Bolo encuentra un camino para su Oviedo
El técnico, satisfecho con el segundo tiempo de los suyos en Zaragoza, refuerza su optimismo de cara a las dos citas de esta semana
En Zaragoza, al Oviedo le salieron las cosas a medias, pero después de una primera parte mejorable, el equipo fue otro tras el descanso, más decidido y dispuesto a molestar a si rival en su campo. “Dimos un paso adelante en cuanto a valentía, que es justo lo que buscábamos”, señaló el técnico tras el 1-1 con el que finalizó el duelo entre los maños y los suyos. Esa mejoría de imagen en el segundo acto, en el que el Oviedo acarició la victoria, es lo que hace que Bolo refuerce su teoría de que sus pupilos lograrán salir del mal momento en el que se encuentran.
Porque los azules fueron superiores a su rival durante la mayor parte del choque. Entraron destemplados, afectados por el tanto que Azón les hizo a lo 3 minutos. Una brillante acción individual que, además, contó con la ayuda de una defensa mal posicionada y un Luengo, que ayer debutaba como titular, algo blanco en el choque con el delantero local.
Después, el equipo trató de ordenarse con la pelota, pero ya tocaba remar a contracorriente. Bolo estrenó novedoso sistema táctico, una especie de 3-4-3 en defensa que se convertía en una zaga de 4 hombres y dos extremos bien abiertos cuando el balón era del Oviedo, algo habitual tras el gol del Zaragoza.
Pero el gran cambio, la mejora, de los azules llegó tras el descanso. Un simple cambio activo al equipo. Lucas Ahijado, que había desaparecido de los planes de Bolo en los dos últimos partidos, entró en el carril derecho para formar en un 4-2-3-1 en el que Rama sustituyó pocos minutos después a Javi Mier en el rol de media punta.
El paso adelante de los azules fue inmediato. Al Zaragoza le pesó la situación, el temor a perder la renta y los silbidos que poco a poco iban sustituyendo a los murmullos en la grada. La actuación del Oviedo se vio reforzada por el tanto a los 4 minutos de regresar de los vestuarios de Montoro, en un córner que Cristian despejó de forma defectuosa.
A partir del gol de Montoro el Oviedo se hizo más fuerte. Robó más, ganó duelos y llegó fácil al área del Zaragoza, pero Borja Bastón, que tantos días se convierte en el protagonista, no tuvo ayer el duende para acertar con alguna de las muchas oportunidades que le sirvieron cerca del gol.
El último impulso fue del Zaragoza, con gente nueva, pero el Oviedo resistió y dio por bueno un empate que debe reforzarle en lo anímico de cara a una semana con trabajo extra: el miércoles recibe al Huesca de Ziganda y el sábado va a Albacete para jugar ante uno de los equipos más en forma del campeonato.
El estado de Mier
De La Romareda salió el Oviedo con algo de preocupación por Javi Mier. El canterano sufrió un golpe en el cuello en la primera mitad, aguantó muchos minutos sobre el campo con esa dolencia, pero un segundo golpe ya avanzado el partido hizo que el entrenador tuviera que suplirle por Hugo Rama. Habrá que ver su estado para saber si puede contar con él el entrenador en el choque del miércoles ante el Huesca.