Yo jugué contra Roberto Carlos: “Le defendías tú más a él que él a ti”

Casillas, Joaquín, Etxeberría y De Lucas recuerdan en Diario AS sus partidos contra el brasileño. “A veces lo driblaba y lo tenía ahí otra vez de lo rápido que era”, asegura a este diario el portuense.

La cal con la que se pinta la línea de banda izquierda se levantaba mientras sus distintos modelos de botas Nike la rondaban a toda velocidad. Hacia arriba y hacia abajo. Una y otra vez. Los espectadores de las primeras filas de los distintos estadios en los que jugó quedaban impresionados por su velocidad. El 3 no paraba de correr. No se le agotaba el combustible y además, iba sobrado de potencia. Si llegaba a las inmediaciones del área contraria con frescura, además tenía un golpeo que asustaba. Casi como si al balón le golpearán con un mazo de obra. El puntapié sería plano, seco y recto usando el empeine de su zurda como percutor si buscaba puerta. En cambio también podría ser preciso, con distintos tipos de parábola, si al que buscaba era a un compañero en un centro al área. El empeine era su cañón y su interior, un guante. En defensa, su rapidez era su mejor arma. Una capacidad natural para ponerse a máxima velocidad, un cuerpo compacto para ir al choque y unas piernas duras como columnas para arrebatar el balón a sus rivales.

Un futbolista de época

“El Madrid no tenía extremo, toda la banda era para él”...

Esta sería una breve descripción (lo que la convierte necesariamente en injusta) de un futbolista de época, Roberto Carlos. Criado futbolísticamente en el União São João, el Atlético Mineiro le dio su primera oportunidad, pero donde realmente brillaría sería en Palmeiras. El Verdão vivió una época de éxitos con Roberto en sus filas junto a varios compañeros con los que luego conquistaría el mundo en 2002 como Cafú o Rivaldo.

A las órdenes de Vanderlei Luxemburgo, con el que coincidiría de nuevo más adelante en el Bernabéu, Roberto Carlos levantó sus primeros títulos y atrajo la atención de los grandes de Europa. El que finalmente se hizo con su fichaje fue el Inter, aunque su etapa allí fue breve. Roy Hodgson, su entrenador, apreció tanto su faceta ofensiva que lo situó arriba. "En el Inter me pusieron a jugar de extremo e incluso de delantero. El gran problema es que yo en los primeros siete partidos metí siete goles. Entonces me pusieron arriba y sufrí un montón”, recordó el propio Roberto Carlos. Hodgson defendió en su versión que sí jugó de lateral y que su salida, solo una temporada después, fue por motivos económicos. "La decisión de dejarlo ir fue del club. Roberto Carlos era uno de los jugadores vendibles. Así que fue vendido", asumió su exentrenador.

"Roberto Carlos era el futbolista a batir"...

Roberto Carlos afirma que en apenas diez minutos de reunión con Lorenzo Sanz cerró su fichaje por el Real Madrid, donde se ganó a pulso la categoría de leyenda con 527 partidos jugados, 70 goles, 102 asistencias y un palmarés de blanco envidiable con tres Copas de Europa, cuatro Ligas, una Supercopa de Europa, tres de España y cuatro Intercontinentales.

En Madrid brilló desde su llegada, asistió a Zidane en el gol que le daría la Novena al conjunto blanco, atemorizó a todos con sus potentes disparos y su capacidad defensiva y cubrió las espaldas de los Galácticos hasta cerrar su carrera de blanco con la Liga del clavo ardiendo, haciendo un gol clave ante el Recreativo de Huelva en las últimas jornadas de campeonato. El brasileño también aparece en la icónica fotografía de la celebración del segundo gol del malogrado José Antonio Reyes que le dio el título a los del Bernabéu en su propio coliseo.

