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ELCHE | ENTREVISTA (PARTE I)

Beccacece: “Si un equipo está convencido y cree en lo que hace, saca lo mejor y no encuentra límites”

El técnico atiende a AS en el hotel de concentración de Algorfa; en esta primera parte de la entrevista habla de su proyecto, de la base y de algunos nombres propios, como el de Lucas Boyé.

Beccacece: “Si un equipo está convencido y cree en lo que hace, saca lo mejor y no encuentra límites”
Jesús Hernández

¿Cómo de contento está Beccacece por la evolución de la pretemporada y de la planificación del equipo?

La verdad es que estoy muy enfocado en el día a día, con una sensación de búsqueda constante y la ambición concreta de formar un Elche competitivo y protagonista. Ese es el foco inicial. Y, a partir de ahí, sabiendo que por la situación del mercado y sus tiempos, adaptándome y aceptando la realidad que nos tocó. Hay un grupo con una cierta base que ha terminado muy bien la temporada y que ha venido ilusionado y esperanzado en poder dar continuidad a eso que inició allá a finales de la temporada pasada. Y, al mismo tiempo, también observando, pidiendo y exigiendo que los futbolistas que necesitamos para completar la plantilla puedan llegar lo antes posible, pero siempre dentro de un espacio de comprensión, de paciencia y de alineación con la dirección deportiva.

¿Cree que se mantendrá esa base de la temporada anterior?

Esto se vive día a día. La situación la aprendimos el año pasado cuando Mojica, pese a no estar en el mercado, se marchó a última hora porque pagaron la cláusula. A veces se dan situaciones en las que el club llega a un límite y después también está el jugador. Yo en eso trato de ir a adaptándome también de la misma manera, sabiendo que siempre existe la posibilidad de que alguno de nuestros jugadores se pueda ir. No es ideal, pero puede pasar. Hay que preparar la cabeza del colectivo para que no sienta el impacto, para que no sienta la ausencia, para que no se vuelva dependiente de un nombre propio, sino que vuelva a creer y a confiar en el conjunto, en la idea y en que lo importante es el equipo. Los futbolistas que siguen aquí saben que siempre existe una posibilidad, porque es lo que demanda el mercado o este sistema en el que vivimos en el que impera lo material.

¿Hay riesgo de sufrir otro caso Mascarell?

Hay jugadores que han rebajado su cláusula por perder la categoría y eso obliga siempre, hasta el último día de cierre de mercado, a estar atentos. Eso merece una revisión por parte de LaLiga. Hay cosas que se escapan del control de la institución, de lo deportivo y de la dirección. Si uno llega a la primera fecha y ya sabe que el mercado de pases ha cerrado, uno tiene claro con lo que cuenta para todo el año. Y todos contentos.

Entonces, ¿es partidario de que el mercado se cierre antes de que comience la temporada?

Sí, sin duda. Cuando el plazo se extiende más allá y vas por la tercera fecha, todavía tienes la posibilidad de que un futbolista importante se te vaya o que uno al que quieres esté especulando con ofertas hasta que se cierre el mercado. El tema de base o de fondo es ese: los tiempos. El más perjudicado ahí es el entrenador, que después tiene que gestionar y armonizar todo eso en un tiempo récord. Y, obviamente, el aficionado, que es quien paga el abono o la entrada para ver a su equipo, que eso pasa en todos los lados. No obstante, partimos de un espacio de igualdad y, en eso, no hay excusa porque es lo mismo para todos los equipos.

¿Hasta qué punto es necesario Lucas Boyé en su proyecto?

Es un jugador muy importante, con una gran presencia y desgaste. La afición le ve una referencia y está llamado a fajarse con los centrales, a pelear por los segundos balones, a ser una referencia. Con el tiempo también he aprendido a dar valor al grupo, al equipo. Siento, comprendo y entiendo que cuando alguien deja un espacio, también siempre aparecen otras opciones para los que se mantienen. Se abren puertas nuevas, se abren posibilidades, se abren oportunidades. Esa sensación de vacío que puede dejar un jugador, si se va, es un espacio para alguien que está ahí, en un segundo plano, porque la presencia de otro es muy fuerte, y que aparece de repente. Soy optimista en eso. Ojalá Boyé se pueda quedar, porque es un profesional increíble y una gran persona, muy querido y valorado; no solamente por los aficionados, sino por el grupo y por el cuerpo técnico, pero consciente también de que si esta cláusula que se manifiesta se hace efectiva (en Segunda División es de 15 millones de euros), será una oportunidad para alguien que, seguramente, la sabrá aprovechar por el espacio que le ofrecemos.

