Ronaldo

Yo jugué contra Zidane “Llamaba la atención el desfase entre la calidad y lo cabroncete que era”

Pedro Iranzo
Por Pedro Iranzo

“Cuando la magia se transforma en movimiento”, con estas palabras recordaba el Real Madrid el 20 de noviembre de 2023 a Zinedine Zidane.

Un jugador de leyenda que marcó una época vestido de blanco. Más allá del gol de la Novena con una volea que los madridistas guardan en su retina, el marsellés impartió lecciones de clase, control de balón, goles y calidad como blanco entre 2001 y 2006. Luego llegaron las tres Champions consecutivas como entrenador. Tres exfutbolistas y un técnico como son Antonio López, Aitor Ocio, Ángel Morales y Gregorio Manzano hablan sobre el francés para AS.

El Crack

Player
Background Background

“Tenía una sensación como si manejara el balón con las manos, con absoluto control”...

Las definiciones del Zidane futbolista tienen el patrón común de la calidad. En ellas aparecen elogios como “un jugador por encima del resto”, “elegante, lo tenía todo” o “De 0 a 10, un 9”, aunque también señalan que “tenía un aspecto bonachón, pero era bastante cabroncete”. Hasta Messi se rindió en una charla con el ganador del Balón de Oro en 1998: "Para mí es uno de los más grandes de la historia, siempre lo admiré, lo seguí mucho en el Madrid y lo sufrí. Él siempre fue un jugador diferente, elegante, alto, con magia, lo tenía todo".

El ’5’ blanco provocó impresiones bien distintas entre sus rivales. Desde el banquillo, Gregorio Manzano, exentrenador de Atlético y Mallorca, tuvo que organizar su pizarra para frenar a Zizou: “Es uno de los jugadores que unía talento, técnica, fortaleza física, un gran disparo y buen remate dentro de las cualidades básicas del fútbol en cualquier futbolista. ¿Nota? De 0 a 10, te diría que un 9. Y cuando hablamos de todas esas cualidades en uno sólo se dice que es un súper jugador. Además, no podías cerrarle una pierna porque te salía con la otra, te podía rematar perfectamente y su ‘dribbling’ era perfecto. Reunía todo en ese cuerpo privilegiado”.

Player

Aitor Ocio, exjugador de Athletic y Sevilla, no olvida el 15 de enero de 2006 cuando vio el primer y único hat-trick del francés en su trayectoria unido a una asistencia frente a la que contrarrestó con un gol hispalense dentro del 4-2 final. En la crónica de AS, Zidane se llevó tres picas junto a “El crack”: "Marcó tres goles y exhibió su repertorio de regates, controles y pases. Fue el de sus mejores tiempos". Unos calificativos acompañados dentro de la crónica: “El director de orquesta, el malabarista, el artista sin melena”. Su rival en aquel encuentro habla de Zizou casi como si se tratase de un mago: “Tenía una sensación como si manejara el balón con las manos, con absoluto control”.

Otro futbolista de rojiblanco, pero con la camiseta del Atlético de Madrid, aparece en la figura de Antonio López, capitán y leyenda colchonera que no logró ganarle un derbi aunque sí lo hizo con Osasuna, que lo veía como si fuera Tony Manero en ‘Fiebre del sábado noche’: “Era un jugador diferente, en clase estaba por encima del resto. Muy elegante. Técnicamente muy bueno con unos gestos que siempre se ha dicho que parecía que estaba bailando en el campo. Era muy difícil quitarle el balón y tenía esa zancada que hacía que fuese más rápido de lo que parecía”.

Zidane era el jugador guía, la referencia

Player
Background Background

“El cisne cabeceando con saña de carnero el pecho del mastín”...

Precisamente esa zancada a la que alude López hace referencia otro de los jugadores que batallaron cuerpo a cuerpo con el marsellés. Lo hizo Ángel Morales en cinco encuentros con el Espanyol, el domingo 23 de septiembre de 2001 cayó por 5-1 con Zidane abriendo la lata de los goles que le valieron tres picas: “Era un jugador que no sólo destacaba por lo técnico sino también por lo físico, con mucha zancada y envergadura. Lo que todos destacan de él en el mundo del fútbol son los primeros controles que te sitúan de defensa en ataque rápidamente y él, más que controles, eran regates. En sus 'highlights' vemos que era capaz de driblarte con el primer control”.

