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FC Barcelona

Zubimendi-Rubén Neves, el conflicto que viene

Xavi quiere al txuri-urdin, pero Laporta ve más fácil al portugués, que está representado por Jorge Mendes, saldría más barato y facilitaría la ampliación de Alejandro Balde.

Ruben Neves, del Wolverhampton. (Photo by Jack Thomas - WWFC/Wolves via Getty Images)
Ruben Neves, del Wolverhampton. (Photo by Jack Thomas - WWFC/Wolves via Getty Images)Jack Thomas - WWFCGetty

Aunque es un asunto que, como otros (Dembelé la temporada pasada sin ir más lejos), se salvará de manera interna, el fichaje del recambio de Sergio Busquets amenaza con abrir un conflicto en el área deportiva de Can Barça. Xavi ha hecho llegar a sus más cercanos que si el legendario centrocampista de Badia decide abandonar el club azulgrana a final de temporada, su elegido es Martin Zubimendi. Y sólo Zubimendi. Sin embargo, Laporta piensa diferente. La realidad del club le obliga.

En un reciente corrillo con periodistas, Joan Laporta admitió la pasada semana que Rubén Neves, 25 años, es una opción más sencilla que Zubimendi, por quien la Real exigiría 60 millones de euros. El Wolverhampton lo vendería más barato (más todavía si desciende) y, de rebote, eso facilitaría la renovación de Alejandro Balde. Neves, como Balde, está representado por Jorge Mendes, que tiene una relación excelente con Joan Laporta y Mateu Alemany. El interés por Alejandro Balde, jugador que estuvo a punto de irse del Barça hace dos veranos en una gestión discutible, se ha multiplicado en la Premier. Mendes quiere ahora recoger los frutos del verano pasado, cuando pese a que en Can Barça no todos creían en Balde, él bajó la tensión para que continuase, hasta que ha explotado.

Martin Zubimendi, en una imagen ante Busquets.
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Martin Zubimendi, en una imagen ante Busquets.AMAIA ZABALODiarioAS

Como hombre de club, a Xavi ya le ha tocado lidiar con situaciones incómodas desde que es entrenador del Barça. En enero de 2022, vio cómo Mateu Alemany se empeñaba en apartar del equipo a Dembélé si este no renovaba su contrato ni aceptaba ser traspasado. Xavi consiguió calmar las aguas y se ganó credibilidad en el vestuario reintegrando al francés a la disciplina del equipo. Y además, luego consiguió su renovación pese a tener a toda el área deportiva en su contra. En mayo, Xavi también tuvo que escuchar de boca de Alemany y Laporta que Frenkie de Jong tenía que dejar el Barça. En este caso, Xavi se lavó las manos. El holandés era un jugador que podía ayudar, pero tampoco de sus intocables. Entendió la situación económica del club y hasta lo imaginó fuera del club azulgrana. En la gira por Estados Unidos, le hizo jugar de central porque pensaba que se concretaría su traspaso al United. Con Raphinha, y pese a que su prioridad era la renovación de Dembélé, también aceptó la recomendación del club. A cambio, Laporta y Alemany hicieron el esfuerzo de traerle a Jules Koundé, que era su prioridad para la defensa.

Pero nadie sabe si esta vez Xavi también optará por una postura conciliadora porque, en el dibujo del técnico de Terrassa, y en el Barça de toda la vida, el puesto de mediocentro posicional es definitivo. Y él ya se ha encargado de deslizar en su entorno que sólo quiere a Zubimendi.