Cissé: “No me conformo, quiero crecer y ayudar a subir a Primera”
El joven centrocampista del Leganés se siente referencia del equipo, pero lejos de presionarle, le motiva a seguir dar más. “Tengo muchas ganas de trabajar con Idiakez”
Seydouba Cissé (Dabola, Guinea, 21 años) es tipo peculiar. De esos que habla no sólo con el verbo. Todo su cuerpo es un emisor de señales. Y casi siempre para transmitir buen rollo. Semáforo del optimismo que tiene en una sonrisa intensa, perenne, luz con la que darle vida a lo que le rodea. “Es que en el Leganés soy feliz”, se excusa como si respirar alegría fuera motivo para el perdón. Motivos le sobran.
En menos de un año este joven centrocampista ha pasado de promesa tapada en el filial de Leganés a estrella del primer equipo. Lo dice su rendimiento desatado con los mayores, la atracción que provoca en la afición pepinera y su presencia en las campañas de marketing del club como una figura referente. “Sí, siento que tengo responsabilidad. Mucha gente espera que Cissé dé más en el Leganés el próximo año. (…) Eso es que mi temporada ha sido buena. Pero yo quiero hacerlo mejor. Crecer y ayudar al equipo a subir a Primera”, admite con la normalidad desparramándose por sus palabras.
Como si todo lo que le ha sucedido fuera rutina y a la vez, un milagro trabajado en la constancia del día a día. Sin alardes, pero con ambición. ADN pepinero que le ha llevado a debutar con la selección absoluta de Guinea, hacerse íntimo del vestuario de Keita (Liverpool) o jugar contra Salah como quien juega contra los rivales de Tercera con los que comenzó la pasada temporada. Ahora arrancará en el primer equipo con ganas de llevar a sus compañeros al éxito de la élite. Y todo sin dejar de sonreír. Porque Cissé es feliz. Muy feliz.
Vacaciones cortas…
Pero han ido bien, con la familia y los amigos las pasé en Valencia. Tres, cuatro días…
¿Tan poquito tiempo?
Es que eso de estar mucho tiempo de vacaciones… a mí no me gusta. Me gusta trabajar. Tenía ganas de estar de vuelta al trabajo.
Es que eso de estar mucho tiempo de vacaciones… a mí no me gusta. Me gusta trabajar.
Por haber sido convocado con Guinea le correspondían más días de descanso…
Ya… pero yo tengo ganas de pretemporada. Hay muchas cosas nuevas. Nuevo entrenador, nuevo equipo, nuevo dueño… al míster no lo conozco y tengo ganas de entrar en contacto con él.
¿No sabía nada de Imanol?
No, no, pero hablé con Txema, con el director deportivo, y me contó. Me ha animado. Tengo ganas de charlar con él…
Y del cambio de dueños, ¿se ha informado?
No… mira, es que yo de vacaciones desconecto. Miro algo las redes, pero estoy siempre con la familia y los amigos…
¿No le ha dado algo de nostalgia que se marchen los Moreno? Con ellos llegó usted al club…
Un poco de pena, sí, pero los futbolistas siempre tenemos que trabajar con la gente que está en nuestros equipos, porque siempre hay muchos cambios y no puedes quedarte con lo que pasó, sino con el presente y el futuro.
A usted hace un año le dicen que iba a ser tan importante como fue… ¿se lo habría creído?
No… de verdad que no. Porque empecé sí, con el primer equipo en pretemporada, pero jugando con el filial. No pensaba que llegaría a ser titular con el equipo de Segunda, porque además, tampoco tenía continuidad con el filial…
Pero en pretemporada usted ya destacó…
Sí, es verdad que empecé bien, pero hay un momento que veo que hay mucha gente en mi posición. Y todos con una experiencia enorme. Y entonces pensé que sería difícil jugar. Tampoco el entrenador me daba oportunidades… Luego llegó Nafti y cambió todo.
Para usted fue casi como un padre deportivo…
Mira, nada más llegar, hablé con él. También habla francés, así que eso lo hizo más fácil. Y me dijo que pensaba que era jugador del primer equipo. Me sorprendió. “No míster, soy del filial”, le respondí. “Ah… vale… pues voy a trabajar contigo. Vas a venir a entrenar siempre ya con el primer equipo. Todos los días”.
Así… para empezar.
Imagínate. Me dije… ¡Qué bueno! Nafti ha sido como un padre, sí. Me llamaba, yo lo llamaba…
¿Padre estricto?
No, no… siempre me ha dado cariño. Si hacía algo en el entrenamiento y me tenía que corregir, venía y me lo decía de buen rollo. Con calma. Pero los compañeros también me ayudaron mucho…
Pese a ello, su debut fue con Garitano… En El Molinón y contra el Sporting, y nervioso no se le vio…
Yo llevaba mucho, mucho tiempo esperando este momento. Y siempre me decía: si juego, tengo que demostrar mi calidad. Recuerdo que en aquel partido íbamos perdiendo 2-0 y me dijeron: “Cissé, calienta”. Y cuando faltaban 5 minutos… a jugar. Entré y… te soy sincero, jamás había jugado en un estadio con tanta gente. Pero entré con la cabeza tranquila…
Luego tardó en regresar, ¿perdió la esperanza?
Sí, claro que se me pasó por la cabeza que quizá no jugaría más. Lo pensé. Pensé que sería difícil jugar con ellos. Pero tampoco me rendí. Cada vez que iba a entrenar con el primer equipo yo pensaba que sí, que jugaría. Que tendría más oportunidades. Que sería titular…
Y lo fue contra el Zaragoza…
Buah… mira, esa semana, estaba un día entrenando con Naim y se me acercó Nafti. Y se queda mirando a Naim y le pregunta: “Naim, ¿tú crees que Cissé puede jugar de titular?”. Y Naim… “Sí, tengo confianza en él”. Y Nafti viene y me dice: “¿Tú puedes jugar ahí? Mira que tengo a Recio, tengo a Rubén, tengo a Juan Muñoz…”
¿Qué respondió?
