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BARCELONA

Xavi encuentra un camino

Los cambios activados después de la derrota del Clásico han funcionado y el Barça ha jugado dos de los partidos más creíbles del campeonato. Los cuatro centrocampistas, un acierto.

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El Barça se ha repuesto al batacazo del Inter y a la derrota del Clásico con dos arrebatos de goles, uno ante el Villarreal con tres goles en ocho minutos, y otro ante el Athletic con otros tres en diez minutos, que le han devuelto al buen camino. La reacción, además, ha ido más allá del resultado. El Barça ha firmado dos de los partidos más convincentes del curso que le han rehabilitado y, sobre todo, dan crédito a Xavi, que ha tocado las teclas buenas y ha encontrado un camino.

Contra el Villarreal, Xavi se olvidó al fin de los dos extremos puros, Raphinha y Dembélé, cromos repetidos, para jugar con extremos de un carácter mucho más asociativo. El Barça evitó el punto kamikaze que le había condenado contra el Inter en el Camp Nou Ansu y Ferran, además de firmar el 3-0, fueron más extremos mucho más de asociación que, además, permitieron la aparición de laterales más largos. Alba fabricó el 1-0 de Lewandowski. Ante el Athletic, Xavi continuó la transformación del equipo con una alineación en la que, por fin, juntó cuatro centrocampistas para darle cabida a Busquets, De Jong, Gavi y Pedri. Básicamente, el Barça se plantó con un 4-2-3-1 (doble pivote Busquets-De Jong) en el campo con los volantes dominando el partido; los laterales (Balde y Sergi Roberto) jugando con profundidad y un extremo puro. Un sistema asimétrico que recordó los famosos días en los que Guardiola jugaba con Busquets, Keita, Xavi e Iniesta en el centro del campo; y que además premió más a Dembélé, que olvidó los fuegos de artificio y las pérdidas absurdas para convertirse de una vez en un jugador que atacaba la sangre cuando tocaba.

Además de los retoques tácticos, y más allá de Lewandowski, Koundé y De Jong han resultado fundamentales. El francés, añorado en el doble enfrentamiento ante el Inter, ha liderado la defensa. Su perfil es completísimo. Rapidísimo para corregir, bueno en el juego aéreo y brillante en la salida de balón, ha empujado a toda la defensa. El holandés, que ha jugado dos partidos brillantes contra Villarreal y Athletic, ha llenado de energía el centro del campo, donde Pedri necesitaba socios. Por fin, el Barça ha vuelto a ser el dueño del balón. Físicamente, además, es un jugador descomunal cuando está en forma. Sus traslados con el balón resultan espectaculares. Alrededor de Koundé y De Jong han crecido Sergi Roberto, Balde, Eric o el mismo Pedri. Lewandowski, tres goles en los dos últimos partidos, come aparte en el Camp Nou, donde se ha convertido en ídolo.

La Champions, de la que el Barça está eliminado virtualmente, ya no volverá. Pero muchos lo darían por bien empleado si el equipo y su entrenador encuentran al fin un camino. El Barça de los dos últimos partidos ha encontrado por fin una identidad en la que se reconoce. Los 28 puntos en LaLiga, le mejor puntuación del equipo a estas alturas en las últimas cinco temporadas (11 más que el curso pasado) le permite recuperar cierta esperanza. Nadie va a tirar las campanas al vuelo en Can Barça vistos los precedentes, pero empieza a haber sustancia en el equipo cuyo entrenador ha demostrado ahora cintura para optimizar los recursos que tiene.