Ander: un golpe inesperado
La decisión del futbolista de renovar por el Athletic ha supuesto una enorme decepción entre el zaragocismo y un gran imprevisto para Víctor Fernández, su gran valedor.
La decisión de Ander Herrera de rechazar la oferta del Real Zaragoza y aceptar la propuesta de renovación del Athletic de Bilbao, cuando en múltiples ocasiones había expresado en público su intención de regresar la próxima temporada a La Romareda, ha supuesto una enorme decepción entre el zaragocismo, además de un golpe bajo e inesperado para Víctor Fernández, que lo consideraba un jugador estratégico para el proyecto y así se lo había expuesto a la propiedad en la cumbre deportiva del pasado lunes en Madrid.
El grupo inversor que controla el Real Zaragoza había dado luz verde a la contratación de Ander Herrera y con su rápida incorporación se quería poner la primera piedra del Real Zaragoza 2024-25, pero esa pretensión se ha venido al traste a primera hora de esta mañana cuando el futbolista le ha comunicado al propio Víctor Fernández que se iba a quedar en el Athletic, una noticia que ha caído como una bomba en el Zaragoza y su afición y singularmente en su entrenador, que, después de muchas conversaciones, no esperaba esta negativa y menos en un futbolista criado en la Ciudad Deportiva y que siempre había declarado que su sueño era apurar su último fútbol y retirarse en el equipo aragonés.
Pero Ander Herrera (Bilbao, 1989) ha optado por renovar con el Athletic, lo que le cierra definitivamente las puertas del Real Zaragoza, porque fue él quien, pregonando su zaragocismo, le hizo llegar a través de sus representantes a los ‘principales’ del club aragonés hace ya varios meses su intención de regresar, con el salario mínimo de Segunda División -95.000 euros brutos-, para ayudar al equipo a conseguir de una vez por todas el ascenso a Primera División. Y esta negativa final de ahora colisiona, por ejemplo, frontalmente con la disposición que siempre ha tenido Víctor Fernández de acudir al rescate del Zaragoza, aun en las peores circunstancias y poniendo en juego, a sus 63 años, toda su reputación profesional.
El regreso fallido de Ander no cambia la hoja de ruta del Zaragoza, pero sí supone un primer contratiempo serio, además de una enorme decepción. Pese a que está a dos meses de cumplir 35 años y a su historial de lesiones musculares, Víctor Fernández lo consideraba un gran banderín de enganche para otras incorporaciones y un futbolista diferencial en la categoría.
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