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LEVANTE

Catalán: “Hemos arriesgado más de la cuenta por el ascenso”

El presidente del Levante analiza el reconocimiento de la Copa de la España Libre, las posibilidades de ascenso directo e incluso el ‘caso Negreira’ para AS.

Quico Catalán posa con el trofeo Copa de la España Libre de 1937.
DAVID GONZALEZ ARENASDiarioAS

Quico Catalán (Valencia, 1975), exultante tras el reconocimiento oficial de la Copa de la España Libre, ya solo piensa en clave ascenso. Sería su tercera promoción en sus casi 14 años de mandato en el Levante, que finaliza en diciembre de 2023. “Si estamos más de un año en Segunda División todo va a tener que adaptarse”, advierte. El presidente granota analiza el reconocimiento oficial de la Copa de la España Libre de 1937, las posibilidades de ascenso del club e incluso el ‘caso Negreira’ en la entrevista con AS.

El reconocimiento oficial de la Copa de la España Libre

Venimos de unos de los días más importantes de la historia del club. El Levante tiene reconocido su primer título. ¿Cómo se siente?

Muy orgulloso, muy feliz y sobre todo muy tranquilo, porque al final era una responsabilidad. Durante muchos momentos entiendes que no hay motivos para no reconocer oficialmente el título. Esa presión y ese convencimiento de que están confundidos y que no era justo te lleva a vivir situaciones complicadas. La satisfacción es máxima. No por el hecho en sí de tener un trofeo o una Copa, porque al final es algo material, sino por el reconocimiento a parte de nuestra historia. Al final, yo creo que es algo más que un trofeo. Supone el reconocimiento a unos valores, a unos comportamientos, a la valentía de unos futbolistas que en un momento muy delicado de nuestro país, que yo creo que a través del fútbol transmitieron muchas cosas. Sobre todo dieron mensajes de felicidad en plena vorágine. Esos goles alegraron a la gente... Yo creo que supera todos los límites de un trofeo. Por tanto, es una satisfacción muy grande, porque eso es Levante y de alguna forma se tenía que reconocer. Han pasado 86 años, pero estamos aprovechando para ponerla en valor más si cabe. Lo que tenemos que hacer ahora es asumir el reto de que todo eso que hemos aprendido y heredado tenemos que transmitirlo, y ese tiene que ser el gran reto no del club, sino de la afición, porque esta Copa es de la afición. Es homenajear a esos valientes y que la afición entienda que es un gran legado que tenemos que defender.

La verdad que la historia es brutal. Desde cómo se encuentra la Copa hasta la lucha política por conseguir el reconocimiento de la RFEF.

Yo creo que ha sido muy bonito. Quizá se ha alargado de más la espera, pero ha sido algo apasionante. Yo creo que se han juntado muchas cosas y al final mucha gente ha participado de todo esto. Creo que todos han aportado su papel. Desde la propia afición en momentos puntuales, partidos políticos, dirigentes... Yo creo que es un éxito de todos y por eso hay que felicitar y dar gracias a todos por el trabajado realizado. Ya los últimos tiempos éramos muy conscientes de que estábamos muy cerca de conseguirlo. Se había abierto una nueva vía de investigación con Emilio Nadal, con reuniones con el Sevilla FC a través del departamento de patrimonio histórico del club. Esa nueva vía nos permite a través del departamento jurídico argumentarla, matizarla y reforzarla. Al seguir investigando encontramos nuevas vías y argumentos de peso que reforzaban la tesis. Eso era maravilloso. Luego, la política, por todos es reconocido que la Ley de Memoria Democrática nos daba un confort y unas garantías. Por eso en los últimos meses no teníamos la certeza pero sí el convencimiento de que esto se iba a dar más pronto que tarde. Tenían que darse ciertas cosas para tener el paraguas de la ley para que la Federación estuviera más cómoda con la decisión. Al final la Federación aceptó las nuevas tesis y luego aparece la ley. Estamos muy contentos por este reconocimiento.

A parte del reconocimiento a los valores y la historia, también es marca para el Levante.

