EUSKAL SELEKZIOA 1 - URUGUAY 1
Djaló conquista San Mamés y Bielsa la lía
El nuevo fichaje del Athletic marcó un golazo en la que será su nueva casa. El técnico argentino montó en cólera por los numerosos cambios en el bando local y no quiso salir a sala de prensa: pedía un tope de seis sustituciones.
Empate entre Euskadi y Uruguay en un partido completamente deslucido por la falta de entendimiento con las normas que regían por parte del banquillo visitante. Bielsa montó en cólera porque no concebía más de seis cambios, como en cualquier amistoso internacional, cuando todo parecía pactado, y tras el choque decidió no comparecer ante los medios. Todo muy rocambolesco. El argentino no citó a las grandes estrellas Araújo y Valverde, y aunque tenía 12 jugadores en el banquillo, sólo puso a cinco en liza. Su enfado fue desproporcionado. En él todo está fuera de medida.
La Euskal Selekzioa llevaba tres años en el olvido y logró montar un partido de enorme eco internacional, ante una bicampeona mundial como Uruguay, en San Mamés y en una fecha FIFA. Para más notoriedad, suponía el regreso de Bielsa a Bilbao, a una ciudad en la que ha dejado huella. No había aparecido por San Mamés y fue ovacionado al ser citado por megafonía, pero poco más. Porque protagonizó escenas que arruinaron todo el esfuerzo por un partido de tanto cartel. El ‘Loco’ desató la furia al ver que su colega Arrasate realizaba hasta nueve cambios, para poner en liza a todos los integrantes del banquillo. Este fue a darle explicaciones, pero el argentino entendía que como se trataba de un amistoso internacional había que dar sólo seis relevos.
Con grandes aspavientos, gritaba a todos, sobre todo el auxiliar y el cuarto árbitro. Nadie podía tranquilizarle. La escena dejó perplejo a San Mamés. Djaló sufrió calambres y tuvo que retirarse, pero con todo el maremágnum, Euskadi estuvo con diez durante cuatro minutos. Hasta que Bielsa firmó las actas para dejar que hicieran lo que quisieran los técnicos locales. Se sentó en la nevera portátil esa que tanto le gusta y, aunque absolutamente furioso dejó de escribir en los papeles que ‘decoró’ durante la segunda parte, las aguas volvieron a su cauce.
El amistoso, con 35.461 almas, tuvo dos partes muy diferentes. En la inicial el cuadro tricolor se subió a lomos de Guevara y Vesga, mientras que Iván Martín encontró grandes espacios porque Vecino desatendió su vigilancia. Los vascos fueron profundos, tuvieron llegada y propuesta. Mientras, los celestes se fiaban de su estrategia, aunque a la hora de la verdad, solo contabilizaron con un cabezazo como acción de peligro. Ares lo intentó con un disparo buscando perfilarse en la banda. Su primo Djaló era uno de los jugadores más esperados, tras su fichaje desde el Sporting de Braga. Su nombre se escuchó varias veces por un amplio coro. Actuó como punta con Iván Martín algo más descolgado. Y un pase largo de Gorosabel le cayó en el área, se la cocinó muy bien con la velocidad de nueve puro y remachó con la derecha. Fantástico control y disparo. Entendimiento entre dos que serán compañeros desde el próximo verano. A Uruguay le anularon un gol por fuera de juego muy justo tras cazar un rechace del poste Luciano Rodríguez. No había VAR.
La Euskadi asentada e incisiva se evaporó después. En la segunda parte el equipo de Arrasate estuvo más desajustado, con Dani García, Moncayola y Zarraga sin coger las riendas. A los 15 segundos empató Vecino, jugador del Lazio, tras una acción poco contundente de Elustondo; anotó un balón suelto, otro como si fuera un nueve. Empezaron a estar los charrúas más tiempo en campo local, dominadores, subieron el punto de su intensidad porque para ellos no hay amistoso. Y eso que la tuvo Moncayola en un contragolpe tras un robo de Dani García, pero no definió bien y lanzó al ‘muñeco’. Solo jugaron todo el choque por parte local Pacheco y García de Albéniz. Los parones y conflictos (sobraron los cuatro que gritaron ‘uruguayo el que no bote’ y la quema de contenedores antes del choque) deslucieron el choque y la Celeste tuvo más ritmo porque hizo menos cambios. Betancur y De Arrascaeta dieron gran verticalidad. Luciano Rodríguez pegó en el palo a seis minutos para acabar. Todo acabó con enorme perplejidad. Había un contrato entre ambas partes para jugar el amistoso y un acuerdo añadido para ampliar el abanico de cambios, aunque Uruguay no lo tenía tan claro.
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