Y por fin... Güler
El turco ultima su recuperación: ya no hay dolor y esta semana volverá al grupo. Las sensaciones son tan buenas, que no está descartado para el Pizjuán. 103 días después, su debut asoma.
A Güler siempre le quedará el refranero: lo bueno se hace esperar. Tímida cornisa a la que agarrarse para encontrar consuelo en su pesadilla. Hoy se cumplen 103 días de su fichaje... y aún no ha debutado. Es más, todavía no ha entrado en ninguna convocatoria. Nada de nada; y a la vez tanto de tanto. Porque la expectación en torno a su figura sigue siendo mayúscula, alimentada por un buffet de halagos. “Ha demostrado que tiene un talento extraordinario”, dijo Ancelotti. “Tiene una zurda muy, muy fina”, añadió Kroos. “Será una estrella mundial”, zanjó Özil. Y mientras todos hablan del chico, el chico calla. No ha vuelto a hablar desde su presentación, pero tampoco ha hecho falta. “Quiero ser una leyenda como Cristiano, Özil o Guti”, dijo entonces. Intrépido, imprudente.
Pero algo tiene esa dosis de temeridad, que engancha. El interés en torno a su debut es enorme: sus publicaciones en redes mueven masas y este periódico puede dar buena cuenta de que sus noticias suscitan unos números extraordinarios. Güler ha calado. No se sabe exactamente por qué y algún día debería estudiarse, pero atrae. La expectación alrededor de su estreno no mengua y eso, teniendo en cuenta todo lo que se está haciendo de rogar, tiene mérito. En su caso, el tiempo que tardó en subir al escenario el día de su presentación (una de las anécdotas del verano) es inversamente proporcional al que está tardando en jugar un partido oficial. Ya van más de 100 días. Pero quedan muy pocos.
Güler ya no siente dolor y esta semana está previsto que, progresivamente, vaya uniéndose al grupo. El pasado miércoles reapareció sobre el césped para trabajar en solitario, el jueves hizo una parte del entrenamiento con sus compañeros (los ejercicios más suaves; nada de partidillos ni disparos en carrera) y el viernes, repitió en solitario sobre el verde. Sábado y domingo el equipo tuvo descanso. Ya se le ve desde la pasarela de Valdebebas, confirmando que las sensaciones son sobresalientes. Que todo va según lo previsto. Este martes, justo, se cumplirán tres semanas de su lesión: músculo recto anterior izquierdo. Se le había marcado ese plazo, con posibilidad de que necesitase una cuarta semana. Y, de momento, no parece.
Sin minutos, ni convocatorias
Estos días irá despidiendo su segunda lesión desde que llegase al Madrid. La primera fue en Estados Unidos, durante los primeros entrenamientos en la UCLA. Porque ni el club, ni el entorno del jugador han logrado aún señalar el momento exacto. Poco a poco fue notando una molestia en la rodilla derecha que acabó con el menisco tocado. Se encendieron las alertas. Y si bien ante Milan y United (los dos primeros amistosos) entró en las convocatorias, fue un trampantojo: Güler salió al banquillo con zapatillas de calle. Sus apariciones en las listas eran más un ejercicio de integrarle, que algo serio. Tras ellos, llegó el Clásico, cuando la molestia aumentó y se optó por cortar por lo sano: parte médico, de vuelta a España y a recuperarse.
Inicialmente no pasó por el quirófano, pactándose un tratamiento conversador, pero en la última fase sí se le operó para realizar una intervención muy liviana (más de limpieza de la zona, que de bisturí en la articulación). Güler estuvo casi dos meses fuera, hasta que el pasado 26 de septiembre, un día antes del partido ante Las Palmas, entrenó con absoluta normalidad. Tanto, que Ancelotti confirmó su convocatoria ante los medios. Pero mientras lo decía, su jugador enfilaba la enfermería por segunda vez: en el último ejercicio del entreno, disparando a portería, sufrió una lesión en la otra pierna. La de apoyo (es zurdo). Han sido tres semanas más de clínicas. Hasta hoy.
Objetivo: Pizjuán
La fecha exacta de su debut es un misterio, pero el club no descarta el Pizjuán. Si en las últimas sesiones de esta semana (jueves-viernes) se encontrase bien, viajaría. En cualquier caso, sólo jugará si el riesgo de recaída es cero. No urge. De truncarse el plan, el calendario apuntaría a Braga (martes 24), último partido antes del Clásico, donde incluso en el escenario más prudente, apunta a llegar. Su estreno de blanco está muy cerca, al fin. Dos lesiones y 103 días después, hay luz al final del túnel. “Muchos jugadores de 18 años ya se creen muy buenos y rehúyen consejos, pensando que no los necesitan. Él es todo lo contrario. ¿Cómo haces eso? Te pregunta en los entrenamientos, con humildad. Tiene esa mentalidad: quiere aprender”, añadió Kroos en el podcast Einfach mal luppen, compartido con su hermano. Ese es Güler. Lo verán muy pronto.
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