Es así. Efectivamente, es así. Es muy bonito porque te posiciona en lugar de privilegio con otros clubes importantes, o los más importantes de este país. Es verdad. Pero yo creo que, siendo así, siendo verdad y teniendo que poner en valor todo eso, el objetivo que hemos perseguido todas las personas que se han involucrado en el proceso no era ese. Yo creo que eso es una consecuencia de lo otro. El objetivo que pretendíamos todos era que se hiciera justicia a un momento determinado de nuestra historia, en el que conseguimos algo único. Evidentemente, ya conseguido eso, tenemos que poner en valor que hoy la marca Levante se posiciona a otro nivel. Claro que sí.

Me gustaría preguntarle por esa otra gente involucrada. En el mundo del fútbol los actores son los jugadores, entrenadores, presidentes... en este caso es un reconocimiento a esa gente que está detrás, como Emilio Nadal, por ejemplo.

Para mí es especial, porque uno de los objetivos que perseguíamos era recuperar historia del club. Poner en valor nuestra historia, y para poner en valor nuestra historia hay que contarlo. Nosotros hace unos años tomamos la decisión de ‘cargarnos’ al jefe de prensa del primer equipo (Emilio Nadal) para dedicarse a una nueva área de trabajo en el club, que era la de patrimonio histórico. La defensa de nuestro patrimonio histórico. Indagando, investigando y buceando por donde sea para poner en valor nuestra historia. Empezando por buscar en todas las esquinas del estadio donde pudiera haber un documento que hable de nuestra historia. Aquello no fue fácil, fue una decisión, una más, de una persona como Emilio que es un gran levantinista, historiador... Es que cumplía todos los requisitos. Para mí es una felicidad. Lo comentaba con Alberto Gil (jefe de comunicación del club): ‘¿Te acuerdas cuando tomamos esa decisión? Se lo transmitimos a Emilio en este mismo despacho. Para él, que tiene un perfil especial, diferente, levantinista, historiador, es la leche... Yo me alegro mucho por él porque cierra un círculo de alguna forma. Debe ser una sensación especial para él y para muchos que han trabajado por este reconocimiento. Se ha involucrado mucha gente del club y hemos tenido mucha ayuda de fuera. Hemos trabajado como un gran equipo que se evidencia en la figura de Emilio, porque realmente es la cara visible de esta historia.

¿En esa búsqueda de la historia del club ha habido algo más que le haya llamado la atención?

Mira, lo bonito de ese departamento es que no tiene fin. Me acuerdo de esas primeras conversaciones en las que le proponía que podía hacer lo que quisiera, que pensara en grande. En ese momento no existía el museo virtual, ni el proyecto de hacer algo físico en el estadio. Habían cajas y almacenes de documentos, sólo pensábamos en recabar la mayor información posible. Han aparecido joyitas que tenemos que poner en valor y que se están poniendo en valor, pero este club es muy peculiar en muchas cosas. Por ejemplo, no hay ninguna foto de Cruyff con el escudo del Levante. Ni va a haber ninguna foto de Cruyff con el escudo del Levante, porque esa temporada, no sabemos por qué, no se llevaba escudo en la camiseta. Luego lees contratos, muchas curiosidades... Otra fue cómo vino Caszely al Levante y por qué. Hay muchas historias, por eso es tan apasionante el área de trabajo de Emilio, para él es un sueño. Es como estar en un parque temático. Además, es una persona que se ha preparado para... licenciado en historia y con su tesis doctoral. En este departamento no hay techo. Hace unos días me encontré con el hijo de Blas Escrig, un personaje de la historia de este club, gran dirigente, y me comentó que tenía pendiente el banderín de un partido histórico.

Interactuar con la afición es muy bonito en ese sentido, porque todos tienen un tesoro en casa. Hoy he tenido una reunión en este despacho con una persona que trabaja en el club que me ha comentado que tiene una camiseta de su padre que jugaba en el Atlético Levante, el filial, el mismo año que jugaba Cruyff. Me dijo que no tenía escudo, pero ya sabíamos que esa temporada no se lucía en las camisetas por el trabajo del departamento histórico. Le he dicho que la traiga, que queremos verla. Por desgracia, y no quiero cargar con la gente que estaba antes, en este club no hemos sido demasiado cuidadosos con nuestra historia. En lo que conlleva archivarla, organizarla y cuidarla. Pero nuestra obligación ahora es ordenar todo lo que tenemos y todavía queda mucho trabajo por delante.

