Aprobados y suspensos del Pucela: Castigo a la testarudez
El Real Valladolid cayó fruto de sus propios errores, reiterados y pertinaces, ante un Alcorcón que pudo y debió ganar con mayor comodidad.


La insistencia, bien entendida o bien resuelta, suele llamarse resiliencia, una capacidad que tiene el ser humano para revolverse ante situaciones adversas y darles la vuelta de manera positiva. Cuando no se entiende bien, o no se plasma de esta manera, la reiteración se torna en ser pertinaz, como lo fue el Real Valladolid al reiterarse en su plan ante el Alcorcón a pesar de ver que hacía aguas. El conjunto blanquivioleta fue tan testarudo que se llevó un castigo merecido, que quizás debió ser mayor, ya que su rival pudo y debió hacerle algún gol más.
John: No pudo alcanzar el disparo de Jacobo González, por toda la escuadra. Achicó bien espacios en la contra de Jacobo que se pudo convertir en el 0-2. Atento para cortar un contragolpe casi en el centro del campo. A cambio, aguantó en demasía en el gol de Sousa. Pudo encajar una goleada
Luis Pérez: Esbozó una línea de tres a menudo en salida de balón. Sacó bajo palos una contra en la que, de nuevo, el equipo no hizo un buen balance por su inferioridad en banda izquierda. A cambio de esa posición, desdobló poco; por lo menos, bastante menos de lo que acostumbra.
De la Hoz: Exigido a correr grandes distancias a sus espaldas, algo a lo que no está acostumbrado, disputó su peor partido desde que llegó al Pucela. Tuvo mucha presencia con balón, lo que no es exactamente una buena noticia. Cometió más pérdidas que en partidos anteriores y estuvo desnaturalizado.
Gustavo Henrique: Intentó sorprender en el inicio del partido prolongando de cabeza como extremo izquierdo. Vivió poco menos que un calvario; se le vio demasiado expuesto, sobre todo, al espacio, donde se le vieron las costuras. En cuanto el Alcorcón vio que era ahí donde debía atacar...
Escudero: Asentado como un mediocentro más. El abandono de la posición de lateral provocó graves problemas en espacios en los que el conjunto alfarerose encontró a gusto. Rara vez dobló por fuera y, a la postre, dio más pases que cualquiera de los mediocentros.
Meseguer: Otro que estrenó titularidad. Su mapa de pases refleja la horizontalidad con la que se empleó, como el resto del equipo. Aunque acertados en su mayoría, le faltó creatividad con ellos. No estuvo bien en los duelos ni llegó a cortar las acciones de peligro amarillas.
Monchu: Disparó al muñeco el buen pase de Raúl Moro que se convirtió en el primer tiro a palos. No confió en su zurda para golpear en una de las jugadas que le cayeron en el área. Descolgado, mucho, tanto, que por momentos no parecía estar actuando como mediocentro.
Raúl Moro: Enconado en la gran mayoría de sus intentos de desborde. Condujo demasiado en unas cuantas ocasiones, lo que provocó la grave pérdida del 0-1. Aun así, fue el único que amenazó con desbordar de verdad. Incluso enredándose, con un pase atrás rozó la asistencia.
Iván Sánchez: A menudo solapado con Raúl Moro, fruto de que la zona central se vaciaba tanto que tenía que buscar en otras zonas su lugar. Desacertado en el centro, al contrario que en días anteriores. Cuando intentó hacerse hueco para el disparo, siempre le cerraron buen.
Kenedy: Estrenó titularidad, aunque le costó entrar en juego. Esforzado, trabajador, apareció en alguna cobertura defensiva, necesarias por lo atípico del esquema de juego. El balón, por muchos momentos, ni se asomó por su lado. A la postre, participó de la creación menos que John.
Iván Cédric: Babin le dio la bienvenida definitiva a la Segunda División convirtiéndose en su sombra, y aun así, ganó 8 disputas de las 18 en las que intervino. Estuvo mejor que otros días con el balón en los pies, completando cuatro regates, aunque siempre que fue a definir un defensa se lo negó.
También jugaron en el conjunto de Pezzolano:
Juric: Algo tosco con balón. Dio la sensación de querer hacer demasiadas cosas, seguramente, con un rol que no es el suyo. Probablemente el partido pedía más creatividad que su músculo.
Sergio León: Enjaulado junto a ‘la pantera’. Apenas entró en juego en la media hora de que dispuso, contando el tiempo complementario.
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Quintana: Por más argumentos que utilice Pezzolano, sorprendió que hasta él superase a Boyomo. Volvió a jugar como central y lo pasó mal a las espaldas; él también.
Tunde: A su favor juega el hecho de que siempre intenta hacer muchas cosas. En su contra jugó la cruda realidad de que a estos niveles hace falta más finura técnica que la que está demostrando.