En Defensa y Justicia repetía que manejaba diferentes sistemas, pero que la idea siempre permanecía. ¿Cuál es la que tiene en la cabeza para el nuevo Elche?

La idea madre o de base es la de intentar protagonizar y hacernos cargo de un equipo que pueda conmover, emocionar y contagiar a su gente. Christian (Bragarnik) vino el martes a visitarnos y es justo lo que él nos manifestó. Su sensación va más allá de la exigencia de lo que hay fuera; su deseo es sentarse en el palco y que la gente que acuda a animar al equipo se sienta ilusionada y representada. Y yo creo que eso es lo que buscamos, que la afición se sienta realmente identificada con lo que ve. Para eso me parece que el compromiso, el coraje, la valentía y la generosidad son valores fundamentales en un equipo de fútbol. Que son valores que suenan muy lindos, pero que luego hay que encontrar en la acción.

¿Y cómo se llega a ese destino?

La acción significa el juego, poner en práctica todo eso que hablamos en la teoría. Me parece que la temporada pasada terminamos mostrándolo, manteniéndonos no solo invictos en los últimos cinco juegos, sino siendo uno de los tres equipos que menos goles recibió en las diez últimas fechas; siendo el conjunto más intenso, el que más corrió. Hubo algunos brotes verdes que nos hacen ilusionarnos en que el camino está marcado y que ahora tendremos, desde la sensación de obligación, entre comillas, de protagonizar una liga. Hay que aprender a gestionar eso, pero sabiendo que el foco debe estar ahí, en lo que hicimos y en lo que vamos a buscar darle forma, consistencia y constancia. Debemos asimilar todo eso que llega desde afuera para saber continuar con lo iniciado y aprender a convivir con esa expectativa que va llegando desde la grada y que está en la calle.

En el tablero de Beccacece, ¿cómo ordena a sus peones?

Nosotros siempre vamos adaptando y modificando en base a lo que creemos necesario, respetando los valores marcados. Si hablamos netamente del juego, buscamos la amplitud del campo, la posibilidad de tener superior numérica, de tratar de encontrar al hombre libre si es que lo podemos identificar. Nuestros esquemas se ven más cuando marcamos y no tenemos el balón. Ahí, generalmente, hemos mostrado un 4-4-2 o un 5-2-3. No me gustan los números porque lo que queremos es saber vaciar espacios para que otros los vayan ocupando. Y ahí es donde creo que el fútbol se vuelve dinámico, se vuelve flexible, espontáneo y natural. Y ya ahí, al hablar de lo numérico, me resulta más complejo. Cuando no tengamos la pelota se va a ver esa estructura, pero cuando la manejemos me gustaría ver un equipo bastante líquido, que no tuviera referencias, sino que vaya interpretando qué es lo que te va demandando el juego.

En esos sistemas, con dos pivotes, ¿dónde encaja a alfiles como Febas o Fidel?

Fidel ya ha jugado con nosotros en el doble pivote. También lo ha hecho como interior o por fuera para trabajar después la posibilidad de insertarse por dentro. En Bilbao lo hizo muy bien jugando con dos y teniendo la pelota. Con Febas, lo mismo, tirando mucho, rompiendo líneas, conduciendo. En Segunda División fue el cuarto jugador que más balones recuperó. Creo que el equipo va a mostrar la línea que terminamos desarrollando.

Beccacece: “Si un equipo está convencido y cree en lo que hace, saca lo mejor y no encuentra límites”
Fidel
  • Elche
  • centrocampista
  • España

¿Están preparados para asumir un rol protagonista en Segunda División?

