Rivaldo

Yo jugué contra Rivaldo el gran tapado que “daba miedo” tener enfrente

Guillermo Pérez
Por Guillermo Pérez

“Era un Messi en el Depor y un Cristiano Ronaldo en el FC Barcelona”: así han calificado a una leyenda como Rivaldo algunos de los rivales más significativos del brasileño durante su estancia en España.

Quizá el coincidir con la última era dorada del fútbol brasileño fue la mayor maldición que pudo experimentar, en su carrera, un jugador como Vítor Borba Ferreira Gomes, Rivaldo (Recife, 1972). Pero su legado en España sigue siendo recordado estos días, y no de cualquier manera. Un tipo “humilde y generoso” y, sobre todo, un “top mundial, incomparable”. “Una especie de Messi” en Coruña y “un estilo Cristiano Ronaldo” en Barcelona.

Aterrizaje en España

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“Este tipo de jugador hicieron que el fútbol español se pusiera en un primer plano”...

Verano de 1996, Coruña. Nuevo fichaje del Deportivo. Aterrizaba en la costa gallega un tipo brasileño de 24 años, que llegaba procedente del Palmeiras a cambio de casi mil millones de pesetas. Alto, con unos rasgos faciales muy característicos, y un físico descomunal.

Se unía a un Depor que ya venía deleitándose en los años anteriores con los Mauro Silva, Bebeto o Donato. Debut ante el Real Madrid… Y el resto es historia. “La primera vez que me enfrenté a Rivaldo fue cuando él estaba en el Dépor. Y, de verdad, puedo decir que era algo espectacular. Enfrentarte al Depor ya era algo complicado y, encima, si le sumas a él, que dirigía un equipazo... Vamos, un nivel superior a los demás. Este tipo de jugadores en la liga española hicieron que el fútbol español se pusiera en un primer plano”, cuenta Iván Campo a AS, ex futbolista de clubes como Real Valladolid, Valencia o Real Madrid, entre otros.

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“Yo en el Valencia me enfrenté al Rivaldo del Depor, que encima era mejor porque jugaba a su bola. La primera vez que jugué contra él, pensé: ‘Este tío es otra cosa’”, explica Vicente Engonga, ex jugador de Valencia y Mallorca, entre otros, a este medio.

Completó su primer año en el fútbol español con un total de 22 goles. Cuarto en el ‘pichichi’ de lo que era la LFP, empatado con un tal Raúl González Blanco, y por detrás de bestias goleadoras como Davor Suker, Alfonso Pérez o Ronaldo Nazario. Y el éxito no fue solo individual, también fue colectivo.

El Depor volvió a lo más alto de la clasificación con una buena tercera plaza, que además supo a oro, ya que, en la temporada anterior, la 1995/96, la clasificación final de los coruñeses fue la 9º. El chaval, que ya se había convertido en hombre, devolvió la gloria a la Riazor y sacaba el billete de avión rumbo a Barcelona.

El Barça, la cima de su legado

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“El jugador más difícil al que me he enfrentado nunca”...

Verano de 1997, Barcelona. Nuevo fichaje de la entidad culé. Aterrizaba en la Costa Dorada un tipo brasileño de 25 años, que llegaba procedente del Deportivo de A Coruña a cambio de casi cuatro mil millones de pesetas. Alto, con unos rasgos faciales característicos, con un físico descomunal, y con 22 goles a sus espaldas. Esta vez, todos lo conocían.

28, 29 y 23 goles en sus tres primeras temporadas en la Ciudad Condal. Se había erigido en una estrella de primerísimo nivel mundial. “Daba miedo, la verdad. Porque era un futbolista muy, muy completo y la verdad es que en la época en la que yo jugué contra él en el Barcelona, pues era de estos que si pestañeabas te hacía gol. No te podías despistar”, confiesa Vicente Engonga a AS.

Hasta que llegó el siglo XXI. Muchas cosas cambiaron en el mundo con la entrada de un nuevo siglo, y también cambió la carrera de Vítor Borba Ferreira Gomes, Rivaldo. Pero no a peor, sino a mejor. El brasileño se convirtió en una estrella aún mayor, hasta el punto de ser casi la única que iluminaba el cielo de Barcelona.

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“Rivaldo me dijo: en el lateral está él, en el medio tú”...

