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LAS PALMAS

¿Y si el destino quiere que Sergi Cardona siga de amarillo?

El lateral, que estuvo con un pie fuera del Gran Canaria, queda como única opción natural tras la lesión de Sinkgraven.

Sergi Cardona.
Carlos Diaz-Recio

Hace quince días saltaba la noticia en un medio griego, to10.gr, luego poco a poco iba extendiéndose por el resto de la geografía comunicacional de la isla y posteriormente fue confirmado, el 8 a de agosto, en la misma puerta de la basílica de Teror por el presidente de la entidad amarilla: “Saldrá vendido en las próximas horas. Hay un acuerdo con otro equipo y se están redactando los contratos”, se refería a Sergi Cardona y el equipo interesado, el Olympiacos.

Parecía claro, y los argumentos contundentes: “No había posibilidades de que continuase. No queríamos perder la inversión que hemos hecho en él, por lo que su venta ronda los dos millones de euros. Para nosotros es suficiente teniendo en cuenta que acaba contrato con Las Palmas al acabar esta temporada”, explicaba el máximo mandatario amarillo.

Sin embargo, pasaban los días y las certezas fueron mudando a incertidumbres. Y en el primer partido ante el Mallorca, Cardona no solo estaba sentado en el banquillo sino que además acabó saltando al verde durante la segunda mitad. A lo que el técnico García Pimienta comentaba al final del encuentro: “Mientras Sergi no salga de aquí es un jugador más. No ha salido de inicio porque he considerado que Sinkgraven era el mejor para jugar en este primer partido”, manifestaba el técnico catalán.

Así pues, el futuro del lateral como amarillo pasaba de oscuro a castaño. Y la razón muy clara: “Teníamos un acuerdo firmado con quien lo quiere comprar y el problema que hay es entre el equipo y el futbolista. Si ellos no se ponen de acuerdo, nosotros no podemos hacer nada”, exponía Miguel Ángel Ramírez el pasado 16 de agosto. La tortilla se había dado la vuelta.

Con este cambio de paisaje llegaba el partido ante el Valencia. De nuevo la apuesta como titular de García Pimienta para el lateral izquierdo era la de Sinkgraven. El neerlandés pronto se le vio mano a mano con Fran Pérez, y daba la sensación de que el che estaba ganando la partida. No es vano, el amarillo perdió dos de los tres duelos directo que enfrentó. Y justo en el que gana —a Gayá— se lesionó de una microrrotura.

Tras llevarse las manos a la corva, Sinkgraven, pedía las asistencias y casi que el cambio. Y efectivamente el equipo médico de Las Palmas fue llegar al lugar del crimen y no tardó más que segundos en dar la orden de sustitución. Y allí estaba de nuevo, Sergi Cardona como hombre de reemplazo. Con el gesto que Jordan le hizo a Draxler.

Y es que el jugador con más minutos en sus botas en las dos últimas temporadas, en los dos primeros partidos en primera, suma dos suplencias. Sin embargo, en ambas ocasiones acabó jugando. Y ahora, tras el encuentro ante el Valencia con la perspectiva de ser el único lateral zurdo sano —además de los trampantojos de Mika Mármol y Benito, quienes pueden jugar en esa posición pero que están empadronados en otra demarcación—. Y es que el destino, a veces, es un puñetero.