Entiendo que la intención es que ese trabajo se lleve a la realidad con un museo en el estadio.

El museo virtual del Levante es un pasote. Realmente no somos conscientes del trabajo que hay metido ahí dentro y de lo que nos ayuda a conocer la historia de este club. La gente alucina cuando lo ve. Pero todavía hay mucho por hacer, claro que sí. Ese museo virtual es la antesala de ese museo físico que queremos hacer en este estadio y que queremos desarrollar en la segunda fase de la reforma del estadio. Ya estamos soñando en nuestras cabezas porque pensamos que es poner en valor de una forma muy real y evidente nuestra historia.

De hecho, ahora tenemos una exposición que está realizando la Diputación, liderada por Xavier Rius, que ha hecho también un trabajo encomiable en el reconocimiento de la Copa, en el Museo Etnológico. Ya dije en la Junta General de Accionistas que es necesario que todos los niños de nuestra escuela vayan al museo para que conozcan parte de nuestra historia. Para ellos es una historia muy lejana, lo es para mí, que tengo 47 años, pero es necesario darse cuenta de dónde venimos y cuáles son nuestros orígenes. Queremos tocar la fibra sensible de la gente, que lo sienta como algo propio, generar sentido de pertenencia. En ese sentido, creo que el mayor tesoro que pueda tener yo es el sentimiento heredado de mi padre, de mi abuelo, por ser del Levante. Eso nunca lo voy a perder y es algo que queremos construir.

Los proyectos futuros, su mandato y el ascenso

Del pasado, al futuro. La Ciudad Deportiva de Nazaret, más cerca.

Yo empecé con esta historia en octubre de 2013. Casi han pasado diez años y ya está ahí. Es un sueño porque creo que es un salto de calidad para el club, aunque seguramente ha venido en el peor momento en estos diez años. No me podía imaginar nunca que pudiera tardar tanto en materializarse. Hemos estado muy bien en estos diez años para idearlo y ponerlo en marcha, pero llega en el peor momento. Es así, pero habrá que digerirlo y afrontarlo.

Efectivamente, estamos en la recta final. Esta semana hemos hecho una frase previa dentro del proceso de licitación para una preclasificación de empresas constructoras que entiendan que pueden aportar valor y están capacitadas para llevar a cabo la obra. En ese sentido, en los próximos meses el objetivo es iniciar todo ese proceso de licitación y a ver si llegamos a verano para iniciar esas obras.

Por matizar, explique por qué llega en el peor momento.

Llega en el peor momento por todo. Por la situación del coste de los materiales, porque venimos de una pandemia y hay una guerra aquí al lado que complica la situación de la economía, pero sobre todo por la situación del propio club. A mí no me daba respeto hace tres años y hoy me da más respeto, porque estamos en Segunda División. No es tan fácil. A nosotros nos ha hecho mucho daño estos dos últimos ejercicios. Muchísimo.

Tanto que hemos estado once años trabajando de una forma, con un equilibrio económico-financiero, y hoy estamos en Segunda después de dos años de generar una deuda de 43 millones de euros. No es el mejor momento como club, por eso es tan importante el ascenso. Tenemos que volver al equilibrio, a esas ratios de solvencia y endeudamiento previos a la pandemia. Durante once años nuestro EBITDA era de dos cifras. Tenemos que volver a eso. Competir en los terrenos de juego y llevar una gestión. El ascenso es fundamental para eso. Es necesario.

El ascenso, ¿una obligación?

