A la Copa con lo puesto
Debido a los lesionados, el último partido del año reduce mucho margen de maniobra a García Pimienta para enfrentarse a La Nucía.
El calendario quiso que la tercera ronda de la Copa fuera a no mucha distancia —en términos continentales— del partido anterior de liga —Castellón y Alicante—. Se ahorran un ida y vuelta entre el archipiélago y la península, algo que sin duda aplaude Greta Thunberg y la propia expedición grancanaria, aunque en los últimos dos meses haya encadenado tres dobles salidas con esta y tenga que esperar cinco días para disputar el encuentro.
La Copa suele ser el valle encantado para los “menos habituales” en el que poder coger número para cuando irrumpan las lesiones o baje el rendimiento de los “más habituales”. Algo que siempre está trufado por los entrenadores quienes recurren al mensaje público de tener a todos lo más enchufado posible abriendo la ventana a posibles cambios en la jerarquía del equipo. Por ejemplo, la pasada campaña tras la eliminación en esta ronda Pepe Mel abrió la puerta a quienes apenas jugaban, en la misma rueda de prensa pospartido cuando se velaba al caído. Aunque a esa historia le esperaba un giro un mes después.
Además, no sería la primera vez que la Copa da oxígeno al exhausto gastándoselo, paradójicamente. A veces, hay conjuntos que llegan al borde de un ataque de nervios que se calman tras una victoria, recuerdos de la eliminatoria ante el Racing de Santander si se tira del histórico amarillo. También los hay a los que un KO en la competición del KO tumba ventorrillos incipientes —o los dejan sentidos—. Cappa-Valdano-Paco Castellano, año 97.
Sin embargo, nada de eso se cumple en esta ocasión. Las Palmas ni llega necesitada de un empuje —o puntilla— pues tiene la tranquilidad del campeonato homeópata de invierno, algo que firmarían los otros 21 clubes de Segunda. Ni García Pimienta tiene demasiados jugadores que lleven demasiado tiempo sin participar demasiado. Porque más allá del espíritu rotador con el que encaró esta temporada 2022-23, le aguarda un regimiento de lesionados en Gran Canaria.
Así que no será un encuentro a plata o plomo. Ni un capítulo para ver a 6-7 caras casi nuevas de la primera plantilla. Será una eliminatoria sin dramas justo antes de Navidad. Al que llegarán con una gran dosis de espera los jugadores amarillos quienes llevan varados cinco días varados y quienes querrán traerse casa el billete de dieciseisavos ante La Nucía de César Ferrando. Uno de los entrenadores que estuvieron de moda hace no muchos años. En el que cumple su cuarta temporada y que mantiene en zona ni fría ni caliente tras firmar un reciente ascenso de Segunda RFEF.