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BARCELONA

Y al fondo del banquillo... De Jong

Flick lo hizo calentar pero no le do ni un minuto contra el Leganés, una decisión que acentúa la sensación de incomodidad con el holandés, fuera de sitio en el actual Barça.

Soccer Football - LaLiga - FC Barcelona v Leganes - Estadi Olimpic Lluis Companys, Barcelona, Spain - December 15, 2024  FC Barcelona's Frenkie de Jong during the warm up before the match REUTERS/Albert Gea
Albert GeaREUTERS

Frenkie de Jong calentó, pero no tuvo minutos contra el Leganés. Un hecho sorprendente, porque por delante de él pasaron Fermín, Ferran, Gavi, Cubarsí o Pau Víctor. La situación con el ex jugador del Ajax es delicada. Ha jugado dos partidos como titular en todo el curso (Real Sociedad en Liga, y Estrella Roja en Champions). En los otros once partidos ha salido desde el banquillo, con algún buen rato (Bernabéu, Mallorca) y alguna actuación pésima (Vigo, Heliópolis, Dortmund). Se suponía que esa condición de suplente sería provisional; y que en cuanto estuviese al cien por cien volvería a ser titular. Pero eso no ha sucedido y ya han pasado tres meses desde su reaparición.

En medio de una batalla entre partidarios (cada vez menos) y detractores (cada vez más), el debate con De Jong se ha centrado en si cobra poco o mucho (“no es cierto que cobre 37 millones al año; está muy lejos de eso”, se defendió en una entrevista en los medios oficiales del club); o en si su actitud durante la rehabilitación ha sido la mejor o no. Pero de lo que se habla menos, y es una gran incógnita, es de su estado físico real. Es difícil saber si De Jong está recuperado totalmente de la sindesmosis en el tobillo derecho que lleva meses torturándole y que le obligó a parar tres veces el año pasado, la última en el Clásico de abril en el Bernabéu; y que le dejó sin Eurocopa aunque lo intentó hasta el final. Escuchándole en la entrevista que concedió a finales de septiembre, es fácil interpretar que está sufriendo. Quien más pistas ha dado sobre el asunto ha sido el seleccionador holandés. Pese a que había reaparecido, Ronald Koeman no lo convocó en el parón de octubre y en noviembre le dio descanso contra Bosnia después de jugar contra Hungría. El mismo De Jong, que decidió no pasar por el quirófano, admitió que el tobillo aún estaba “sensible” y que todavía debía coger confianza para “hacer ciertas cosas”). Lo cierto es que en

De fondo, además, está su situación contractual. De Jong termina contrato en junio de 2026 y no ha puesto ninguna facilidad a la directiva de Laporta desde que supo que lo querían vender en el verano de 2022. La situación parece enquistada, y se mezcla con su falta de protagonismo en el equipo, que pone nervioso a muchos directivos. No renueva y tampoco rinde en el campo, pero sí cobra religiosamente una ficha altísima. Por eso, muchos partidarios serían partidarios de que su etapa terminase en junio de 2025. No parece ser ese el plano de De Jong salvo que le indemnicen. El año que viene, tendrá la sartén por el mango para elegir su futuro, aunque en el Barça también piensan que tal vez cambia de opinión. Si no juega, su caché y su sueldo bajarán a plomo. De momento, mira al futuro desde el banquillo. Veremos qué ocurre en la segunda parte de la temporada.

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