Figo

Yo jugué contra Figo "Lo tenía todo como regateador"

Iván Cordovilla
Por Iván Cordovilla

Con un talento para el regate casi irreal, se convirtió en una pesadilla para sus marcadores.

Pocos serán capaces de negar que Luís Figo (Almada, 1972) es una leyenda del fútbol. Las decisiones que ha tomado en su carrera, en concreto la de cambiar el Barcelona por el Madrid -y, especialmente, el cómo-, han hecho que muchos aficionados tengan una opinión poco positiva de su figura. Pero ni el más hater podría resistirse al futbolista que fue el portugués. Una Champions League, ocho ligas entre Barcelona, Inter y Real Madrid, 127 partidos con la selección y, por supuesto, el Balón de Oro del año 2000 hacen de él una de las estrellas del fútbol del cambio de siglo.

¿Cómo fue para?Juanfran y Capdevila

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“Cuando no le salían las cosas, se enfadaba mucho consigo mismo”...

Enumerados parte de sus éxitos, ahora cabe preguntarse cómo los consiguió. La base futbolística sobre la que ha sustentado tanta fama es un talento para el regate casi irreal. Como extremo o interior en un 4-4-2, se enfrentó a Capdevila en el que era el primer derbi para el campeón del mundo. "La verdad es que me impresionó", relata Joan a AS. "Enfrentarme a Figo en mi primer derbi... impacta, porque hace poco lo veía en la tele marcando golazos y de repente lo tenía enfrente. Un jugador que va por dentro, por fuera... en el Barça era diferencial". A pesar de todo, Capdevila indica que ese día le fue bastante bien porque "contra uno de los mejores del mundo, estás especialmente motivado e intentas dar un poquito más".

Juanfran se ha enfrentado al portugués 13 veces con el Ajax, el Celta, la Selección y el Valencia. Como lateral izquierdo, era su principal marcador. Y es claro en la definición que hace de él: "Para mí ha sido el jugador más complicado que he tenido yo enfrente". El exfutbolista confiesa a AS que las características que tenía le hacían un rival durísimo. "Era un jugador que te podía salir por ambos lados. Si le tapabas el perfil bueno, se iba por el izquierdo. Tenía muy buen uno contra uno, y cuando salía de él, tenía esa punta de velocidad para sacar buenos centros", comenta. En la misma línea le define Capdevila: "Tenía tantos recursos que podía irse tanto hacia dentro como fuera. Es que era muy completo".

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Ambos laterales izquierdos, los rivales individuales de la posición de Figo, coinciden en la variedad de opciones que tenía cuando les encaraba. La croqueta era uno de sus movimientos más habituales, pero en lo que marcaba diferencias realmente era con su velocidad y sus continuos amagos. Un tren inferior potente, con el punto de gravedad bajo, le hacía ser un futbolista explosivo y tener un cambio de ritmo diferencial. "Era muy complicado. Intentaba estar muy cerca de él, pero el problema es que dejaba demasiado espacio con el central. Prefería tapar los pasillos interiores y, una vez que recibiera Figo, ya ir". Esta era la estrategia de Juanfran para intentar minimizar su impacto. Capdevila confiesa que fue aprendiendo a medirse con él: "A medida que pasan los años, cada uno tiene sus tácticas. Sabes que no debes comerte sus amagos, que recorta... le vas estudiando un poco más. Pero, aun así, era un jugador diferencial".

El futbolista de Tàrrega explica que también era fuerte físicamente y corpulento. Algo en lo que también está de acuerdo Juanfran, aunque veía inevitable que terminase encontrando el espacio para encarar: "Al choque sí que iba, pero cuando él recibía y me daba cuenta de que tenía esos dos metros que le gustaban a él para intentar el uno contra uno, ahí ya era bajar el centro de gravedad para intentar estar lo más rápido posible cuando él saliese del regate”.