Una obligación. Sí, sí. A parte, lo hemos afrontado como tal. Yo creo que no nos hemos escondido desde el primer día. Nosotros pusimos todo encima de la mesa para tratar de conseguir el ascenso. Yo creo que hasta nos pasamos de la raya, hemos arriesgado más de la cuenta. Pero es tan importante el ascenso que teníamos que poner todo al servicio de un entrenador y que el campo nos devolviera a Primera División. En eso estamos. Por eso en agosto, cuando cierras el mercado, piensas: ‘esta es la plantilla’. Ya está. Éramos conscientes de que tenía que pasar algo extraordinario para que en el mercado de diciembre pudiéramos hacer algo. Primero, no podíamos hacer nada y, segundo, nadie iba a venir a por un jugador nuestro, ni íbamos a facilitar una salida para cambiar cromos. Nosotros antepusimos el potencial deportivo ante cualquier otra cosa.

¿Qué importante es a todos los niveles el ascenso? O, planteándolo de otra manera, ¿qué consecuencias tendría para el Levante no ascender?

¿Cuán de importante? Todo lo que puedas pensar y más. Dentro de unos días voy a cumplir catorce años en esta entidad y en este tiempo hemos estado once años en Primera División. Las exigencias de Primera hacen que la estructura del club vaya evolucionando y te vas adaptando a las estructuras organizativas de la élite. Si nosotros estamos más de un año en Segunda División todo va a tener que adaptarse a las exigencias y a los ingresos de la categoría de plata. Este año se puede mantener, como lo mantuvimos hace seis años, con el anterior descenso. Pero si no subimos, el año que viene no tienes ayuda al descenso y por tanto tienes que adaptar todo, lo que supone un cambio radical. En otras cosas, porque vienes de once años en Primera, disfrutando, creciendo, evolucionando y transformando el club. Por eso el no ascenso lleva consigo esas cosas.

Recuerdo que en pretemporada estaba especialmente ilusionado por el proyecto. Cuando se apuesta tan fuerte en verano y ve que las cosas no empiezan a funcionar a principio de temporada, ¿cómo se sentía?

Fueron momentos duros, sinceramente. Porque yo creo que para nadie en nuestra cabeza estaba que el inicio iba a ser como fue, que no iban a llegar resultado y tampoco las sensaciones eran buenas. Lógicamente, la situación te invitaba a tomar decisiones. Fue una pena porque era una apuesta de la dirección deportiva y se apostó por un entrenador que luego no sale bien (Mehdi Nafti). Esa apuesta tuvo sus cosas buenas, porque creo que Mehdi durante el verano hizo cosas muy buenas y muy positivas para el grupo y los jugadores. No era fácil coger un vestuario descendido y creo que recuperó la cabeza de muchos futbolistas y les hizo ver la importancia de trabajar duro durante una pretemporada y que había que hacer grupo. En ese sentido se consiguió, pero en el fútbol las exigencias son mayores y los resultados no se daban. No estuvimos al nivel y tuvimos que cambiar. Habíamos proyectado el futuro con mucha ilusión y éramos muy conscientes de lo que nos estábamos jugando. Lo que sí que éramos conscientes era de que todavía estábamos a tiempo de cambiar. Corregir eso era necesario, y si el que viniera a liderar el proyecto era capaz de reconducir la situación, todavía se podía conseguir el objetivo.

Con la apuesta por Calleja el equipo retomó el rumbo. Ahora viene un tramo de partidos con Eibar, Mirandés, Las Palmas y Alavés. ¿No sé si siente que es ahí donde se juega el equipo el objetivo?

Estamos en la fase final, en la que tienen que aparecer todos. Estamos en un lugar de privilegio porque depende de nosotros mismos subir de forma directa. Yo creo que ese es el mensaje. El ascenso depende de nosotros mismos. Lo que tenemos que hacer es estar al nivel. Ni más ni menos. No buscar excusas ni mirar a otro lado. Darnos cuenta de que estamos en la recta final y estos ocho partidos tienen que marcar un antes y un después. Los jugadores tienen que ser conscientes de que pueden hacer historia en este club. Ellos son muy conscientes de lo que nos jugamos y de lo que supone un ascenso para el Levante. Yo tengo claro que vamos dar la cara. Estoy convencido.

