Cabrera: “Si me vuelven a pitar, apretaré el puño y mascaré la rabia”
El central y capitán del Espanyol encaja con sorpresa los pitidos de “500, 600 ó 1.000 personas que no representan mi concepto de la afición ni el respeto que le tengo”.
Regresa el Espanyol este domingo ante el Eldense a casa, al Stage Front Stadium, donde en el anterior partido no sólo remontó un 0-2 adverso ante el Amorebieta, sino que se vivieron escenas inéditas como los pitidos que una parte de la grada profirió a Leandro Cabrera, uno de los capitanes, cada vez que tocaba el balón. Una circunstancia que el uruguayo atendía con toda naturalidad este viernes, en conferencia de prensa desde la Ciudad Deportiva Dani Jarque.
“No es del agrado de nadie. Lo ideal para todo el mundo es tener a la afición de tu lado. No busco una ovación fácil, ni vender humo, nunca lo hice ni lo haré porque no me va”, aseveró. Y abundó: “Yo respeto mucho al club, incluso desde antes de llegar, lo he respetado estas tres temporadas y media, y hasta el día que me vaya. Que 500, 600 o 1.000 personas me piten no representa mi concepto de la afición ni el respeto que le tengo. Me quedo con las personas que cuando me acerco a la banda me animan y aplauden. No fue una situación cómoda, no quiero que le pase a ningún compañero, pero si por lo que sea vuelve a suceder apretaré el puño y mascaré la rabia”, sentenció.
Reconoció el central que la pitada le “sorprendió muchísimo. El partido en ese momento se nos estaba trabando, pero muy pocos jugadores creen que se merecen los pitidos de la afición. En mi caso, ni mucho menos. No me lo esperaba. Lamentablemente, veo que puede pasar y ya estoy mentalizado para todo. Si viene, intentaremos sacar el partido, y si no viene, de locos, con más confianza todavía”, zanjó.
En otro orden de asuntos, desveló Cabrera que, en verano, el club le trasladó su intención de que se quedara. “Y por mi parte se iba a hablar si aparecía algo (una oferta) que fuera buena para ambos. Pero nada convenció al club ni a mí, y aquí estoy, feliz en el Espanyol”, aseguró.
“Charlé con Luis cuando llegó planteando su manera de jugar y le dije que no era de mi palo. Me insistió yo hoy creo mucho en ello”
No sólo está en el Espanyol, sino que ha recuperado una de las capitanías, lo cual explicó así: “El año pasado igual había más jugadores que podían llevar a cabo esa función, este año hubo reducción de plantilla, se fueron capitanes, Luis (García) habló con los cuatro que somos este año y lo asumí”.
Sobre el entrenador y su forma de salir con el balón jugado desde atrás también descubrió un curioso capítulo el zaguero: “Tuve una charla con Luis cuando llegó planteando esto y le dije que no era muy de mi palo, pero me insistió en intentarlo, y hoy por hoy creo mucho en esta manera de jugar. Me siento muy cómodo”.
No en vano, añadió Cabrera que “Luis nos da muchas armas en el día a día para que esas cosas se den. Se filtra, se progresa, porque el equipo se para de determinada manera, entiende el fútbol así, e intentamos hacer el plan que quiere Luis de principio a fin. He tenido entrenadores que me han pedido que ni siquiera circule el balón, ahora tenemos a Luis, que nos pide que arriesguemos. Y me parece perfecto, la idea está saliendo”, celebró.
Además de repasar nombres propios como César Montes (“me alegro por que las cosas le hayan salido como él deseaba”) o Ramon Ramos (“tiene un carácter alegre, una energía increíble y es muy veloz”), subrayó el central que ascender costará. “Tenemos los puntos que tenemos por capacidad pero sobre todo por compromiso. Nos ha costado mucho ganar, no ha sido cuestión de pisar el césped y ganar. Aunque la gente se piense que los 82 puntos de la otra vez fueron por nuestra bella cara, no fue fácil”, remató.