Chen esta vez se sale con la suya
El mercado de verano, a la espera de una sorpresa, arroja un beneficio neto de 33 millones a un Espanyol que venía de tres años de pérdidas y que, eso sí, con tal equilibrismo debe ascender.
Echaba balones fuera Fran Garagarza el lunes, en la evaluación del periodo de mercado estival, cuando se le preguntaba por si Chen Yansheng, presidente del Espanyol, le había felicitado. No sería para menos, desde el punto de vista del también propietario, ya que al fin se ha salido con la suya: completar una ventana de altas y bajas con una plantilla a priori competitiva –para Segunda, eso sí– y, a la vez, consiguiendo un saldo increíblemente positivo desde el punto de vista financiero. A la espera, eso sí, de una remota sorpresa en forma de fichaje de un futbolista libre.
“Hay que preguntarse el plan de viabilidad y el rendimiento/precio”, apreciaba Garagarza, como fórmula para aceptar o desdeñar ofertas por los principales activos del club. El verano concluyó con la sonada venta de César Montes al Almería, en la última hora del mercado, por 14 millones de euros, casi el doble del montante de su compra hace sólo ocho meses y a apenas un millón de su cláusula de rescisión.
Pero también salió Sergi Darder, por ocho millones al Mallorca que son razonables en la medida en que el ya excapitán quería irse sí o sí, y además se despacharon por tres millones a Tonny Vilhena y Luca Koleosho (que había jugado 56 minutos en Primera) a Panathinaikos y Burnley respectivamente, los dos pactados por Víctor Gómez con el Braga, 1,5 finalmente del Samsunspor por Nany Dimata y 500.000 euros, a priori, por la cesión de Joselu Mato al Real Madrid, que se lo puede quedar por otros 1,5.
A esos 36,5 millones en ventas sólo tiene que restar Chen 3,1 millones invertidos en incorporaciones. Casi todos, 2,5, los capitaliza la compra de Pere Milla desde el Elche, y los 600.000 euros restantes ha costado Salvi Sánchez, del Rayo Vallecano. Viendo la botella medio vacía, el Espanyol ha perdido a toda su columna vertebral salvo a Fernando Pacheco. Vista medio llena, ha conservado a futbolistas esenciales como Nico Melamed, Javi Puado e incluso Martin Braithwaite, y ha sumado hambre, como el de Keita Baldé, cedido con opción de compra desde el Spartak de Moscú.
Punto aparte el aspecto económico. Venía Chen de cerrar con pérdidas no uno ni dos sino tres ejercicios consecutivos, con cantidades tan relevantes como los 11,4 millones de la temporada 2020-21, los 19,9 de la 2021-22 y los nueve que se habían presupuestado para la campaña anterior, que con el descenso se pueden haber incrementado considerablemente. Ahora, sin embargo, podrá enjugar deuda, ha cerrado el mercado con un límite salarial en positivo y dispone de margen ya sea para un fichaje libre ahora, para una eventual inversión en invierno o, como se espera desde la entidad, para la próxima temporada. E incluso para presentar un club más saneado para eventuales compradores, llegado el caso.
Resulta curioso que el mercado más rentable de la era Chen desde el punto de vista financiero se haya producido en Segunda, y con el objetivo único del ascenso. Tras la anterior caída a los infiernos, en 2020, el club vendió a Marc Roca por nueve millones al Bayern de Múnich y a Gonzalo Ávila ‘Pipa’ por 700.000 euros al Huddersfield. Y ya está. Y la única gran lluvia de millones vista hasta la fecha se dio en unas circunstancias opuestas a las actuales: cuando el equipo se clasificó para Europa.
En el verano de 2019, ingresó el Espanyol 48,5 millones de euros entre las ventas de Borja Iglesias al Betis por 28, la de Mario Hermoso al Atlético de Madrid por 12,5 (el otro 50 por ciento se lo llevó el Real Madrid) y la de Aarón Martín al Mainz 05 (tras un año de cesión) a cambio de ocho. Pero en aquella ocasión, entre el verano y sobre todo un invierno de altísimas urgencias, acabó el club por gastarse más de 60 millones en refuerzos que no evitaron el descenso.
Sólo el tiempo, en primera instancia hasta el mercado invernal que abre en enero y sobre todo hasta el desenlace deportivo de la temporada, para comprobar si la política de Chen y de su nuevo aliado Garagarza, bajo la supervisión como CEO de Mao Ye, ha funcionado. Por ahora, el propietario sí ha conseguido el primero de sus objetivos: convertir el gasto en cuantiosos ingresos.