Posiblemente los enfrentamientos directos te van a marcar, porque todos nos enfrentamos entre los que estamos arriba. Yo creo que van a ser claves esos enfrentamientos directos y ahora tenemos el primero en Eibar. Va a ser ahí donde esa apuesta del mes de agosto, el sobrepasar unos límites, el querer que los mejores estuvieran con nosotros, tiene que dar sus frutos.

Teniendo clara la hoja de ruta y haciendo un gran esfuerzo por retener a los mejores, sorprendió desde fuera la apuesta por un entrenador con poca experiencia como Nafti.

Mira, yo siempre he actuado de la misma forma y no voy a cambiar, y este Consejo actúa de una forma y no va a cambiar: la dirección deportiva en este club siempre ha sido el máximo responsable a nivel deportivo y siempre hemos hecho lo que nos han dicho. Cuando no se han cumplido las expectativas o los objetivos se han tomado decisiones en ese sentido. Para lo bueno y para lo malo, Felipe Miñambres tenía claro la plantilla que quería construir. Yo creo que es una gran plantilla, está claro que todas tienen carencias, hasta el Real Madrid, el Barcelona y el Bayern de Múnich.

Felipe se tomó un proceso de análisis y se reunió con muchos entrenadores y al final entendió que era Nafti. Ante eso, cumpliendo con nuestra forma de ser y entender, accedimos. Si lo analizas fríamente, es verdad que probablemente por curriculum y experiencia no era el adecuado, pero cuando tu director deportivo se ha reunido con todos los candidatos y te dice que tiene a la persona indicada, tienes que confiar plenamente. Tienes que confiar en él. De la misma forma que Javi (Calleja) estaba en esa terna. Luego cambió uno por otro. Calleja era la segunda opción de Felipe en verano. Son errores que cometes. Mehdi y su cuerpo técnico son gente magnífica, pero a lo mejor no era el momento para coger al equipo en verano.

Dos de los nombres propios por los que se hace un gran esfuerzo son De Frutos y Campaña. Son casos distintos porque De Frutos tiene contrato, pero Campaña finaliza en junio. Son dos escenarios de jugadores que tienen que aparecer en el momento clave, pero ya veremos qué pasa con ellos a final de temporada.

Totalmente. Son dos de los grandes jugadores de esta plantilla que tienen que dar un paso al frente y demostrar que porque son baluartes y porque son tan importantes en todos los sentidos para el equipo. El caso de Campaña no me preocupa que acabe contrato en junio, su compromiso es máximo y siempre lo ha sido. Lo único que espero es que podamos contar con él todos los partidos de aquí a final de temporada y que vuelva a dar lo máximo de sí mismo.

El caso de De Frutos es verdad que tuvimos hasta el último día de mercado una oferta por parte del Getafe (de diez millones de euros) para venderlo, pero quisimos apostar firmemente por el ascenso. Para conseguirlo, bajo el criterio de la dirección deportiva, tener a Jorge era muy importante. Él tiene una ilusión máxima de devolver al equipo a Primera División y en verano ya veremos. El interés por De Frutos de distintos clubes es manifiesto. Veremos qué pasa en verano.

Otro de los nombres propios es Iborra, cedido por el Villarreal, y con el que hay un acuerdo para seguir en caso de ascenso. Si no se consigue, ¿qué ocurriría con él?

El sueño cumplido por parte de todos que materializamos el verano pasado era ese: que volviera a casa, se consolidara y se retirara con la camiseta del Levante el día que sea. No sé cuándo será ese día. Para eso lo hicimos. Efectivamente, si estamos en Primera División hay un acuerdo cerrado con el Villarreal. Si no dieran esas circunstancias pues habrá que hablar y habrá que ver qué se hace. Pero la idea de todas partes era esa.

Dibujando un escenario negativo, si no se diera el ascenso ¿qué ocurriría con ese núcleo joven formado por los Pepelu y Cárdenas?

Bueno, tienen contrato en vigor, imaginemos que estamos en el Levante en Segunda. Pues habrá que seguir peleando, habrá que seguir remando o veremos el mercado qué nos ofrece, pero evidentemente nuestro sueño es que todo ese trabajo, con ese cambio generacional que estamos aportando, con esos jugadores que han salido de la cantera y que están teniendo un protagonismo se consolide.

