Arambarri, frontón del Leganés
El central del Leganés lució exhibición defensiva contra el Eibar con el mayor número de despejes de un jugador en un partido en lo que llevamos de curso (once). El Lega lo goza atrás.
Madrid tiene un frontón. Está al lado del Paseo de la Castellana, a la altura de Colón. Beti-Jai se llama. Se construyó en 1894 y lo erigió Joaquín Rucoba, el mismo arquitecto que hizo el Ayuntamiento de Bilbao. Un espacio único que ha encontrado hermano simbólico al sur de la capital. Porque ahora Leganés también tiene su propio Frontón. Aritz Arambarri es su nombre. También es de origen vasco y éste, a diferencia de aquél, se encuentra en plena ebullición de actividad. Frenesí del rechazo hasta convertir al Leganés en un llamativo muro.
En las cuatro jornadas que sumamos de curso sólo un futbolista supera a este canterano de la Real Sociedad en despejes. Se trata de Piña, central del Eldense que acumula 26 en todo el campeonato. Aritz lleva sólo dos menos: 24 de los que 16 han sido de cabeza, lo que le convierte (también) en el segundo especialista en evitar el peligro con la testa.
Donde nadie gana a Aritz Arambarri es en tener el récord del mayor número de despejes de un partido. Ante el Eibar, en la última jornada, el guipuzcoano repelió hasta once balones (nueve de cabeza). Hizo eso y mucho más: bloqueó cuatro remates, interceptó dos balones, cometió una falta e incluso le hicieron otra en el único intento de regate satisfactorio que probó en todo el partido.
Un espectáculo defensivo que ayudó a que el Lega también batiera el récord del curso en cuanto a despejes en un mismo partido. Ante los armeros mandaron fuera de su zona de peligro hasta 37 balones (incluidos los despejes de Diego Conde, portero de los blanquiazules). Ningún equipo ha repelido tanto como el Lega en Ipurua.
Borja Jiménez, pizarra hormigonada
El dato es llamativo porque habla de la exigencia defensiva de un Leganés que es capaz de lucir varias caras sin despeinarse. Contra el Eibar, de equipo fajador. Sí, el equipo de Joseba Etxeberria bombardeó al Leganés con centros laterales y asedio frontal, pero en ese buscar el gol constante, el Lega no sólo nos sufrió, sino que se gustó en unas tareas defensivas que ejerció con solvencia y esfuerzo. No se sintió superado, sino cómodo en una función, la de achicar balones, que también lució contra el Albacete.
En los últimos minutos contra los manchegos, con el conjunto de Albés buscando recortar distancias, el Lega tuvo que lucir de nuevo esa solidez defensiva de replegarse y evitar el peligro de cualquier forma. Tanto es así, que el Lega terminó acumulando 26 despejes con Jorge Sáenz como líder del achique. Mandó lejos hasta siete esféricos. Y eso que salió… ¡¡en el minuto 77!! En ese partido, el Leganés jugó durante la primera parte y tramos de la segunda a un plan distinto de posesión y control del esférico. Sin embargo, cuando el enemigo tocó zafarrancho, supo replegarse y sufrir para vencer.
“Defender también es un arte”
Ese espíritu de solidaridad en el esfuerzo defensivo es una de las virtudes que Borja Jiménez ha querido inyectar al equipo. “Es un halago que tengamos esa capacidad de jugar contra el Albacete con la pelota y defender arriba y ahora ganar echándonos atrás. Atacar tiene sus cosas buenas, pero defender también tiene su arte”, decía el abulense tras tomar Ipurua, una plaza en la que el Leganés no ganaba desde hacía 20 años.
“Muchos días tendremos que hacer el esfuerzo de correr más que el rival, ser solidario con el compañero, hacernos fuertes en el compañero, valorar un despeje, una contra… desde el primer día sabíamos qué señas de identidad debíamos tener”, añadía el técnico, conocido por ser un entrenador que gusta del buen trato de balón… pero que en estos primeros días en el Leganés también está sabiendo lucir músculo hormigonado con Aritz Arambarri como jefe de su defensa. El nuevo frontón del Leganés.