Borja Jiménez borra el debate del ‘9’ en Butarque a cañonazos
El entrenador del Leganés ha utilizado juntos a Miguel de la Fuente y Diego García en cuanto ha podido. Su gestión contrasta con el caso Karrikaburu de la pasada temporada.
Borja Jiménez ha borrado cualquier atisbo de debate en la delantera del Leganés a cañonazos, los que cargan en sus piernas los dos futbolistas llamados a ser referencia ofensiva pepinera. El entrenador no ha dudado en alinear juntos apenas ha tenido la ocasión a Miguel de la Fuente y Diego García, ambos candidatos a único ‘9′ del equipo cuando, en las primeras jornadas, el Lega jugaba con sistemas que sólo admitían un ariete.
Pero el entrenador abulense ha modificado su sistema con tal de dar cabida a dos jugadores que cree que serán clave en su pizarra a lo largo de todo el curso. Por su hambre, físico y capacidad de presión constante en la salida de balón rival. Tarea que, hasta ahora, ejercía algo más en solitario Diego García.
Ahora tendrá otro ‘pitbull’ que le acompañe en esa intensa tarea. Se vio ante el Huesca, primer partido en el que el preparador alineó de inicio a los dos futbolistas en un 4-4-2 muy ofensivo, que incorporó a Raba y Miramón en las bandas para acompañar a ambos puntas en su tarea de presión alta.
Debut sin un entreno
“Miguel es un delantero trabajador. Incómodo. Es lo que buscamos”, confesó Borja Jiménez antes incluso de confirmarse el fichaje de De la Fuente, a pocas horas de que la operación se hiciera efectiva. Sólo un día después el técnico llamó a filas al delantero, que se incorporó directo desde su casa en Vitoria a la concentración del equipo previa a la visita al Eibar.
No llegó a hacer ni un entrenamiento cuando lo sacó en la segunda mitad de Ipurua. Por eso no era de extrañar que siete días más tarde le diera la titularidad. Lo que fue llamativo es que lo hiciera junto a Diego García, al que su buen rendimiento de inicio de curso le ha hecho ser también importante en la delantera.
Lejos del caso Karrikaburu
Nada que ver con el caso Idiakez-Karrikaburu del curso pasado, cuando el primero tardó en dar bola al segundo. Fue uno de los motivos de su despido, aunque el fundamental fue la falta de resultados. Aquel panorama resultó llamativo. El entrenador ahora en el Deportivo de la Coruña fue uno de los valedores fundamentales de la incorporación del ahora delantero del Alavés.
Entonces, como ahora, lo pretendía media Segunda División. Sin embargo, apenas llegó a Butarque, le costó darle la titularidad en un proceso de excesiva rigidez. El entrenador no terminó de encajar la opción de jugar con Juan Muñoz y Karrika o de darles alternancia. Aquello provocó tensiones dentro del club y un debate alrededor del técnico que lo desgastó más si cabe cuando los resultados no llegaron.