“Este tipo de jugador hicieron que el fútbol español se pusiera en un primer plano”...
Verano de 1996, Coruña. Nuevo fichaje del Deportivo. Aterrizaba en la costa gallega un tipo brasileño de 24 años, que llegaba procedente del Palmeiras a cambio de casi mil millones de pesetas. Alto, con unos rasgos faciales muy característicos, y un físico descomunal.
Se unía a un Depor que ya venía deleitándose en los años anteriores con los Mauro Silva, Bebeto o Donato. Debut ante el Real Madrid… Y el resto es historia. “La primera vez que me enfrenté a Rivaldo fue cuando él estaba en el Dépor. Y, de verdad, puedo decir que era algo espectacular. Enfrentarte al Depor ya era algo complicado y, encima, si le sumas a él, que dirigía un equipazo... Vamos, un nivel superior a los demás. Este tipo de jugadores en la liga española hicieron que el fútbol español se pusiera en un primer plano”, cuenta Iván Campo a AS, ex futbolista de clubes como Real Valladolid, Valencia o Real Madrid, entre otros.
“Yo en el Valencia me enfrenté al Rivaldo del Depor, que encima era mejor porque jugaba a su bola. La primera vez que jugué contra él, pensé: ‘Este tío es otra cosa’”, explica Vicente Engonga, ex jugador de Valencia y Mallorca, entre otros, a este medio.
Completó su primer año en el fútbol español con un total de 22 goles. Cuarto en el ‘pichichi’ de lo que era la LFP, empatado con un tal Raúl González Blanco, y por detrás de bestias goleadoras como Davor Suker, Alfonso Pérez o Ronaldo Nazario. Y el éxito no fue solo individual, también fue colectivo.
El Depor volvió a lo más alto de la clasificación con una buena tercera plaza, que además supo a oro, ya que, en la temporada anterior, la 1995/96, la clasificación final de los coruñeses fue la 9º. El chaval, que ya se había convertido en hombre, devolvió la gloria a la Riazor y sacaba el billete de avión rumbo a Barcelona.