Carlos Álvarez: un gol para la historia
El gol antológico del mediapunta sevillano entra de lleno en el imaginario colectivo granota, con otros ilustres como Reggi, Riga o Sergio Postigo.
Carlos Álvarez firmó en El Plantío una obra de arte que entra de lleno en la historia del Levante. El gol del ascenso en Burgos. Un disparo para la eternidad. Un momento que sitúa a Burgos como una de las mecas futbolísticas para el levantinismo, como antes lo fueron Jerez o Lleida, tierra santa granota. 25 de mayo de 2025. Una fecha imborrable.
Minuto 97 del partido, José Luis Morales, ejerciendo como lateral derecho por el all in de Julián Calero desde el banquillo en busca de la proeza, saca de banda buscando la referencia de Espí -¡Calero, saca a Espí!, uno de los lemas del ascenso-, el gigantón de Tavernes de la Valldigna la acomoda con el pecho para Carlos Álvarez y el resto es historia.
El talentoso mediapunta sevillano entra en visión túnel, se zafa de la marca de Marcelo Expósito tras el control orientado y, con esa zancada corta pero afilada, se abre espacio para clavar un zapatazo que se coló por mismísima escuadra. Tras el final más cruel jamás contado hace dos años, a un final de película. Los granotas llenaron de lágrimas El Plantío, pero esta vez de alegría.
Desde ayer, el tanto de Carlos Álvarez tiene un lugar privilegiado en el imaginario colectivo granota. Como el de Gustavo Reggi (2004) en Lleida, con una vaselina sublime, y el de Mustapha Riga (2006) en Lleida. Dos tantos que supusieron también el ascenso a Primera División a domicilio. Dos desplazamientos históricos al que se le une el del Burgos. Goles para el recuerdo.
De más reciente cuño, queda grabado el tanto de Sergio Postigo (2017) que valió el ascenso a falta de seis jornadas frente al Oviedo en el Ciutat de València. Un gol que presenció el mismo Calero como rival para entender de primera mano la dimensión que supone conseguir un ascenso con el Levante.
También el de Xisco Muñoz (2010) que, pese a que Juanlu adelantara al equipo de Luis García Plaza, guarda un cierto paralelismo con el tanto de Carlos Álvarez por su bella factura, recogiendo el balón también en el sector derecho del campo, dibujando la diagonal hacia el centro para disparar con dureza y batir a Lledó, guardameta del Castellón.
Con un toque más underground y vintage, los más nostálgicos de la generación de los 90 recuerda con especial aprecio el tanto de Lucas Vilar en los últimos minutos del playoff frente al Racing de Ferrol. El Levante, tras años de plomo y después del famoso ‘Ecijazo’, un varapalo que marcó a toda una generación de granotas, el delantero valenciano -al que los de la época recuerdan como un jugador similar al actual Carlos Espí, por juventud e instinto para marcar aprovechando sus limitadas oportunidades- marcó el gol que suponía el ascenso del Levante a Segunda División tras una larga travesía por el desierto del fútbol de bronce.
Si tiramos aún más atrás, hasta 1963, aparecen los nombres de Serafín y Vall, que protagonizaron el primer ascenso del Levante a Primera División. Serafín, de penalti, y Vall, que hizo el tanto del triunfo tras el empate de Montalvo, anotaron los goles frente al Deportivo de la Coruña que llevaron al equipo granota a saborear por primera vez las mieles de la máxima categoría. Sin ellos, la historia no se entendería.
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Hoy, a esa lista de héroes se suma Carlos Álvarez. Hay goles que se gritan, otros que se recuerdan, y unos pocos que quedan para siempre. Este, sin duda, es de los últimos.
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