Cissé, una ilusión de 20 millones
El gol que el canterano marcó ante el Getafe, amén de su estilo descarado, lo sitúan de inicio como referencia de un Leganés que lo blindó en su día para evitar fugas inesperadas.
Seydouba Cissé (Dabola, Guinea, 21 años) se ha convertido en la mayor esperanza de un Leganés que, sin apenas movimientos de mercado (Raba y Sáenz han sido los primeros fichajes), mira la proyección ascendente del chaval como una de las ilusiones del curso entrante. Su inicio de pretemporada (gol y partido más que sólido ante el Getafe) ha confirmado el pálpito de un club que ya en su renovación hasta 2026 lo blindó para evitar fugas imprevistas. Su cláusula, de 20 millones, invita a la negociación si algún club de superior categoría se interesa por su fichaje, algo no descartable en un periodo no muy lejano si el chico continúa con su caminar firme por el fútbol profesional.
Trayectoria que la temporada pasada acabó con Cissé debutando como internacional absoluto frente a la Egipto de Salah después de haber bordado el curso con los pepineros: tres goles en 22 partidos que lo convirtieron en el 15º futbolista con más minutos de la plantilla. Y eso que tardó en asentarse en la primera plantilla. Lo hizo con la segunda vuelta ya comenzada y de la mano de Nafti, que lo convirtió en su ‘hijo deportivo’ en la plantilla pepinera.
La costumbre del gol
“Sí, siento que tengo responsabilidad. Mucha gente espera que Cissé dé más en el Leganés el próximo año. (…) Eso es que mi temporada ha sido buena. Pero yo quiero hacerlo mejor. Crecer y ayudar al equipo a subir a Primera”, comentó recientemente en una entrevista concedida a AS donde dejó claro que lo suyo es la alegría por trabajar. Admitió que renunció a la semana extra de vacaciones que podría haberse cogido por su presencia con Guinea porque “a mí lo de estar muchos días sin trabajar no me gusta”, comentó.
Ahora esa dedicación se ha transformado en un inicio eléctrico, gol incluido ante el Getafe. De nuevo de cabeza, como también le hizo a un Huesca al que sorprendió llegando por detrás para marcar el primero de los dos tantos que hizo esa tarde en Butarque. Con aquel doblete el Leganés apuntaló la salvación. Con el del sábado ante el eterno enemigo, el chico demostró que sigue teniendo margen de mejora.
Un gesto de personalidad
Su festejo, además, estuvo cargado de personalidad: se tapó los oídos mirando con una sonrisa retadora al grupo de 200 hinchas del Getafe que se desplazaron a Butarque y que habían proferido insultos a los jugadores del Lega y al propio Leganés (también sucedió al contrario desde el sector ultra de los pepineros). El caso es que ese gesto le ha valido el resto ya de por sí elevado que le tenía una afición en la que cada vez va calando más hondo. Tanto por lo que muestra sobre el césped, como por lo que muestra fuera.
Con todo, y pese a esa cláusula de 20 millones de euros (la segunda más alta de la actual plantilla blanquiazul), Cissé sigue siendo un chico normal, sonriente hasta el exceso y ambicioso por construir una carrera prolija al sur de la capital. Todo alimentado de un entorno familiar y personal que le repite su condición de chaval novato para que no se le suba su rendimiento a la cabeza y que le recuerda que aún le queda mucho que aprender para llegar a ser ese jugador que ya apunta.