Para recordar lo que supuso la irrupción, asentamiento, triunfo, llegada, vida y obra de Roberto Carlos en el Real Madrid y en el fútbol español no hay nadie mejor que varios de los que compartieron terreno de juego con él. Algunos lo tuvieron en contra en los entrenamientos y a favor en el campo y otros, solo lo sufrieron y lo intentaron batir.

El que curtió sus legendarias manos ante los disparos del brasileño fue Iker Casillas. El portero, campeón de casi todo junto a Roberto Carlos (les faltó la Copa del Rey), recuerda en Diario AS como era tener al ‘3’ acompañándolo en cada entreno y cada partido. "Roberto ha sido el mejor lateral izquierdo que he visto”, asegura para este diario.

El disparo, para Iker, era considerado como un “arma letal” que siempre podía tener al servicio de su equipo, pero su talento iba más allá. “Tenía un disparo... y tenía magia en los pies, en las piernas. Lo podías tener como un arma letal en alguna falta. Para córners, faltas laterales…”, afirma el guardameta. “Mucha habilidad y además, muy inteligente en el campo", añade destacando esa inteligencia defensiva añadida a una capacidad física siempre destacada por todos. Una, que asegura Casillas, le servía para suplir su altura (1,68 m). “Era rápido, que es muy importante en un defensa. A pesar de no tener una altura acorde a lo que esa posición requiere, tiene una velocidad increíble”, sentencia.

Nadie le costó más que Joaquín: “Roberto Carlos para mí era el futbolista a batir”

"Cuando le salía humito de la cabeza sabía que se lo había puesto difícil"...

“Si te viene en uno contra uno contra ti, ciao”. Así de claro fue Roberto Carlos cuando le preguntaron recientemente en Antena3 sobre sus duelos con Joaquín, ahora colaborador de la cadena con su programa ‘El Novato’. Los duelos con el extremo del Puerto de Santa María eran a una velocidad media digna de la F1. Un quiebro, otro, uno más, vigilancias por ‘el retrovisor’ y alguna que otra maniobra para tapar los huecos con más apuros que otra cosa como si la banda del Bernabéu o el Villamarín fueran la rectas principales de Monza o Mónaco.

Desde el Torneo Internacional Sub-14 LaLiga FC Futures, organizado por LaLiga, Joaquín Sánchez, exjugador del Real Betis, Valencia, Málaga y Fiorentina, recuerda sus once partidos contra el brasileño para Diario AS. “Vivía los enfrentamientos con Roberto Carlos con mucha ilusión. Me gustaba jugar contra él porque siempre me lo ponía muy difícil”, explica sobre las diez ocasiones en las que se vieron las caras con el gaditano vestido de verdiblanco y otra más como valencianista. “Con aquella edad a mí lo que me gustaba era competir, encarar y enfrentarme a grandísimos jugadores como él. Para mí ha sido el futbolista a batir”, recuerda sobre los duelos que se vivieron entre 2001 y 2007.

En esos ‘uno contra uno’ los ‘ciao’ los entonaban una vez cada uno, pero Joaquín, rememora, tenía la capacidad de exprimir a Roberto Carlos. Algo que, por otra parte, era mútuo. Ambos se obligaban a sacar sus mejores recursos para imponerse en los duelos contra el otro. “Yo se lo ponía difícil porque tenía la poca vergüenza de encarar siempre, de intentarlo una y otra vez. Se perfectamente que a él no le hacía gracia”, explica. Con su gracejo habitual, Joaquín dice que en el Villamarín veía como el brasileño se iba ‘calentando’ cada vez que él le retaba con regates, tanto que se encendía una particular hoguera sobre él. “Cuando le veía salir humo por la cabeza... ‘Ya se ha enfadado’, pensaba. Cuando le salía humito ya sabía que se lo había puesto complicado”, recuerda entre risas. En El País, Joaquin recordó que en una jugada el brasileño llegó a decirle en tono de broma “Joaqui, deja de correr o te reviento”.

