Adrián Niño, a lo Hugo Sánchez
El delantero ha marcado todos sus goles esta temporada a un solo toque. “Una de mis grandes virtudes”, decía tras el Málaga-Mirandés. De las grandes noticias en el debut de Funes.
Dentro de la versión pobre del Málaga ante el Mirandés, donde solo se podía sacar una lectura limitada, y resultadista, también hubo alguna buena noticia en la primera fotografía de Funes al frente del banquillo malaguista. Y uno de esos nombres que aparecen al instante es el de Adrián Niño.
El delantero roteño apareció en un espacio de apenas dos minutos para marcar un doblete, el más rápido en la historia del Málaga. Especialmente espectacular el primero, tras una asistencia de Dotor desde la derecha. Niño calculó perfectamente la portería y colocó la pelota en la escuadra tras estar en el sitio preciso. Una acción que aúna varias de sus virtudes. El segundo tanto también reflejó su capacidad de estar muy atento y aprovechar la falta de comunicación en la defensa del Mirandés. Primero persiguió la jugada Joaquín Muñoz, pero Niño estaba preparado, vivo en la acción, para hacer el segundo y poner las cosas en su sitio después de un primer tramo del Málaga discreto. Ese runrún que se empezaba a escuchar en La Rosaleda lo silenció Niño con dos puñetazos sobre la mesa.
Sus siete tantos de esta temporada tienen otra particularidad: todos han llegado al primer toque. Incluyen tres en Liga en 360 minutos: además del doblete ante el Mirandés, el que abrió la temporada frente al Eibar. Y otros tres en pretemporada: dos contra el Antequera y uno frente al Almería en el Marbella Football Center, además del gol que marcó con España sub-19 en su debut ante Kosovo. Con ese sello de no controlar la pelota y mostrando ese olfato goleador en unos pocos sorbos como malaguista.
“Es una de mis grandes virtudes”, decía el gaditano tras el Málaga-Mirandés. El registro de Adrián Niño evoca aquella temporada de Hugo Sánchez en 1989-90, cuando el mexicano firmó 38 goles al primer toque y se proclamó pichichi de la Liga, llevando aquello de marcar al primer toque a su máxima expresión.
El fichaje estrella por quien el club pagó un traspaso siete años después (400.000 euros al Atlético). El club blanquiazul proyectaba en verano dar un salto de nivel, y uno de los jugadores llamados a impulsarlo era precisamente Adrián Niño, que se suma a esa carrera en la delantera con Chupete, con 4 goles y que va entrando tras superar una lesión de isquio, y Eneko Jauregi, con 3 tantos. Una de las posiciones mejor cubiertas de la plantilla. El Málaga ahora adquiere una dimensión superior mientras la enfermería respete. El pichichi todavía es Rafa Rodríguez con 5 goles.
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Tras superar una lesión de tobillo mal gestionada y un periodo de incertidumbre sobre su recuperación, Niño se muestra ahora en perfecto estado de revista, aunque ante el Mirandés todavía con el depósito justo, pero en clara progresión. Es un registro con el que cuenta Funes y apenas tuvo Pellicer, que asumió el riesgo en aquel Málaga-Cádiz en La Rosaleda el 21 de septiembre. Mes y medio apartado y siete jornadas sin contar con el roteño, por fin de vuelta y facturando.
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