Cédric se despide del Pucela
El delantero, que apunta a Las Palmas, dice adiós al Real Valladolid después de dos temporadas y de un final más agrio que dulce.
La relación de Iván Cédric y el Real Valladolid acabará alejada de lo que prometía ser hace diez meses, cuando el sueño de una noche de verano parecía un para siempre, un amor en el que los goles fueron besos de esos que luego caen en saco roto. Pese a ello, a pesar de que que no volvió a competir desde antes del cierre del mercado de enero, cuando pudo salir pero se le cerró la puerta, el hispano-camerunés se ha despedido en sus redes sociales sin un reproche de afición y club, antes de emprender un nuevo destino, seguramente, en Primera División.
“Ha sido un orgullo defender la camiseta del Pucela y tener la oportunidad de debutar en el fútbol profesional”, indica el delantero en su misiva, en la que se muestra “eternamente agradecido” a cuantas personas le acompañaron en estos dos años: “A compañeros, entrenadores, trabajadores del club y, sobre todo, a una afición tan especial, a la que siempre llevaré conmigo”, prosigue ‘la pantera’, que dice llevarse “muchos recuerdos” de estos dos cursos y quedarse “con la tranquilidad de haber aportado en este ansiado ascenso a Primera”.
Este adiós se produce mientras su futuro está cerca de terminar de dilucidarse, con la UD Las Palmas como destino más próximo, después de que en septiembre fueran varios clubes de Primera y Segunda los que preguntaron por él una vez completó una pretemporada rutilante, incluido un hat-trick al Rayo. Atlético de Madrid, Celta o Granada quisieron incorporarle a su filial y el Amorebieta lo quería para su primer plantel, pero la situación que vivía el blanquivioleta jugaba en contra de cualquier salida, como hicieron los dos goles que hizo en los dos primeros triunfos en Liga.
Aunque su contrato contenía una cláusula unilateral de renovación, el mismo club dudaba sobre si ejecutarla al no tener del todo claro su validez y le realizó una oferta que enquistó todo: con las partes alejadas, y pese a la voluntad que las dos decían tener de querer seguir, llegó enero y todo se acabó de torcer. Si primero Pezzolano ordenó retirarle la taquilla y después realizó declaraciones en su contra, luego dejó de jugar hasta en el Promesas. Entonces, el que será su futuro club se planteó acometer su fichaje, pero la negativa a dejarle salir terminó llevándole a pasar los últimos meses en la grada, sin competir, aunque entrenándose con el filial.
En dinámica del conjunto de Álvaro Rubio se le vio con frecuencia, participando de las celebraciones de la salvación, como estuvo sobre el césped durante los festejos del ascenso, a pesar de que, como otros canteranos que también jugaron en Liga, no fue incluido en las creatividades del equipo de diseño. Sin embargo, como quiera que disputó 12 partidos, alcanzó los 589 minutos e hizo esos dos goles contra el Sporting y contra el Cartagena, el ascenso también le pertenece.
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