Rivaldo era la esperanza, el gol, la ilusión, aquel jugador por el que el socio del Barça pagaba su abono y por el que el aficionado culé pagaba su entrada al Camp Nou. Fue precisamente en la temporada 2000/01, cuando el ‘10’ de Brasil conseguía anotar hasta 36 goles y proporcionar 10 asistencias. El dicho ‘No Rivaldo, No Party’, pero décadas antes.

Leo Franco y Vicente Engonga atendieron a AS con motivo de la gran labor desempeñada aquella temporada, vistiendo los colores del Mallorca, a la hora de parar, en la ida y en la vuelta de ese curso, al Barça de Rivaldo. Ambos jugadores guardan un gran recuerdo del brasileño.

“A mí siempre me preguntan quién es el jugador más difícil al que me he enfrentado, y siempre digo que me enfrenté a grandes jugadores, pero el más complicado fue Rivaldo. Yo recuerdo, en ese año (00-01), estar en la portería, ida y vuelta, y era el único jugador que aún estando de espaldas con el balón, ya tenías que estar preparado, porque sabías que te iba a hacer algo. Él se giraba y podía hacer lo que quisiera”, expresa el guardameta argentino.

El centrocampista español, por su parte, cuenta que Rivaldo “daba más miedo” con el Depor: “Cuando estuvo en el Barça, que ya lo normalicé un poco porque ya había jugado contra él, lo encajonaron un poco, porque no estaba él solo. Pero realmente, al final, él era el decisivo. Era muy muy bueno”.

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Y el propio Vicente Engonga desvela en AS una anécdota vivida sobre el terreno de juego con el astro brasileño, precisamente en la Supercopa que ganó el Mallorca al FC Barcelona: “Nosotros fuimos allí a jugar y, en vez de contra Olaizola, jugó contra Lauren, que era su primera aparición como lateral en el Mallorca. Y yo recuerdo un momento del partido en el que vino a mi lado y me dijo: “Es que en el medio estás tú, y en la derecha habéis puesto a este…” Que era como, “estoy harto de vosotros”.

¿Y cómo hicieron para pararle? Franco y Engonga coinciden en un mínimo punto débil, y con un ‘pero’. “Con la derecha le pegaba poco. Y yo cada vez que lo tenía delante, prácticamente, me ponía de lateral derecho. Decía, ‘si total, si se va a ir para su pierna mala, pues mejor’. Puntos débiles, en ataque, tenía muy pocos, pero él siempre intentaba jugar con la zurda y ahí era un poco donde te creías que lo tenías, hasta que te sacaba un truco de la chistera y decías, ‘¿qué está haciendo?”, cuenta el excentrocampista.

“Sí que es verdad que era muy zurdo, pero cuando quería utilizar la derecha, utilizaba la derecha. Incluso llegaba de cabeza. Para mí fue el más difícil al que me enfrenté. Además, físicamente estaba hecho un toro. Le pegaba también con ese tiro raso que tenía… Es que te reventaba, porque se podía girar para los dos lados… Fue tremendo. Era un jugador completísimo y lo demostró”, cuenta el exportero del Atlético de Madrid.

Y eso que Rivaldo, a su llegada, no lo iba a tener fácil… Debía hacer olvidar a Ronaldo Nazario, ese delantero que había dado al FC Barcelona todo durante sus años como blaugrana, y que se marchaba al Inter de Milán. Era su pequeña vía libre que tan bien aprovechó.

Una estrella en la sombra

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“Antes de él vino Romario, después de él, Ronaldo, luego Ronaldinho y luego Messi”...

El protagonismo del que gozó el exfutbolista brasileño a nivel de clubes, en España con el Depor y más tarde con el FC Barcelona, se vio eclipsado a nivel mundial, en el momento, y a nivel histórico. Fue Balón de Oro en 1999 y uno de los campeones del mundo con Brasil en 2002. Pero en la actualidad, parece que sabe a poco y no se recuerda tanto su legado, como el de otros.

“Yo creo que él fue un superjugador reconocido en su época, pero tuvo la mala suerte de que estuvieran los Ronaldo, los Romario… Era el 10 de Brasil, eso hay que tenerlo en cuenta, pero el 9 era Ronaldo y el 11 Romario… Era un superjugador. Fue el momento en el que España se llenó de grandes jugadores en muchos equipos y quizá no tuvo ese reconocimiento de decir, “era insuperable, era inigualable”, porque no va a haber ningún Rivaldo más nunca”, considera Iván Campo.

