Butarque, territorio bisagra
El Leganés recibe al Burgos con el deseo de que el partido sea punto de inflexión para encaramarse a la zona alta. Los de Ramis llegan lanzados y con ánimo de seguir su fiesta.
Hoy es 1 de noviembre. Y el Leganés juega en casa contra el Burgos (siga el partido en directo en As.com). Se trata de una fecha bisagra. En lo deportivo. En lo social. Un día que pivota entre la tradición y la moda importada. Entre el día de Todos los Santos y Hallowen. Eso es el Leganés. Una mezcolanza de lo tradicional (el equipo de toda la vida, el de tu pueblo) y lo foráneo (Blue Crow Sports y su modelo de club estadounidense). El contraste a veces marida bien. Otras, fracasa. Un verbo (fracasar) que se ha hecho poliédrico esta temporada al sur de Madrid. Todo lo que no sea subir o pelear por hacerlo será considerado derivada de esta palabra con distintos significados en Butarque. El cuerpo técnico y la plantilla lo interpretan como la ausencia de esfuerzo. En las alturas, la ausencia de resultados.
Por ahora, la abundancia de lo primero (esfuerzo) parece estar enderezando lo segundo (resultados). Aunque anclado en mitad de la tabla, el equipo de Paco López suma cuatro jornadas sin perder: dos victorias y dos empates con sólo un gol en contra y cuatro a favor. A ello se une el pase en Copa. También ha mejorado el juego y las sensaciones. Pero falta algo. Despegar. Coger altura sin miedo a los fantasmas -nunca mejor dicho en estas fechas- que despertaron con un comienzo de curso dubitativo.
Noviembre da miedo
El epicentro fue Butarque. De ahí la importancia de recuperar la fortaleza local para encaramarse a la zona noble y, de paso, hacer colchón de puntos visto el calendario en noviembre: tres salidas y un único partido de local, ante el Almería. Da miedo. También el lateral izquierdo de los pepineros, huérfanos de efectivos por la lesión de Franquesa y la sanción a Marvel.
Su ausencia lastra, de paso, un eje de la defensa entre alfileres por las molestias de Jorge Sáenz. Toda la retaguardia es una interrogante para un partido que (parece) tampoco servirá de catapulta a los meritorios Alex Millán y Roberto López, enchufados en los últimos partidos, pero sin hueco para la titularidad.
Un Burgos soñador
Ocuparla ante el Burgos de Ramis sería una sorpresa. No lo es que este entrenador de buen currículum en Segunda está sobre pasando los objetivos de su equipo. Llegó justo hace un año con los de El Plantío al borde del desahucio, pero acabó superando el curso con nota. Salvación holgada y, para comenzar el actual, sueños de playoff. Siempre con los pies en el suelo. Esos que, en el cuerpo de sus jugadores, encadenan ya tres partidos derrochando buenos resultados. En Liga (dos victorias seguidas a Cádiz y Real B) y en Copa.
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Hoy su plan sólo tendrá la baja de Iván Chapela después de dar descanso a la columna vertebral de su equipo ante el Atlético Tordesillas. No habrá revolución en un once que será jaleado por varios cientos de burgaleses desplazados hasta un estadio, por cierto, pegado al camposanto de la ciudad, hoy bulliciosa entre el recuerdo a los que no están, y la fiesta de los que siguen.
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