Que sí, que yo tenía ganas de jugar. Y me respondió: “Pues vas a ser titular”. Al día siguiente no podía dormir. Pero salió un buen partido…
“Sin el partido contra el Zaragoza, no habría jugado. Ese partido lo cambió todo. La noche de antes no dormí después de que Nafti me dijera que iba a jugar”
¿Sin ese partido habría jugado después?
No… porque ese partido lo cambió todo. Todo. Poner a un chico del filial titular en un equipo como el Leganés… es un momento crítico. Veníamos de una mala racha… Pero ese partido lo cambia todo…
¿Le habría gustado que Nafti se quedara?
En el fútbol cada cual tiene que seguir su camino. Claro, Nafti para mí fue una buena persona. Me ayudó mucho y me habría gustado que siguiera. Pero ahora sólo le deseo suerte. Si tengo que jugar contra Nafti… voy a ir a ganar, a marcar goles y a celebrarlos como loco…
¿Con qué se queda de su año debut?
Con todo… Este año ha sido un año increíble. Personalmente y mi familia hemos vivido algo genial. Cada semana leíamos algo sobre mí. En las redes, en las noticias…
¿Qué le decía su familia?
Estaban super contentos. Sabiendo que por fin los sacrificios merecieron la pena.
¿Cómo fueron sus orígenes?
Mira… mi padre es profesor de Filosofía. A él le gusta el fútbol, pero quería que yo fuera a la escuela. Decía que el fútbol era perder el tiempo. Pero yo de pequeño iba a la escuela y de vuelta me pasaba mucho tiempo en el campo de fútbol…
¿Y cómo lo convenció?
No lo convencí… (Risas). Un día en mi escuela se organizó un torneo. Y unos amigos me llamaron para jugarlo. Me dijeron que había blancos y negros que iban a ver a los mejores para ficharles. Pensé… “¡Hostia! Es mi oportunidad”. Pero mi padre no me dejaba ir.
Mi padre es profesor de filosofía, y decía que el fútbol era perder el tiempo, pero yo me las apañaba para jugar todo el día después de la escuela.
¿Cómo se libró?
Pues le dije a mi amigo que cogiera mis cosas, mi mochila y mis libros, y las llevara a mi casa. Si mi padre las veía ahí, pensaría que estaba en casa, en algún sitio, no en el torneo… y así lo jugué.
Ahí fue donde lo descubrieron…
Sí… pero no. Me llevaron a varios sitios de Europa a hacer pruebas. Al Anderlecht, a Dinamarca… Entonces me llevaba el padre de Ilaix Moriba, y me pidió que fuera a Barcelona. Hizo varios vídeos con mis partidos en varios de esas pruebas y lo mandó a varios clubes. El primero que respondió fue el Leganés.
¿Para fichar ya?
Primero, para hacer una prueba. Y el viaje fue… increíble. En aquel momento el Leganés estaba en Primera, jugando contra el Real Madrid, el Barcelona… y me dije: “Tengo que darlo todo para quedarme”. Y salió bien.
En este Leganés usted se ha convertido en referencia…
Sí, siento que tengo responsabilidad. Mucha gente espera que Cissé dé más en el Leganés el próximo año. Ves que me han elegido para las campañas de las camisetas…
Tiene una replica tamaño gigantesco en la tienda…
Pues cuando lo veo, sólo puedo sonreír y pensar… ¡Estoy en mi casa!
Ídolo para la afición, está claro.
Eso es que mi temporada ha sido buena. Pero yo quiero hacerlo mejor. Crecer y ayudar al equipo a subir a Primera.
Si le pongo un papel para firmar repitiendo la misma temporada en lo personal… ¿lo firma?
No… Yo quiero más… Por eso tengo ganas de volver a entrenar. De empezar a entrenar con el nuevo míster, otra vez en un Butarque lleno… tengo muchas ganas.
Ahora es usted internacional absoluto con Guinea.
¿Ves? Lo que te decía. Un año increíble. Es que hace un año yo no me creería que jugaría con Keita [jugador del Liverpool]. Este momento ha sido increíble.
Es su ídolo
Correcto…
¿Cómo lo conoció?
A ver… es que yo antes de coincidir en la selección, ya lo había conocido porque el entrenador de mi academia era el mismo que tuvo él. Y él, mi míster, le habló mucho a Keita de mí. Le decía: “Tengo un jugador que se llama Cissé, que juega como tú, que es parecido…”
Le debe una cena a ese entrenador…
(Risas). Y tanto le picó tanto la curiosidad a Keita que un día estando de vacaciones en Guinea, me llamó para cenar y allí se portó de 10. Me dio consejos, me regaló botas… Así que cuando llegué a la selección, ya lo conocía… pero aún así fue increíble.
Debutó contra la Egipto de Salah, quizá el mejor jugador de África…
Jugar contra Salah, tenerlo al lado fue un sueño. Estar en ese mismo terreno de juego…
¿Le costó concentrarse?
Una vez que comienza el partido, yo me concentro sólo en el partido. Pero sí, tuve un par de jugadas que me crucé con él, fui al choque… Luego después del partido fue a saludarle y fue muy amable. Me deseó suerte. Muy educado.
Para la temporada que viene… ¿ascender es el objetivo?
Sí… va a ser difícil, pero es posible. Si jugamos todos con ganas, como un equipo, se puede hacer mucho. Hay buena base… pero no será sencillo. La segunda es compleja.