla, que hizo un gran comienzo de temporada en el carril del ‘2′, ni atacó ni mostró la solidez defensiva que le venía caracterizando.
¿Y Mario?
Saúl García fue una apuesta personalísima de José Alberto. Con Romo ni calentaba y con el asturiano pasó a ser indiscutible. Comenzó esta temporada a un nivel notabilísimo, pero los últimos partidos se le hicieron bola y a raíz de medirse con Hassan, del Sporting, no ha vuelto a ser el mismo. El técnico intentó aguantarlo (el año pasado aguantar tuvo premio), pero ya vio que había que cambiar.
Y sorprendentemente, aunque lo viéramos desde el miércoles, su relevo no fue lo natural, sino Dani Fernández. ¿Por qué no juega Mario García? La explicación del que manda es que "tiene que mejorar en el día a día y las situaciones defensivas para crecer". Vale, pero el resto (salvo Mantilla) no son especialistas defensivos y 'el chaval', cuando ha jugado, ha demostrado ser un cañón en ataque.
Y con 20 años tiene que jugar. Si no es en el primer equipo, al filial, que no se le caen los anillos, como ha demostrado esta mañana contra el Oviedo Vetusta. Pero yo creo que tiene sitio arriba. Bueno, no lo creo, lo ha demostrado.
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