Ho en día, Figo no rehúye una polémica y es relativamente normal verle discutiendo con algún otro personaje público por las redes sociales. Sin embargo, tanto Capdevila como Juanfran no recuerdan que fuese especialmente conflictivo. "Era muy competitivo. Cuando no le salían las cosas, se enfadaba mucho consigo mismo. Muy exigente. Conmigo nunca tuvimos ningún percance. Si lo hubiésemos tenido no hubiese pasado nada, es parte del fútbol. Pero ni yo le hice ninguna patada a destiempo ni ningún codazo, ni él a mí. Fue un duelo bastante noble”, dice Capdevila. Juanfran va a más: "Siempre que nos hemos enfrentado, en el campo nos decíamos de todo. Y él sabía que si yo podía le iba a rascar. Y una vez que acababa el partido, éramos de los más cordiales. Entendíamos que cada uno intentaba hacer su trabajo. De hecho, muchas veces me ha cambiado su camiseta”.

¿Cómo fue para?César Sánchez

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“imagínate juntar a cuatro en el mismo partidillo. Era una locura”...

Su principal virtud era el regate. Sin embargo, a César Sánchez, quien se enfrentó a Figo ocho veces con el Valladolid pero que, sobre todo, coincidió con él los mismos cinco años en el vestuario del Madrid, le llamó la atención otro aspecto de su juego. “En uno contra uno era buenísimo, tanto contra el portero como contra el defensa. Rematar con las dos piernas... sobre todo definir. Igual eso no lo tenías tanto en el radar. Era un jugador extraordinario definiendo. Recuerdo que el primer año que tenía esa sensación de que era un jugador desequilibrante, pero esa faceta de definición era muy especial”, admite para AS. Para ser un jugador que arrancaba tan lejos del área, sus cifras de goles son realmente buenas. En su última temporada como azulgrana se apuntó 14 tantos. Y en cuatro de las cinco de blanco superó los diez goles.

Verle jugar lo ha podido hacer todo el mundo. Todavía internet está lleno de vídeos de sus jugadas para los que no pudiesen vivirlo en su momento. Pero no tantas personas le han disfrutado en un ambiente relajado. En un entrenamiento. Uno de ellos, César: "Yo conocí a Figo en su mejor versión. Recuerdo que llegamos el mismo año al Madrid y cuando le veías entrenando era todavía mejor de lo que me imaginaba. Ahí es cuando te das cuenta de lo bueno que son este tipo de jugadores. En un partido tiene dos o tres ocasiones de enfrentarte a ti. Pero en los entrenamientos te ponía a prueba cada día. En aquel momento lo que más me impactó era cómo entrenaba, era una barbaridad”.

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Aquellos entrenamientos en la ciudad deportiva blanca, que apuraba sus últimos años en la Castellana, le marcaron al portero extremeño: "Figo llega al Madrid en su edad prime. Evidentemente, jugando con quien jugaba, todo se multiplicó. Por el contagio, el día a día, la capacidad de entrenar a un nivel de calidad altísimo. Todo el talento que se juntó esos años hizo que mejorásemos todos. ¡Que ya era difícil! Porque estamos hablando de gente que ya era Balón de Oro. Imagínate los partidillos, es que la gente no se hace una idea. Ahora parece que solo ganan dos los Balones de Oro, pero imagínate juntar a cuatro [Ronaldo, Owen, Zidane y el propio Figo] en el mismo partidillo. Era una locura”.

Para valorar a Figo, sus acciones y sus cifras, hay que tener en cuenta que vivió en un fútbol muy distinto al actual. Solo han pasado veinte años, pero los partidos han cambiado tanto que cabe destacar la facilidad para el duelo de uno contra uno. Los extremos solían jugar a pierna natural, al contrario que hoy en día, porque su principal objetivo no era hacer la diagonal para encontrar la posición de disparo sino alcanzar la línea de fondo para dar el pase atrás. Y en ese escenario, la velocidad y el regate eran mucho más importantes que ahora. "Era centrador", termina explicando Capdevila. "Un regateador o extremo de los antiguos, que solían jugar abiertos". Juanfran es más contundente: "Vamos a tardar mucho en ver a un jugador que reúna las características que tenía Figo".

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Coordinación:
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Producción:
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Redacción:
Iván Cordovilla.