Esperamos seguir viéndolo, porque es nuestro objetivo que en los próximos años ellos puedan ser figuras y referentes en el club. En este momento más no te puedo decir porque no sé qué puede pasar. Pero vamos a pensar que estamos en Primera y que Pepelu será uno de los capitanes, como lo es ahora en Segunda, y que Cárdenas sigue con nosotros, aunque vengan ofertas importantes. Ese tiene que ser nuestro pensamiento ad día de hoy.

Otro escenario a futuro es diciembre de 2023. Más allá de lo que ocurra deportivamente con el Levante, finaliza su mandato. Ha presentado un proyecto hasta 2027, ¿qué depara el futuro para Quico Catalán?

Lo que hicimos es trabajar en un plan estratégico de cinco años, porque un plan tiene que tener un horizonte. Tres o cinco años, a lo sumo. No tiene porqué condicionar la continuidad de unos o de otros, yo creo que nuestra obligación es trabajar bajo una hoja de ruta y saber lo que pretendemos, en el amplio sentido, consiguiendo los objetivos que nos hemos marcado. Los objetivos son sociales, económicos, deportivos, institucionales... Es mucho más fácil trabajar así que hacerlo sin un rumbo.

Sinceramente, es que no pienso en qué va a pasar en diciembre, en junio o en julio. Estoy en clave ascenso a full. No me entra otra cosa en la cabeza más allá del día a día del club y el conseguir el ascenso. No es prioritario para mí, ni es urgente, ni me tiene que cambiar la vida lo que ocurra en diciembre. Evidentemente, cualquier escenario se puede dar y lo primero que tendrá que pensar este Consejo es si estamos con fuerzas y podemos aportar nuestro granito de arena y ser una alternativa para que la Fundación y los accionistas elijan. Pero eso creo que tiene que venir dentro de unos meses. Ahora no.

Más allá de lo que ocurra en diciembre del 2023, el Levante tiene por abordar dos proyectos muy ambiciosos: la segunda fase de la reforma del Ciutat de València y la futura Ciudad Deportiva de Nazaret. ¿A Quico Catalán le gustaría liderar esos proyectos?

Hombre, claro, por supuesto que sí. Cómo no. Todo aquello que sea Levante y que hayamos proyectado y desarrollado... pues sí, me apetece. Pero eso no me tiene que confundir. Cuando pasen estos próximos meses ya analizaremos todo bien. También es verdad que muchos de esos proyectos yo pensaba que se iban a iniciar mucho antes, lo hemos comentado antes en la entrevista. Yo no pensaba que íbamos a llegar a 2023 sin la Ciudad Deportiva acabada.

Por desgracia para nosotros, la burocracia nos ha llevado a esto. Pero yo creo que hay que pensar en lo mejor para el Levante, al menos yo pensaré qué es mejor para el Levante. Luego pensaré en mí y con el Consejo pensaremos todos juntos si nos vamos a presentar como alternativa o no. Pero bueno, ya vendrá eso.

En algunas ocasiones ha diferenciado al Quico presidente del Quico persona. ¿En lo personal le gustaría seguir en el Levante?

¿Al Quico persona?... A ver, sí, por un lado. Claro, por supuesto que sí. Cómo no. Lo que pasa es que el Quico persona tiene familia, tiene otros sueños, que no profesionales, otras obligaciones. A lo mejor han sido 14 años muy exigentes que el Quico persona ha hipotecado muchas cosas para dárselas al Quico presidente. Igual después de tanto tiempo el Quico persona alza la mano y dice: ‘a lo mejor es momento de pensar en otras cosas, de pensar más en tu familia, no hipotecar tantos momentos’. Pero no sé, aquí al final lo que es evidente es que para seguir aquí voy a necesitar otra vez más el respaldo de mi gente: de mi familia, mi mujer y mis hijos, mis hermanos, mi madre, de todo el mundo... Porque si no esto es imposible. Se puede separar, pero al final es una decisión conjunta de esas dos facetas. Yo intento ser muy persona en el Quico presidente, intento que el corazón esté siempre presente en la toma de las decisiones junto al raciocinio, porque entiendo que la dirección de un club como el Levante el hecho de que el presidente sea persona es esencial y fundamental. Un presidente tiene que ser ante todo persona. En esa cercanía, en el estar y el entender, porque nosotros somos en muchos aspectos un club muy peculiar, por eso es necesario que la persona esté siempre muy presente.

