Aprobados y suspensos: Y, de repente, la mejor Cultural en décadas
Una exhibición inesperada en el estadio menos apropiado enseña el camino. Actuación coral y cambios, colectivos e individuales, que resultaron claves para la aplastante mejoría del equipo leonés en Santander.
La Cultural estrenó su casillero en la actual temporada con una gran victoria en el campo del líder, el Racing de Santander, gracias a un partido soberbio de todo el equipo que se reivindicó de la mejor manera posible.
Édgar Badia: Menos trabajo del que auguraba el duelo ante el líder. Sujetó al equipo a tiros de Andrés y Villalibre. Con el partido sentenciado regaló el primer tanto y fue castigado con un riguroso penalti a continuación.
Iván Calero: Completo partido del lateral, que secó a Íñigo y estiró su carril asistiendo en el 0-3. Se afanó para contener al Racing cuando en la segunda parte volcó el juego por su costado.
Rodri Suárez: Expediente limpio de errores. Palabras mayores para el joven capitán leonés, que sigue sorprendiendo a propios y extraños. Otro ariete de renombre empequeñecido a su paso.
Matía Barzic: Defiende con suficiencia y tiene galones para salir al ataque, lo que en ocasiones fugaces le lleva a poner en ventaja al rival. Volvió a pedir el cambio por calambres.
Roger Hinojo: Una irrupción asombrosa. Excelso en las dos partes del campo. El 0-1 nació y murió en sus botas. Apunta a ser una de las grandes revelaciones de la liga.
Bicho: El gallego dio una lección de magistral, con balón, su punto fuerte, y sin pelota. Su juego crece con otros dos medios por delante. Acabó pagando el esfuerzo cuando la Cultural había agotado los cambios.
Thiago Ojeda: Recuperó su mejor nivel con un despliegue soberbio, también favorecido por la acumulación de centrocampistas. Falló a puerta vacía lo que pudo ser el quinto gol de su equipo.
Selu Diallo: No estuvo en el foco de la jugada como otros, pero su labor resultó clave para reducir el juego del rival. Su capacidad para abarcar campo, en este caso en el sector izquierdo, permite liberar a jugadores ofensivos.
Pibe: Se está ganando el puesto a pulso. Encarador y, por fin, fructífero. Asistió a Chacón para el segundo tanto.
Luis Chacón: Su mejor partido. No es casualidad que sus virtudes florezcan cuando la Cultural aumenta su frecuencia de ataques. Gol, asistencia y mucho protagonismo. De “10”.
Rubén Sobrino: Y, de repente, el ataque de la Cultural resurgió con la titularidad del manchego. Amén de los datos gruesos (gol y pase gol), dio una lección de cómo puede ayudar un delantero lejos del área rival.
También jugaron en el equipo de Llona.
Diego Collado: Relegado a la suplencia, en su primera intervención colocó su zurdazo por debajo del cuerpo de Ezkieta. Una eficaz alternativa.
Yayo: Recurso en el centro del campo cuando el cansancio pasó factura
Mboula: Regresó a El Sardinero. Sigue su puesta a punto. Acabó siendo el “9” de la Cultural
Fornos: Relevo del fatigado Barzic, se “pegó” con Villalibre cuando el Racing más apretaba. Salió airoso.
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Larios: Sufre en el juego aéreo y respira con la pelota en los pies.
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