Aún así, hacer que la cabeza de Roberto Carlos echara humo no era nada fácil y, al igual que señalará Joseba Exteberría en este reportaje, al lateral del Real Madrid había que superarlo hasta en varias ocasiones en la misma jugada porque se recuperaba de manera veloz. “A veces lo driblaba y lo tenía ahí otra vez de lo rápido que era”, apunta. El punto débil, como también señala el athleticzale, era su espalda. “Cómo subía mucho, también me daba la opción de cogerle mucho la espalda”, apunta.

“Aquellos años los recuerdo muy bonitos. Siempre eran duelos muy sanos, competimos a tope. Disfrutaba encarándole y jugando contra él. Era un privilegio jugar contra él. Era el mejor al que yo me he enfrentado”, sentencia el mítico 17 verdiblanco.

Etxeberría y sus 20 días contra Roberto Carlos: “Saltaban chispas”

“Me gustaba jugar contra él porque siempre me lo ponía muy difícil”...

Al que más tuvo en contra a lo largo de su carrera fue a Joseba Etxeberría, toda una leyenda del Athletic. Ambos se veían las caras cada año en dos ‘templos’ del fútbol español como San Mamés y el Santiago Bernabéu, ambos aún en sus antiguas estructuras. Entre sus muros, el vasco y el brasileño se cruzaron durante más de 1500 minutos repartidos en 20 partidos. Casi media temporada de sus carreras jugando el uno contra el otro. Casi un mes de duelos.

El extremo, con 501 partidos en el Athletic, y ahora entrenador del Eibar atendió desde esta localidad vasca a este diario. “Ha sido de los mejores laterales izquierdos del mundo”, asegura con aplomo. Cada partido contra él era todo un examen para el Gallo. “Recuerdo enfrentamientos muy exigentes. En aquella época, si ya enfrentarse al Madrid era complicado, a mí que me tocaba Roberto Carlos me lo hacía más exigente. Tengo un buen recuerdo”, apunta.

"Nos pegamos muchas veces, pero siempre salíamos en buena sintonía"...

Etxeberría se puede colgar la medalla de estar entre los extremos que alguna vez superó a Roberto Carlos. El de Elgoibar recuerda su método para poder regatear al brasileño en unos “piques muy sanos”. “Intentábamos hacerle daño por esa banda y era muy complicado. Era un portento físico... Te obligaba a regatear muchas veces para superarlo. Cada vez que le encarabas tenías que estar muy fino. O le enseñabas en el último momento el balón para que él diera un paso al frente y superarle o era imposible. Tenía una velocidad de reacción fuera de lo normal", recuerda sobre los mano a mano. “Era un jugador difícil de sorprender. Alguna vez le podías coger con la guardia más baja, pero con esas piernas llegaba a todos los sitios. Te alcanzaba. Es verdad que en el Bernabéu me costaba más porque el Madrid te sometía mucho, pero en San Mamés alguna que otra le hice”, añade sobre su velocidad de reacción para alcanzar a sus rivales cuando estos le sacaban ventaja y entre risas por ‘las que pudo hacerle’ en la Catedral.

A pesar de sus encontronazos constantes, el carácter de ambos siempre les ayudó a llevar estos duelos sin pasar a mayores. “Saltaban chispas, pero tengo un recuerdo muy sano. Era muy alegre, con una sonrisa, pero era un defensa duro. No se andaba con bromas. Nos hemos pegado muchas veces, pero salíamos del campo siempre en buena sintonía”, reconoce.

Ahora como entrenador, Joseba recuerda que los blancos podían permitirse liberar su banda izquierda. El área que ocuparon parejas como Marcelo y Cristiano o ahora Mendy junto a Vinicius, antes era territorio casi en exclusiva para Roberto Carlos. “Ni hacía falta que el Madrid jugara con extremo, era toda la banda para él. Él me exigía mucho a nivel defensivo. Enseguida le buscaban con cambios de orientación porque todo el carril era suyo”, recuerda sobre el uso que sus entrenadores le daban al lateral.