Zidane era de ese tipo de jugadores que los contrarios consideran prácticamente imparable: “Por mi posición de mediocentro defensivo siempre te tocaba bailar con la más fea, ese futbolista que sabe jugar entre líneas tipo Ronaldinho, Valerón o Munitis. El jugador referencia del equipo contrario siempre estaba ahí y evidentemente a quien no le haya causado problemas a nivel defensivo Zidane es que te engaña”, comenta Morales entre elogios a su rival: “Zidane era el jugador guía, la referencia y jugaba a una velocidad muy alta. Cuando ibas al Bernabéu la maquinaria se ponía en marcha y era difícil. Es como si con una manta te tapas el cuello y se enfrían los pies. Jugar contra el Real Madrid en su estadio era más o menos como ir al dentista. Sólo tuve esa sensación en dos campos: el Bernabéu y Riazor”.

Player
Background Background

“Llamaba la atención dentro de este aspecto bonachón que él tiene que en el campo era bastante cabroncete”...

La semana previa a jugar contra el Real Madrid exigía un extra a sus rivales por el elenco de estrellas que acompañaban a Zidane en los ‘Galácticos’ (Ronaldo, Beckham, Figo…). “Los días previos eran complicados sabiendo que enfrente había jugadores de nivel altísimo”, admite Aitor Ocio, mientras que Morales añade el trabajo de pizarra que les exigían: “Los entrenadores trabajaban un poco más la parte táctica porque son equipos con mucha calidad y la forma de defenderse más allá del trabajo físico es con un buen acople táctico a nivel defensivo. Esas semanas eran con más carga táctica que una semana normal”.

La clase y elegancia de un futbolista como Zidane eran compatibles con un carácter en forma de trampantojo y que le costó varias expulsiones sonadas en su carrera como el 27 de septiembre de 2000 en Champions con la Juventus ante el Deportivo y que le llevó a ser el ¡Vaya día! por una roja tras una entrada a Emerson y la otra, y más sonada, fue el 9 de julio de 2006 en su último partido como profesional por el cabezazo a Materazzi en la final del Mundial. Esta acción le hizo llevarse el “Muy mal” en las notas que acompañaban a la crónica. Además de una mención en el editorial del entonces director de AS y ahora presidente de honor, Alfredo Relaño. Bajo el titular: “Una pedrada en la frente del fútbol” comentó sobre la expulsión de Zizou: “El cisne cabeceando con saña de carnero el pecho del mastín. La última imagen en un campo de fútbol de este jugador, del que ayer escribí que es el más elegante que nunca he visto, es un gesto rufián, inexplicable”. El propio Zidane en una entrevista publicada en El País en mayo de 2003 reconocía cuando le preguntaban por las acciones en las que reaccionaba con dureza: “La elegancia no vale siempre, hay que combatir”.

Player

“Sobre el césped no era de hablar mucho. Sí que llamaba la atención dentro de este aspecto bonachón que él tiene que en el campo era bastante cabroncete. En el campo todos nos convertimos en rivales, queremos ganar y él era de los más cabroncetes, de estos que a lo mejor intentabas hablar y no era muy dado. Llamaba la atención ese desfase entre la gran calidad técnica que tenía y lo poco que le gustaba interactuar con el contrario”, añade el ex de Espanyol y Alavés antes de entrar en el apartado de anécdotas.

Los 227 partidos que jugó de blanco dieron para mucho. Así, Morales relata lo ocurrido entre Zidane y Crussat el 2 de septiembre de 2002 en la primera jornada de Liga: “Albert Crussat era un chico del filial que subió al primer equipo del Espanyol. Debutaba en Primera en ese partido y a los 5 o 10 minutos en un forcejeo con Zidane, éste se le cayó encima y le dislocó la clavícula. La frase de Zidane hablando con sus compañeros se nos quedó grabada: ‘Qué quieres, es muy pequeño. Tiene que jugar con mis hijos en el parque’. Impacta lo que dijo de un compañero de profesión se acaba de lesionar y entonces estás de broma”.

Otra de las páginas en las anécdotas corre por cuenta de Antonio López al reconocer que en su colección tiene la camiseta que lució Zizou: “Nunca he sido de cambiar camisetas a jugadores que no eran amigos míos, salvo con Zidane. Tengo como 300 camisetas guardadas en casa. Zidane no era mi amigo, pero quería tenerla por la clase que tenía y porque a mi padre le gustaba, aunque él era del Atleti”.

Fin

Coordinación:
Manu Sainz.
Producción:
Mariano Tovar.
Diseño:
Darío González.
Desarrollo:
Rodrigo Ludgero.
Redacción:
Pedro Iranzo.