“Cuando no le salían las cosas, se enfadaba mucho consigo mismo”...
Enumerados parte de sus éxitos, ahora cabe preguntarse cómo los consiguió. La base futbolística sobre la que ha sustentado tanta fama es un talento para el regate casi irreal. Como extremo o interior en un 4-4-2, se enfrentó a Capdevila en el que era el primer derbi para el campeón del mundo. "La verdad es que me impresionó", relata Joan a AS. "Enfrentarme a Figo en mi primer derbi... impacta, porque hace poco lo veía en la tele marcando golazos y de repente lo tenía enfrente. Un jugador que va por dentro, por fuera... en el Barça era diferencial". A pesar de todo, Capdevila indica que ese día le fue bastante bien porque "contra uno de los mejores del mundo, estás especialmente motivado e intentas dar un poquito más".
Juanfran se ha enfrentado al portugués 13 veces con el Ajax, el Celta, la Selección y el Valencia. Como lateral izquierdo, era su principal marcador. Y es claro en la definición que hace de él: "Para mí ha sido el jugador más complicado que he tenido yo enfrente". El exfutbolista confiesa a AS que las características que tenía le hacían un rival durísimo. "Era un jugador que te podía salir por ambos lados. Si le tapabas el perfil bueno, se iba por el izquierdo. Tenía muy buen uno contra uno, y cuando salía de él, tenía esa punta de velocidad para sacar buenos centros", comenta. En la misma línea le define Capdevila: "Tenía tantos recursos que podía irse tanto hacia dentro como fuera. Es que era muy completo".
Ambos laterales izquierdos, los rivales individuales de la posición de Figo, coinciden en la variedad de opciones que tenía cuando les encaraba. La croqueta era uno de sus movimientos más habituales, pero en lo que marcaba diferencias realmente era con su velocidad y sus continuos amagos. Un tren inferior potente, con el punto de gravedad bajo, le hacía ser un futbolista explosivo y tener un cambio de ritmo diferencial. "Era muy complicado. Intentaba estar muy cerca de él, pero el problema es que dejaba demasiado espacio con el central. Prefería tapar los pasillos interiores y, una vez que recibiera Figo, ya ir". Esta era la estrategia de Juanfran para intentar minimizar su impacto. Capdevila confiesa que fue aprendiendo a medirse con él: "A medida que pasan los años, cada uno tiene sus tácticas. Sabes que no debes comerte sus amagos, que recorta... le vas estudiando un poco más. Pero, aun así, era un jugador diferencial".
El futbolista de Tàrrega explica que también era fuerte físicamente y corpulento. Algo en lo que también está de acuerdo Juanfran, aunque veía inevitable que terminase encontrando el espacio para encarar: "Al choque sí que iba, pero cuando él recibía y me daba cuenta de que tenía esos dos metros que le gustaban a él para intentar el uno contra uno, ahí ya era bajar el centro de gravedad para intentar estar lo más rápido posible cuando él saliese del regate”.
Ho en día, Figo no rehúye una polémica y es relativamente normal verle discutiendo con algún otro personaje público por las redes sociales. Sin embargo, tanto Capdevila como Juanfran no recuerdan que fuese especialmente conflictivo. "Era muy competitivo. Cuando no le salían las cosas, se enfadaba mucho consigo mismo. Muy exigente. Conmigo nunca tuvimos ningún percance. Si lo hubiésemos tenido no hubiese pasado nada, es parte del fútbol. Pero ni yo le hice ninguna patada a destiempo ni ningún codazo, ni él a mí. Fue un duelo bastante noble”, dice Capdevila. Juanfran va a más: "Siempre que nos hemos enfrentado, en el campo nos decíamos de todo. Y él sabía que si yo podía le iba a rascar. Y una vez que acababa el partido, éramos de los más cordiales. Entendíamos que cada uno intentaba hacer su trabajo. De hecho, muchas veces me ha cambiado su camiseta”.