EIBAR-GRANADA
Aprobados y suspensos del Granada: catástrofe
El Granada se vio superado por el Eibar y se marchó goleado en un partido muy malo de los nazaríes. Ni en ataque, ni en defensa, ni por intensidad. Suspenso general
André Ferreira: Nada pudo hacer en los dos primeros goles, más bien, golazos. Tampoco en el tercero. Estuvo siempre muy atento a salir a balones largos, aunque poco acertado en despejar a sus compañeros. Paradón para evitar el cuarto. El portugués sigue dando la talla.
Richard: Correcto a momentos, perdido como el equipo a ratos. Intento aportar en ataque, quizá donde tiene sus mejores virtudes, pero tampoco tuvo su noche. En defensa sufrió de lo lindo todo el partido. Sus subidas dejaban muchos huecos que se supieron aprovechar. Lejos de su mejor versión.
Miguel Rubio: Le tocó achicar agua una y otra vez, pero se vio muy superado por los ataques en tromba de los armeros. Se hundió junto a todo el barco con el segundo gol del Eibar y no estuvo contundente en el tercero. Como la tónica general, mal partido.
Cabaco: Se estrenaba en el once por la baja de Ignasi Miquel no estuvo del todo fino. Vio como el ataque del Eibar le ganaba por todos lados. La pelea con Blanco duró la primera parte, después le tocó Bautista. Desubicado, no se entendió con su compañero en demasía ni con la medular. En el cuarto gol Bautista le recorta con extrema facilidad. Faltó intensidad y agresividad en sus acciones .
Jonathan Silva: Estrenaba titularidad y no tuvo su mejor noche. En defensa estuvo correcto, aunque en la segunda parte empezó a sufrir más por su cansancio y el buen hacer de Corpas. Con el balón en los pies estuvo totalmente desacertado. No metió ni un centro en condiciones de ser rematado, precipitado y sin llegadas positivas. En el 60′, fue cambiado.
Bodiger: Tampoco fue su partido. Se le vio superado en todo momento por el centro del campo armero. Desbordado en defensa, donde trabajó mucho, aunque de poco le valió al equipo, sin ideas en ataque, que tampoco es su mejor virtud.
Petrovic: Volvía a la titularidad y lo hizo como sabe: trabajando. Es un todoterreno pero, como el resto, se vio muy superado durante todo el partido. En defensa no llegaba a tapar agujeros, ni en presión adelantada ni cuando bajaba el bloque, en ataque, salvo alguna conducción, tampoco pudo poner soluciones a la falta de ideas.
Puertas: A Antonio nunca se le puede negar el trabajo. Corrió para arriba y para abajo, trabajó y poco más. Casi nada aportó en ataque salvo algún toque de calidad en el recorte y algún intento por más corazón que ideas. Como todos, falto de ideas y de intensidad.
Callejón: Apenas aportó, apenas tocó el balón y apenas metió intensidad en el partido. Empezaba en punta para buscar los balones que prolongaba Molina, pero no llegó a ninguna. Se movió por todo el frente de ataque con libertad, pero sin alguien que le surta de balones en condiciones se dificulta todo. Como el resto, suspenso.
Uzuni: En ataque apenas aportó lo que tiene: desborde, velocidad y desmarques. Le tocó ayudar a Silva, con el que no terminó de entenderse. Lejos de su mejor versión, como sus compañeros de ataque, sin ideas arriba y sin apenas balones en condiciones. Vio la amarilla, muy rigurosa, tras el descanso. Le cambiaron en el 72′.
Molina: Primera titularidad del año para el de Alcoy. Se le buscó mucho en largo para que prolongase, pero su pelea no tuvo demasiado premio. Poco aportó en ataque salvo un remate de cabeza fuera. En el segundo gol, además, llegó tarde a tapar a Tejero, aunque fue un golazo del lateral.
Desde el banquillo.
Quini: Salió en el 60′ y al poco llegó el segundo del Eibar, que desestabilizó por completo al equipo. Aportó poco, pero tampoco tuvo errores de bulto. Poco pudo hacer desde su salida.
Bryan: Salió en el 72′ para refrescar en la derecha, pero casi ni tocó el balón. Minutos de experiencia para él, porque poco más pudo aportar.
Perea: Como su compañero, salió en el 72′ y le tocó defender más que atacar.
Karanka: Tuvo que hacer cambios, algunos obligados, y nada le salió bien. Ni Molina, ni Silva, ni Cabaco estuvieron acertados. El equipo se vio superado durante todo el encuentro y bajó los brazos con el 2-0 para que le cayeran dos más. No tuvo capacidad de reacción con el 1-0 al descanso, donde viendo que el partido era claramente armero no agitó el banquillo. Tampoco después, aunque ya con el 3-0 nadie creía. Se dejó dos cambios sin hacer. Su planteamiento de buscar un fútbol más directo nunca llegó a funcionar.