De todos sus enfrentamientos, Joseba ganó en siete ocasiones, empató en cinco y salió perdedor frente a Roberto Carlos en ocho. A pesar de sus buenos datos, el extremo asegura que las ocasiones en las que pilló al brasileño en un mal día eran pocos, aunque él los intentaba ‘rebuscar’ en el calendario. "Recuerdo muchas veces que jugábamos contra el Real Madrid al venir de parón internacional y él siempre jugaba con Brasil, claro. Yo tenía esa pequeña ilusión que después de jugar los 90 minutos con la selección, viajes largos... Pensabas ‘hoy tiene que estar cansado de jugar todo y cruzar el charco’, pero daba igual. Aguantaba todo. Además de esa capacidad física, tenía una mentalidad muy ganadora. Eran más ilusiones mías de que podía estar cansado, pero siempre estaba fresco", apunta sobre el que, todos tienen en común, que era el mejor lateral izquierdo con y contra el que han jugado.

Quique De Lucas: “A Roberto Carlos le defendías más tú a él que él a ti”

"En los duelos con él saltaban chispas, aunque era un tío alegre"...

Un encuentro en Mendizorroza, dos en Montjuic y dos más en el Bernabéu. Más de 329 minutos fueron los que se cruzaron Quique de Lucas y Roberto Carlos sobre el verde. Completó el partido justo en el que pudieron imponerse con el Espanyol por 2-1 marcando el 1-1 y no sería la única vez que anotaría con el brasileño en el campo, ya que también haría el de la honra en 2001 (derrota 5-1).

Sabiendo lo que es batir a una leyenda como Roberto Carlos, el ahora representante de Alejandro Garnacho, jugador del United, Charlie Patino, canterano del Arsenal cedido en el Swansea, o Hugo Mallo, ex del Celta ahora jugando en Brasil, atiende a Diario AS para explicar cómo fueron sus cruces con el mítico 'tres'. “De los más duros que podía tener. Yo era consciente de a quién me enfrentaba y de sus habilidades. Tenía alguna debilidad, pero tenía muchísimo potencial en todos los aspectos del fútbol”, recuerda De Lucas para este diario.

"Tenía una velocidad fuera de lo normal"...

En los mano a mano, el de L’Hospitalet de Llobregat trataba de cruzarse lo justo con él e intentaba darle velocidad al balón junto a compañero para tratar de que el esférico fuera más rápido que el brasileño. “Con él, el uno para uno a campo abierto lo intentaba evitar. Era muy potente en corto y corriendo en largo, era muy intuitivo y tenía una agresividad más alemana que brasileño, más inglés que brasileño. Buscaba asociarme por dentro, involucrar a otro jugador. A veces, creo que por sus cualidades físicas, perdía ese punto de concentración cuando había más de un rival involucrado en la jugada”, destaca como una de las pocas debilidades del brasileño. “En el uno para uno era casi casi imbatible”, matiza.

Para enfrentarse a él, De Lucas también tenía otra maña. Si tocaba regatear, había que ‘acabar jugada’. “Intentaba regatear para sacar el centro o el chut. Pero un regate con 40 metros por delante era muy complicado. Había que amagarle dentro del área y ahí buscar el dos para uno o el dos para dos”, desvela.

Esto sucedía en las pocas fases ofensivas de las que los rivales del Real Madrid podían gozar por entonces. De Lucas coincide con Etxeberría en la idea del sometimiento al que llevaba a sus contrarios ese equipo. También, en parte, a su número tres. “Sabías que cuando te enfrentabas a él, durante muchos de los minutos vas a estar más tu defendiéndolo a él que él a ti. El Madrid en esa época monopolizaba mucho el balón”, explica.

