Baño de ilusión y zaragocismo en La Romareda
Unos 5.000 aficionados, la mayoría niños, se han dado cita en el entrenamiento del Zaragoza. Borge, por un golpe, y Mouriño, por molestias, no se han ejercitado con el grupo.
Los jugadores del Real Zaragoza se han dado esta mañana un baño de ilusión y zaragocismo antes, durante y después del entrenamiento. Unos 5.000 aficionados, la mayoría de ellos niños, se han dado cita en La Romareda y han llenado de colorido las gradas en la habitual sesión a puerta abierta que se suele celebrar en vísperas del Día de Reyes. Un auténtico chute de energía para el equipo de cara a la segunda vuelta.
Antes de las diez de la mañana, hora en la que se abrían las puertas, ya se habían formado largas filas de aficionados. Algunos de ellos incluso ya tuvieron la suerte de hacerse las primeras fotos con los jugadores, a los que les costaba varios minutos acceder al estadio. Fue, por ejemplo, el caso de Francho. Ya a la salida de los futbolistas al terreno de juego se escucharon los primeros aplausos de la afición, especialmente de los más pequeños, que han celebrado cada gol y han podido entregar al Cartero Real su carta a los Reyes Magos.
En el plano deportivo, no se han ejercitado con el grupo ni Borge ni Mouriño. El primero ha acudido a La Romareda, pero no ha podido saltar al césped por un golpe que sufrió en el entrenamiento de ayer, mientras que el central uruguayo, debido a unas molestias, ha trabajado en la Ciudad Deportiva, al igual que los lesionados Cristian Álvarez, Nieto, Lecoeuche, Valera y Bakis. Por su parte, el juvenil Barrachina, que ayer se ejercitó por primera vez con el primer equipo en la sesión vespertina, ha repetido a las órdenes de Julio Velázquez, que también ha contado con Calavia, Juan Sebastián, Vaquero, Cortés, Cuenca y Pau Sans.
Tras un breve calentamiento, los jugadores han llevado a cabo ejercicios de remate y una serie de partidillos a campo reducido divididos en tres equipos, permaneciendo en el campo el equipo que marcaba. Una vez finalizado el entrenamiento, de una hora de duración, ha llegado el momento más esperado por los más pequeños, que no es otro que la lluvia de regalos que les han lanzado los jugadores del Zaragoza, que también se han quedado firmando autógrafos y haciéndose fotos para poner el broche de oro a una mañana cargada de alegría, ilusión y zaragocismo.
Entrenamiento a puerta abierta del Real Zaragoza
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