Debemos ser flexibles y adaptarnos al juego, sin fraccionarnos. Hay momentos en los que hay que defender y otros en los que habrá que ser sometido; debemos estar preparados para lo que toque. Yo creo mucho en la cabeza, porque cuando un equipo está convencido y cree en lo que hace, saca lo mejor de sí y no encuentra el límite. O si lo encuentra, empieza a trabajarlo como un punto de fuerza porque se apoya en el conjunto y comienza a transmitir y a contagiar sus valores. Por eso, más que hablar de los nombres propios, yo siempre trato de destacar lo integrado, lo que es colectivo, porque en definitiva esto es un juego de equipo. La parte individual es la que da un matiz a las formas, a las estructuras o a los esquemas. Uno solo no puede llegar a ningún lado. Los mejores futbolistas del mundo han necesitado de unos peones. El fútbol pertenece a los futbolistas, pero la competitividad es de los equipos. Uno para competir necesita un grupo.

Carlos Clerc como central, ¿solución o alternativa?

La necesidad hace que uno vaya encontrando y descubriendo cosas. Yo creo que Carlos Clerc nos da la flexibilidad de saber que tenemos un jugador que puede jugar de central a lateral y que también puede hacerlo en posiciones interiores. Es un futbolista que ha demostrado que tiene la flexibilidad para abrirse a recibir la información, sin temor al cambio. Muchas veces, cuando uno propone la novedad, la primera respuesta es “no, yo nunca jugué ahí”. Cuando uno empieza a encontrar ese tipo de profesionales con amplitud a la recepción, a la información y a la vivencia, uno descubre que en el medio puede llegar a sorprender, como fue en este caso. La actuación de Clerc ante el Atlético de Madrid marcando a Griezmann fue para ‘cortarla’ y ponerla en las escuelas de fútbol. Ese día fue tercer central, pero también formó pareja en otro partido con Pedro Bigas y estuvo de nota.

Los dos siguen en plantilla. ¿Ve futuro al binomio de zurdos en el centro de la defensa?

¿Por qué no? Eso da para un debate. En Defensa y Justicia me criticaron por eso, pero funcionaba. En aquel equipo que tanto rindió en 2018 y 2019 jugaba con Martínez, Lissandro, que hoy está en Manchester; y Barboza, ahora en Paraguay. Me cuestionaban y la respuesta era muy simple: ¿por qué pueden jugar dos derechos y no dos izquierdos? Entonces, creo que como juegan dos derechos pueden jugar dos izquierdos. De todas formas, siempre es lindo tener un perfil de cada uno por un montón de circunstancias.

Siempre se ha dicho que los zurdos son más cerrados a su pierna izquierda y que los diestros se muestran más versátiles con los dos perfiles…

Sí, es verdad. Existe ese concepto, que está claro e instalado, y a veces es real, pero no en todos los casos. No podríamos decir que la totalidad, aunque sí la mayoría. En definitiva, cuando uno tiene futbolistas en este puesto, si inician bien, si interpretan bien, si son valientes, si saben jugar espacio grande, si se saben posicionar en el área, no veo que la pierna sea un condicionante.

¿Apuesta por jugadores versátiles y polivalentes o por especialistas en su posición?

Cuando uno tiene un futbolista que puede jugar de central en línea de cuatro; de central, en línea de tres; como stopper; en la posibilidad del lateral clásico en línea de cuatro o de cinco; también como carrilero… a uno le permite la posibilidad de dar matices a la estructura. Y eso es bueno, porque en el fútbol el rival te estudia y contar con esos matices te ofrece distintas posibilidades. Eso puede generar algún tipo de confusión a la estructura del rival. Y cuando uno tiene jugadores que se pueden adaptar, como era el caso de John, que había jugado de mediocentro, de central o de lateral, también genera engaño. Porque recuerdo el partido con Atlético Madrid, con John partiendo de mediocentro, pero saliendo como central derecho. Entonces, claro, defendía en un espacio centralizado y salía desde el costado, lo mismo que hizo Guti en el amistoso contra el Rotherham. Esa forma de saber que uno tiene herramientas y que las puede utilizar en cualquier momento, es buenísimo; pero para eso debe haber intérpretes. Los nuestros fueron Omar, Carmona, John, Clerc, ahora Salinas, al que hemos probado en varias demarcaciones. Me gusta un equipo que sea flexible y que no le tenga miedo al cambio, porque el fútbol es movimiento constante y hay que saber adaptarse a eso.