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“Era un tipo normal, hasta él mismo quería pasar desapercibido”...

Rivaldo fue, para Engonga, otra de las estrellas en el camino a la gloria culé: “En el Barça ha sido más grande de lo que puede recordar la gente porque, para mí, quizás, el que eclipsó a Rivaldo puede ser perfectamente Ronaldo… Aunque Rivaldo viniera de hacer muchas cosas en los años anteriores. Pero claro, está ahí, al nivel de los ‘futbolistas importantes’ en la historia del Barça… Antes de él vino Romario, después Ronaldo, luego Ronaldinho y más tarde Messi… Ese es el camino que eligió el Barça en ese sentido”.

Un magnífico problema para el aficionado del fútbol, pero algo menos beneficioso para un jugador de semejante talla. Aún así, Rivaldo nunca quiso ser el más mediático, ni el más polémico. Todo lo demostraba sobre el verde.

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“Era un tipo normal. Hasta él mismo trataba de pasar desapercibido. Nunca quiso ser una estrella mediática o, al menos, daba esa sensación. Es uno de los jugadores que más he admirado. Tenía personalidad para ganar, era un ganador. A quien le ha gustado el fútbol de calidad, ha disfrutado viéndole un montón. Además, era una persona humilde, eso es lo que más valoro”, argumenta Leo Franco.

Silencioso y generoso, una gran personalidad. “Quizá fue el más silencioso, claro, el menos mediático. Era un tipo que tenía perfil bajo, que nunca fue de declaraciones ni situaciones de fuera del campo que dieran que hablar”, expresa Vicente Engonga. “Era un jugador supergeneroso. Un jugador supercomedido… Calladito, siempre buscaba jugar y mira que le pegaban palos… Por su forma de ser, él pensaría: ‘Me he llevado otra, otra, otra…’. Pero él seguía jugando. Y eso es de alabar”, elogia Iván Campo a AS.

Una leyenda única

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“En el Depor fue un Messi, y en el Barça, un Cristiano”...

Y también se trata de alguien incomparable. Alguien único. “No te puedo asemejar a Rivaldo con nadie. Para mí cada jugador tiene su forma de ver, de jugar, su técnica, su táctica. No puedo hacerlo, porque Rivaldo fue único. Para mí fue el icono, tuvo sucesores, sí, pero los jugadores son diferentes. No había nadie como él. Yo compartí vestuario con Sávio, y me pregunto: ‘¿Con quién puedo comparar a Sávio?’. No hay nadie, ya no existen estos jugadores”, argumenta Campo.

Engonga y Franco, sin embargo, encuentran ciertas similitudes con algunos jugadores de los últimos años. “El fútbol ha cambiado tanto que es complicado compararlo… Pero yo lo pondría, quizás no ahora, pero sí hace tres o cuatro años… como una especie de Cristiano Ronaldo. Sobre todo, al final de su carrera. El Rivaldo del Depor, digamos, era una especie de Messi, y el del Barça, que para mí lo cortaron mucho, fue una especie de Cristiano. Era más de los últimos 20 metros y en el Depor lo hacía todo. Era de esos futbolistas que yo pensaba que de dónde había salido”, analiza el medio catalán.

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“Podría decirse que sí, en el Depor era una especie de Messi, con un uno contra uno menos marcado, y en el Barça una especie de Cristiano. Era muy físico y además era muy, muy hábil. Pero si tengo que decir un jugador al que se parece realmente, a rasgos generales, podría ser perfectamente Bellingham. Un estilo a él. Obviamente, el jugador del Real Madrid es menos habilidoso, pero lo determinante que es y el campo que abarca… Podría ser”, compara el ex arquero argentino.

Rivaldo, ese brasileño que aterrizó en España con 24 años, y se marchó con un Balón de Oro como uno de los mejores jugadores de la historia del Deportivo y del FC Barcelona. Aquel futbolista totalmente contrario a los prototipos ‘cariocas’, callado y trabajador sobre el terreno de juego, que daba miedo tener enfrente. Aquel, cuyo legado quedó tapado por lo mediáticos que eran ‘los otros’, y que no se debe olvidar.

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Coordinación:
Manu Sainz.
Producción:
Mariano Tovar.
Diseño:
Darío González.
Desarrollo:
Rodrigo Ludgero.
Redacción:
Guillermo Pérez.