A modo de reflexión, de sus 14 años de mandato, once han sido en Primera. Este Consejo tan sólo ha afrontado una temporada en Segunda tras un descenso. Si no se consigue el ascenso, ¿serviría como un ejercicio de responsabilidad o aprendizaje para volver a poner las cosas en su lugar?

Sí, pero yo quiero aprender en Primera. De hecho, tenemos un ejemplo aquí al lado, el Valencia. Lo que está sufriendo su afición, lo que está sufriendo el Levante... No somos conscientes de lo importante que es para conseguir un objetivo que la afición vaya a la par que la plantilla. No podemos pensar que la solución es vamos a caer para aprender y luego recuperamos. No, no. Vamos a aprender en Primera División, sufriendo al máximo. Es decir, el aficionado del Valencia o del Levante no puede querer utilizar el resultado deportivo para solucionar otras cosas. Entre otras cosas, porque el que primero se hace daño es el propio aficionado. Si fuera aficionado al Valencia querría al equipo en Primera División, no quiero al Valencia en Segunda. Como aficionado al Levante, quiero al equipo en Primera y no en Segunda. Esa es la reflexión. Entiendo lo que quieres decir, pero vamos a subir. Hay que subir.

Es como el año pasado, en un momento a lo largo de la temporada hice un llamamiento de que no nos podíamos autodestruir. Ni vamos a ascender a Primera en la jornada 18, ni vamos a descender a Segunda en la jornada 18. Luego, el tiempo, al final te demuestra, como decía el sabio Luis Aragonés, que pase lo que pase tú tienes que estar bien posicionado porque en las últimas diez jornadas es cuando se decide todo. El aficionado tiene que entender el papel fundamental que juega en esta historia. Yo entiendo el sufrimiento máximo, entiendo los pitos hacia mi persona, pero lo primero es tu equipo, tu club y sacar los puntos para salvarse o para subir. Porque al final Quico, Peter Lim, Florentino o Laporta se irán, pero tú te vas a quedar.

Yo soy aficionado y quiero que el Levante esté el año que viene en Primera, sea o no presidente. Yo quiero a mi Levante en el lugar de los mejores. A veces, como aficionado, en aras al cabreo o la impotencia, entendemos que hay un camino que es la ‘destrucción para’, pero es muy difícil subir. Es decir, no juguemos con ciertas cosas. Son reflexiones que a veces te haces y entiendes que no eres lo suficiente pedagógico cuando mandas un mensaje. Seamos egoístas, pensemos en nosotros mismos. ¿Dónde quieres tú al Levante? Luego ya nos cargaremos al presidente de turno, o lo que sea...

Situación del fútbol español y el ‘caso Negreira’

También tenía unas preguntas para el Quico que ha sido 14 años presidente en el fútbol profesional. ¿Cómo ve la salud del fútbol español?

Pues ahora estamos preocupados. El ‘caso Negreira’ nos está haciendo un daño muy real. Esto no es un problema sólo del Barcelona, esto es un problema muy real de todo el fútbol español. La mancha va a ser muy difícil de limpiarla. La mancha no solo la tiene el Barça a día de hoy, la tiene el fútbol español. Porque se dan circunstancias que no son lógicas, ni son normales, ni son nada. En ese sentido, preocupación máxima.

¿Qué esperan que suceda?

Hombre, yo creo que debe aclararse todo. Lo que tenemos que perseguir es llegar hasta las últimas consecuencias de todo y saber la verdad. Es necesario. Pero es necesario para todos. También por la otra parte de la mesa, que sois los medios de comunicación, que también vivís del fútbol. Todos necesitamos respuestas y todos necesitamos que se aclare todo esto.