Y hablando de diestros y de zurdos, pongamos el caso de un ambidiestro como Tete Morente. Él dice que se siente más cómodo en la izquierda, pero con BKCC juega más por la derecha. ¿Por qué?

Comparto lo que dice Tete plenamente y, de hecho, lo conversamos. Creo que es un jugador que en la izquierda se siente más cómodo, pero también ha hecho muchos goles por derecha y ha ayudado a hacer los por esa banda. Es lo que decía antes: aplaudo la generosidad de Tete para ponerse al servicio del equipo porque ahí es donde entra el conjunto. Si juega Lautaro por el lado izquierdo, que es un futbolista muy lineal, necesita espacio. Si yo pongo a Tete Morente en la banda, le estoy obstaculizando. Por eso Lautaro Blanco jugaba ahí y Fidel arrancaba para meterse por dentro. Entonces hacía una pareja y trataba de generar esa sociedad. Ahí es donde entra el juego colectivo. Y aquel futbolista que está dispuesto a no desactivarse y a sacrificarse, pero a entregarse por un bien común, para mí merece un valor agregado, porque yo sé que Tete rinde más en la izquierda. De hecho, lo hemos usado ahí en varios partidos, pero todo va en relación al plan del partido, a la circunstancia y a su pareja o a su trío.

Hábleme de esas sociedades, de esas parejas y tríos…

El fútbol también son mini sociedades o relaciones que deben tener una fluidez. Y ahí uno es donde diseña un plan, una estrategia, en base a lo que ve más al rival. Y contar con ese abanico de posibilidades es lo que ve el entrenador en el día a día, en los entrenamientos, que a veces sale y a veces no. Pero todo lo que hacemos es pensando en esas sociedades, en el conjunto. En cómo puede fluir y también pensando en la mejor versión de cada uno.

El Elche echa de menos un pivote defensivo, tras la marcha de Omar y la grave lesión de John. ¿Qué tipo de perfil busca, el de un jugador agresivo que se pelee con todos, agresivo y que la dé fácil o el de un jugador táctico que recupere y genere bien en la salida?

Me inclino más por la segunda opción: un jugador que en ese espacio del campo pueda tener la visión y la interpretación de cómo organizar al equipo. Incluso, sin balón; porque muchas veces el mediocentro o el pivote de salida tiene que saber ocupar un espacio para distraer a un rival y que le libre el hueco a un central. Estamos hablando de la iniciación del juego. Es decir, que sin tocarla puede llegar a tener una intervención extraordinaria, porque está liberando un espacio para que ese hombre libre pueda ser encontrado. Y a la hora de marcar sí somos muy exigentes, no solamente en el posicionamiento, sino también en los recorridos, porque intentamos que en nuestro equipo, como terminó pasando, haya corredores apasionados. Sin la pelota, nos gustan equipos que también protagonicen yendo a buscar, no una espera totalmente pasiva. Si nos ven atrás, es porque nos llevan. Nosotros lo intentamos y para eso hay que tener piernas, hay que poder desplegar, hay que tener recorridos, hay que saber cómo es el campo. Entonces, yo creo que buscamos una mixtura. Si me tengo que inclinar por un pivote, prefiero que organice y que nos ayude a salir. A Raúl Guti lo hemos probado en ese espacio y lo está haciendo muy bien.

¿Y Febas?

También le hemos probado, más circunstancial por la lesión de John. De Febas me gustó su amplitud para recibir esa información porque le quité eso que sé que tiene, que es romper, aparecer, desprender, conducir… y lo ha hecho muy bien, muy predispuesto. Eso me encanta de este grupo de futbolistas. Es un vestuario muy alineado, que está con ganas, que está ilusionado y que quiere devolver a la gente y a la afición lo que le está dando, que es esa confianza de renovar su abono para volver a al estadio…