“No era un lateral que subiera por sorpresa y dijeras “Ostras, me ha ganado la espalda”. No, sabías que iba a estar ahí. El factor sorpresa no lo tenía, pero le daba igual. Con Solari se entendía muy bien en esa banda, con Savio también. Tenía compañeros por delante que le entendían perfectamente. Sus cualidades para el fútbol de ahora como esos laterales que se meten por dentro, quizá tendría más dificultades para combinar. Él era más explosivo. De que le dieran la banda y desde ahí centrar o chutar. Se me viene a la cabeza el gol al Tenerife. Tenía la habilidad de sacar disparos en zonas donde no te los esperabas. Sacaba unos disparos con muchas posibilidades de que fuera gol o que hubiera un rechace y apareciera Ronaldo, Raúl… El delantero que fuera para hacer gol”, radiografía De Lucas sobre el famoso talento para el fútbol ofensivo de Roberto.

No habrá otro ‘tres’ como él

“Era el futbolista a batir”...

Uno, que tenía dos caras. Aunque fuera siempre se granjeó de manera justa una fama de tipo agradable y sonriente, dentro del campo, De Lucas confirma que era un enorme competidor y que tenía una agresividad algo impropia del carácter del futbolista brasileño. “Tenía una agresividad un punto por encima de lo habitual en los brasileños. Eso sí, fuera del campo le he podido conocer y es ese tipo de jugadores que se transforma dentro. Es amable, dispuesto a ayudar siempre. Pero en el campo siempre marcaba su terreno”, recalca.

“Mira, te pongo un ejemplo”, comienza De Lucas para explicar una anécdota que explica a las claras como era el Roberto jugador. “Les ganamos en Montjuic, 2-1, que precisamente marqué yo un gol y él llegó tarde a la ayuda, al disparo… y me lo reconoció. Me felicitó por el gol”, recuerda entre risas. “Luego, tenía mucho carácter también con sus compañeros, que a veces es necesario en según qué vestuarios”, añade.

Dado que ahora ejerce como agente y conoce bien el mercado, ¿qué precio le pondría De Lucas a Roberto Carlos para el próximo verano? “A ver, el precio siempre depende de los años de contrato, ¿no? Pero, creo que estaría por encima de los 100 millones. Entre 80 y 100. Se mantiene en precio de galáctico”, opina sobre el coste que cree que podría tener su fichaje a día de hoy. Para jugar, no le sacaría de la banda del Santiago Bernabéu. “Le pondría en el Real Madrid, sin ningún tipo de duda. Ahora suena Davies, que tiene muchas características parecidas a las suyas. Al Madrid le vendría muy bien y mira que Mendy me parece sensacional también. Pero que no hay un lateral como él desde que se retiró”, sentencia.

Tras dejarlo en La India y probar como entrenador en Turquía o Rusia, apareció la faceta de Roberto como trabajador del Real Madrid, a los que acompaña en cada partido, entre otras tareas, y donde sale su cara más agradable a relucir. Su agresividad, según explica De Lucas, se quedó ‘colgada’ en sus botas y el brasileño destaca por ese carácter sociable y risueño por encima de todo. Este mismo le costó un despiste al ex del Espanyol o el Chelsea en la televisión. “El año pasado estaba haciendo el Celta-Real Madrid (en televisión) y en el medio tiempo aproveché para ir al lavabo, coger algo de pulpo del catering para comer y me lo encontré. Estuvimos hablando un buen rato del partido, de cómo le iba todo… ¡y llegué tarde al inicio de la retransmisión! Me hubiera quedado hablando un buen rato. Es de esas personas que enriquecen cualquier debate futbolístico o cualquier historia del fútbol o de la vida”. “Es una leyenda del fútbol y del Real Madrid”, sentencia De Lucas como podrían haber hecho Casillas, Joaquín o Etxeberría. La opinión en que no habrá otro ‘tres’ como él es unánime.

Yo jugué contra Roberto Carlos “Le defendías tú más a él que él a ti”