Necesitamos que el fútbol español no se sienta relacionado con un hecho puntual, que ha ocurrido en un club en concreto, con un personaje en concreto y que representa al colectivo arbitral. Estamos hablando que el colectivo arbitral, que es el que imparte justicia en un partido de fútbol, está cuestionado en estos momentos. Son ellos los que deberían liderar el que se aclarara todo esto cuanto antes. Es una situación muy delicada y todos somos muy conscientes no sólo de la preocupación, sino del daño real que ya se nos ha hecho. Estamos señalados.

¿Qué pasos deben seguir los clubes?

Lógicamente tenemos que esperar. En su momento creo que hicimos lo que teníamos que hacer, que era comunicar nuestra repulsa sobre lo que se estaba evidenciando. Lógicamente, en el ámbito judicial, personarnos como Liga, apoyar a nuestra Liga, para que de alguna forma se cuente lo que ha pasado y se limpie este daño que se está generando al fútbol español.

Más allá del ‘caso Negreira’, da la sensación de que el control económico que hay en España, que tiene muchas cosas positivas, os está asfixiando a los clubes. ¿Cómo valora la evolución del control financiero?

A ver, mi reflexión en ese sentido es creo que es necesario. Creo que es uno de los mayores logros que ha conseguido esta Liga, el control financiero. Lo que no podemos pensar es que nos estamos asfixiando con el control financiero porque hay una liga a unos miles de kilómetros de aquí, que es la Premier, que está haciendo todo lo contrario. El descontrol financiero. Yo creo que estamos en el camino correcto. Al final el control financiero no deja de ser un documento o un reglamento vivo que va adaptándose a las circunstancias y las coyunturas de unos u otros. Si lo comparamos con cómo está la Premier, prefiero estar como estoy. Porque la Premier es un modelo totalmente diferente al nuestro, donde se opta por perder dinero en estos momentos. Se permite perder y perder dinero y ese no es el objetivo.

Nuestro objetivo es tener una liga equilibrada, una liga ordenada y donde todos nos adecuemos. Lo que pasa es que no somos conscientes de que hemos vivido dos últimos ejercicios muy complicados, muy duros. Donde los efectos de la pandemia en los clubes de fútbol han sido máximos. Por circunstancias, por forma de ser, por proyectos o estrategia, la mayoría de clubes españoles hemos sido vendedores de futbolistas y ciertos mercados se han cerrado. Eso está repercutiendo seriamente en las cuentas de todos y aún así el reglamento se está adaptando, pero si hoy pensamos que estamos equivocados es porque pensamos que lo otro (el modelo Premier) está bien hecho. Y no está bien hecho. Lo otro va a tener unas consecuencias muy serias no muy lejos.

Más que la falta de control financiero, igual ayudaría un mayor margen fiscal, como tienen en Italia.

Esa es otra derivada y otra reflexión, no todos los clubes tenemos el mismo tratamiento fiscal. Pero no a nivel España-Italia, sino Valencia-Madrid. Lo vivimos nosotros como personas físicas. Es una realidad. Eso es otro debate que requiere de muchas horas, que también sería muy importante que de alguna forma pudiéramos encontrar ese equilibrio y esa igualdad en la competitividad entre unos y otros. Porque al final somos competencia.

Pero es verdad que esto repercute a todos los sectores, no solo al mundo del fútbol. En concreto, nosotros estamos en una Comunidad donde los tipos impositivos son más altos que en otras y al final eso es mucho dinero. En la cuenta de salarios es mucho dinero.

En España el mundo del entretenimiento no tiene nada que ver a lo que era hace 14 años.

Sí, luego está el IVA de las entradas... Efectivamente, nosotros somos fútbol profesional y tendemos a que la gente que viene a ver un espectáculo nuestro, no en casa, si no cuando vienen a los estadios, viva una experiencia diferente. Una experiencia única. Que viva un partido, pero acompañado de nuevas experiencias. Por eso se está apostando por el Plan Impulso y en el reglamento de la televisión, para que los estadios tengan la mejor iluminación, los mejores videomarcadores y la mejor megafonía para que los clubes podamos ofrecer un espectáculo mucho más atractivo para nuestros clientes.