Aprobados y suspensos del Pucela: Ganar sin balón
El Real Valladolid doblegó al Andorra con una sólida actuación, a pesar de la escasa posesión del cuero que tuvo.
El Real Valladolid, pese a la derrota ante el Espanyol, parece haberse acostumbrado ya al sabor del triunfo. Lo ha hecho, o está en ello, incluso en partidos como el del Andorra (que se darán pocos), en los que el rival lleva la manija del cuero, aunque no necesariamente por ello sea dominador de todas las fases. Y es que el conjunto de Paulo Pezzolano supo aprovechar sendas pelotas paradas para alejarse en el marcador y para mantenerse erguido sin pasar unos apuros excesivos.
John: Hubo runrún con alguna de esas cosas raras que hace a veces, pero lo cierto es que en una jugada a pelota parada salvó un buen remate de Scheidler. Con o sin ironía, allá cada uno, acabó siendo aplaudido.
Luis Pérez: Se animó a aparecer en zonas de remate en alguna transición en la primera parte. En la segunda, en cambio, necesitó multiplicarse para cerrar el costado ante las exigencias del rival. Acabó lesionado.
Boyomo: Primera mitad inmaculada, aunque de poca presencia, pues tocó seis veces el balón y las seis fueron para dar pases buenos. En un partido de extremar atenciones, tuvo alguna indeterminación, pero no dudas.
Torres: Volvió tras su internacionalidad y estuvo contundente, tanto que casi coge por sorpresa a Dani Martín en un despeje en el centro del campo. Inició la presión muy mejor, pero se contuvo con el marcador a favor.
Escudero: Lobete no le buscó demasiado las cosquillas, por lo que respiró más bien tranquilo. Cosa distinta fue cuando entró Álex Calvo, con lo que Pezzolano le protegió dando entrada a Lucas Rosa por detrás.
Juric: Ordenado y bregador, apareció, además, para hacer el cero a dos en un balón parado. Es una garantía como red de seguridad; acumula acciones defensivas de valor (esta vez, más de 20) y tiene dotes de mando.
Monchu: Lideró la presión y recuperó seis veces el cuero en la primera mitad, hasta cuatro en campo rival (acabó con doce y siete). Es el ‘quarterback’ del Pucela: filtró varios pases de calidad hacia los atacantes que rompieron líneas.
Joni Montiel: Ejecutó con maestría, pese a la lejanía, la falta que se convirtió en el uno a cero. Dio un caramelo a Juric para que hiciera el dos a cero. Descarado, intentó tirarse una porra en la frontal. Partido para coger confianza.
Iván Sánchez: Despertó el “oh” en la grada después de una cola de vaca mayúscula, aunque apenas se le vio en el primer periodo. Un buen centro suyo se pudo convertir en la sentencia, de Sylla. Le tocó ponerse el mono de trabajo y cumplió.
Kenedy: Dolorido en el tobillo por una acción con Samper. La asistencia filtrada hacia Sylla, para el gol anulado, fue de quilates. Al borde del descanso, dejó una delicatesen que cortó Pastor en boca de gol. Quiso sorprender a Dani Martín en una vaselina tras una buena presión.
Sylla: Definió muy bien en lo que pudo ser inicialmente el dos a cero, que no subió al marcador por fuera de juego. Se hizo con la posición para rematar de volea un centro de Iván Sánchez. Acabó fatigado por el esfuerzo.
También jugaron en el conjunto de Paulo Pezzolano:
Meseguer: Trabajador, aunque no llegara a neutralizar en demasía el juego rival.
Anuar: Se revolvió con una baldosa y disparó alto de izquierda. Acabó como lateral derecho después de la lesión de Luis Pérez.
Gustavo Henrique: Entró para refrescar la parcela defensiva y acabó cometiendo el penalti malogrado por el Andorra.
Lucas Rosa: Colocado de lateral izquierdo para neutralizar la velocidad de Álex Calvo. Asomó en posiciones de remate en una contra.
De la Hoz: Ganó dos duelos y recuperó dos veces el balón en los pocos minutos que tuvo.
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