Yeray: “No sé ni cuántas prelistas de la selección española llevo”
Sobre su compañero en el eje central, Iñigo Martínez, es claro: “Todos pensamos que va a seguir, es nuestro pensamiento”, señala del sentir del vestuario.
Yeray Álvarez es de los escasos 14 jugadores operativos del Athletic que se entrenan esta semana de transición en Lezama a las órdenes de Ernesto Valverde. Su destino debía ligarle en Las Rozas en el seno de la selección española, pero Luis de la Fuente se decantó por David García y Nacho en su perfil de central derecho. “No le he dado muchas vueltas, es un premio al trabajo y a la constancia. En la prelista sí que estaba, pero no se ha dado. Cada entrenador tiene un método y el seleccionador ha elegido a los 26 jugadores para los dos partidos que cree que va a ser lo mejor, lo que más le encaja”, desliza educado el zaguero de Barakaldo.
Yeray, aunque no se desespera a sus 28 años y su robustez mental, sí que expresa cierta incredulidad: “No sé ni cuántas prelistas llevo, ya llevo unas cuantas.... No sé si hay 60 y pico o 80 y pico jugadores, pero sé que en la selección española hay mucha calidad y el talento de cada uno, el trabajo, y encajar en el gusto del seleccionador es algo complicado. No se ha dado, me alegro por los que mi equipo que han ido”, lanza el central, que atraviesa, seguramente, por su mejor momento: “He tenido varios momentos buenos, parado por lesiones y enfermedades. Al final llevaba tres partidos sin jugar por molestias en el aductor (Ya resueltos) y sí es de estas temporadas en las que te encuentras bien físicamente y disfrutasen el terreno. El año de las rodillas fue el peor, te frustras, no es fácil. Este año no he han dado problemas las rodillas, la clave es disfrutar”, señala en Onda Cero Bilbao.
El central de Barakaldo se ha tenido que adaptar al perfil izquierdo por necesidades del guion: “Es diferente para un diestro jugar por la izquierda o derecha, cuando siempre he jugado por la derecha. Requiere un proceso de adaptación. No me costado mucho, pero prefiero jugar por la derecha por ser diestro. Me he ido adaptando”, desliza. Precisamente, la continuidad de su compañero Iñigo Martínez sigue en el alero, con el Barça, Atlético y clubes de la Premier al acecho: “Este tema lleva desde el verano. Lesionado no hemos coincidido con él mucho, pero este tiempo ya con nosotros le veo normal, con alegría y la misma fuerza. Es un tema hasta que llegue el momento de saber su decisión, todos pensamos que va a seguir, es nuestro pensamiento”, subraya y entiende que “si renueva es una noticia estupenda y si no renueva, desearle lo mejor y darle las gracias”.
A nivel coral, apunta Yeray que le dieron “la importancia necesaria” a la última cita en Pucela para ganar al Real Valladolid y no desengancharse del furgón europeo. “Con balón tuvimos esa paciencia que a veces nos ha faltado y también el acierto arriba”, relata. Con Valverde, que le hizo debutar en Primera, y ha renovado hasta junio de 2024, se encuentra aclimatado: “Es mi séptimo entrenador ya y el equipo necesita la estabilidad de un entrenador que esté a gusto y al equipo le dé esa tranquilidad de que todo va a seguir con las mismas directrices”. El calendario les empareja ahora a Getafe y Osasuna en el mes de abril apretado, comprimido y decisivo para el Athletic en Liga y Copa: “En Copa todas las entradas están agotadas y sabemos la ilusión de la gente para llegar a una final. En El Sadar sufrí en el banquillo, perdimos 1-0 y queda esta vuelta. Hay que tenerles respeto. San Mamés va a ser superestimulante”, presagia. Un Athletic que es séptimo con sus posibilidades intactas: “El equipo tiene que pelear por estar en Europa, quedan doce partidos, es la recta final y sabemos que los rivales van a apretar. No podemos ser menos. Queremos volver a coger una dinámica buena”, insiste.
Yeray Álvarez se halla a un partido de los 200 oficiales con el Athletic en 7 temporadas, pese a su enfermedad, un cáncer que reconoce que “es una palabra que siempre va a estar ahí”. Desde el punto de vista de alguien que lo superó, es empático con su entorno y por la sangría que produce en la sociedad: “Mi abuelo se fue por esa enfermedad y mi abuela por lo mismo. La gente me escribe y si les sirve de apoyo que le cuente mi experiencia no tengo ningún problema y agradecido de hacerlo. No soy ejemplo de nada, sólo que lo superé”.