Aún cuando pierde, gana
El sábado tuvimos el lujo de ver, frente a frente, a dos de los mejores entrenadores de LaLiga Hypermotion: José Alberto y Rubén Albés. El asturiano ha impregnado su sello en Santander y su homólogo en el banquillo del Carlos Belmonte es un maestro de la pizarra. Sólo con ver como con un chasquido de dedos (o dependiendo de quién tenga la posesión) te cambia el sistema de un 4-4-2 a un 3-1-4-2, ya ves que ahí hay entrenador. Y muy bueno.
El Albacete perdió ayer y muy probablemente, en el cómputo general del encuentro, no fuera peor que el Racing. Hasta el 1-0 estaba el partido parejo, pero en Carrusel Deportivo Cantabria mencionábamos más a Escriche (tuvo dos remates, uno especialmente claro) en el área de Ezkieta que a Arana en el contrario. Del 1-0 al descanso, claramente se impuso el Racing. Y en el segundo tiempo, claramente con la entrada de Higinio (con la ocasión de Ekain por medio), fue un monólogo de los manchegos.
Mi amigo Álex García, de COPE, le preguntó a JAL que si es la primera vez que le ganaban la batalla táctica desde que es entrenador del Racing. Con una sonrisa y el buen tono que le caracteriza, éste le respondió que le daba igual si eso había sucedido porque él se había llevado los tres puntos. Y vuelve a tener razón. Gana siempre, y con él, el Racing. Y ante el Albacete, ganó por pegada.
Comunión perfecta
A ver quién es el guapo que gana en El Sardinero esta temporada. Cuatro partidos, tres victorias y empate. Los de José Alberto aún no han hincado la rodilla como locales. 13.500 en la grada (que parecen más por cómo animan) que tiran del equipo, 11 sobre el campo (más el del área técnica y los que no salen las fotos de Cubero) que tiran de la afición.
El balance es difícilmente mejorable: cuatro partidos disputados que han dejado un balance de tres victorias y un empate. 7 goles a favor y sólo el de Higinio (tras un lío de narices es en el área pequeña) en contra.
La enseñó
Todos quieren marcar, está claro. Máxime si hablamos de los delanteros. Pero había un jugador en especial, que estaba loco por la música: Juan Carlos Arana. Quería marcar y enseñar su camiseta a su nueva afición, gesto que repite tras cada gol y que pudo malinterpretarse la temporada pasada en El Sardinero, cuando se estiró la amarilla del Villarreal B.
Ya se encargó de explicarlo en su presentación, donde dejó un reto (y deseo): “Tengo ganas de que la vuelvan a ver pronto y que sea para bien”. Al final la vieron. Y el partidazo que se cascó su ‘9′ también.
Territorio Sangalli
Como un cerdo (es así el dicho, que se me entienda, por favor) en un barrizal, así se lo pasa cuando tiene que salir al terreno de juego con el marcador a favor. Hablo de Marco Sangalli.
Emociona (a los rivales seguro que los encabrona) ver su gestión en los minutos finales, sacando provecho del reglamento hasta el final. Así que si vamos ganando y hay que resistir, lo tengo claro: Sangalli y 10 más. Siempre en mi equipo. Sueña con ser seleccionador italiano. Y le pega.
