Como agua de marzo
Ausente ante la Ponferradina y el Andorra, la recuperación de Viera se antoja fundamental para el final de temporada de la U.D. Las Palmas.
Saltaba la noticia antes del encuentro frente a la Ponferradina, Jonathan Viera no estaba en la convocatoria. La primera en meses con pleno de jugadores de la primera plantilla. Posteriormente llegó la confirmación de boca del entrenador, “por la noche me llamó el doctor porque iba a casa de Jonathan porque estaba teniendo fiebre y se encontraba mal. Ha pasado una mala noche y no vale la pena hacer un esfuerzo”.
En principio, la baja no debería salpicar mucho más que un encuentro. Sin embargo, para el siguiente encuentro se juntaron el hambre y las ganas de comer, desplazamiento a Andorra y partido en viernes. Los amarillos viajaban a la península el miércoles, 120 horas después de concluir el partido ante la Ponferradina.
El técnico, en la previa ante los del Andorra comentaba: “Si hoy viene [al entrenamiento] y se encuentra con ganas y fuerzas, vendrá convocado. Si no, no podrá venir porque tenemos el vuelo después del entrenamiento”. Al final, el concurso de Viera frente al Andorra no se pudo concretar y por segunda semana consecutiva el capitán no pudo estar junto a sus compañeros.
No es la primera vez que los amarillos habían jugado sin su capitán, ni mucho menos. De hecho suma cerca de un tercio de ausencias a estas alturas de la temporada, siendo esta la tercera vez en el curso que tiene que parar. Aunque en las dos primeras ocasiones fueron por cuestiones musculares, tras los partidos contra el Zaragoza y el Tenerife. Se da la circunstancia además que está a una tarjeta amarilla de ver la quinta.
Es cierto que los números en grande en ausencia del capitán no difieren mucho. Cuando ha faltado Viera el equipo suma prácticamente lo mismo por partido, 2 puntos frente a 1,95 por encuentro. Y en cuanto a goles con el 21 en el campo, 1,2 a favor y 0,3 en tantos contra por partido frente a 1 y 0,6, respectivamente.
No obstante, si rascamos en la pintura vemos cómo hay un mar de fondo mayor. La posesión baja casi 10% cuando falta Viera, de 68% pasa al 59%. Aunque los goles esperados a favor se mantienen en 1,3 por encuentro, los tantos esperados en contra aumentan, pasando de 0,65 con el capitán a 1,06 sin él. Asimismo, las asistencias esperadas también sufren una caída en su ausencia, de 1,12 pasan a 0,73. Lo que explicaría que cuando juega Viera Las Palmas promedia cada encuentro 172 pases que acaban en el tercio final del campo y 12 dentro del área, mientras que cuando no está se pasa a 126 y 7,6 respectivamente. Es decir, que salvo en los goles esperados se produce unas bajadas que oscilan entre el 10 y el 40% en estas métricas.
Lo que puede indicar que Las Palmas debe hacer su pequeña reinvención cada vez que se ausenta Viera, obligándose a construir menos y tirar más de individualidades que sean capaces de generar sus propios tiros, con Pejiño como máximo exponente. En definitiva, un equipo que mantiene el nivel de goles esperados a favor pero que baja en asistencias esperadas. Menos puntadas para tejer el gol.
Esta semana se espera contar con Viera para el choque contra el Málaga, un equipo que ha ido transformándose tras la llegada de Pellicer en sustitución del viejo conocido Pepe Mel. Pasando a ser un equipo con características que suelen apurar a los canarios y en los que el concurso de Viera ayuda a tener a jugador con mayor capacidad de romper líneas con pases y sobre todo el líder.
Además, no hay que olvidar el final de temporada del año pasado de Viera, cuando anotó en los últimos siete encuentros marcó seis tantos y dio una asistencia. Todas esas acciones de gol se produjeron además en cada uno de los siete partidos. Un impulso fundamental para alcanzar el objetivo de la promoción el año pasado que querrá repetir esta temporada desde un campamento base mucho más alto que el de la campaña 2021-22.