Xavi echa el ‘cerrojo’ en el Camp Nou
Sólo ha encajado un gol en diez partidos, el que marcó Joselu de penalti en el derbi (1-1). Aún nadie ha sido capaz de marcar en jugada este curso.
El Barcelona ha convertido el Spotify Camp Nou en un fortín inexpugnable en LaLiga. El dato es tan inapelable como rotundo: ningún rival ha marcado todavía en jugada en el coliseo blaugrana. Con la primera vuelta superada, sólo el Espanyol fue capaz de marcar. Pero lo hizo de penalti, tras una acción desafortunada y fortuita de Marcos Alonso a Joselu, siendo el delantero blanquiazul el autor del único gol en contra que ha recibido el Barcelona en los diez partidos que lleva disputados en su feudo.
De hecho, de los quince partidos que Ter Stegen ha salido indemne en su portería, nueve han sido en el Camp Nou. Y de los siete goles que le han marcado esta temporada en LaLiga, uno fue en propia puerta, por lo que al final sólo seis jugadores han sido capaces de batir al portero alemán. A saber y por orden: Isak, Benzema, Valverde, Rodrygo, Joselu y David García. El séptimo que falta para completar el listado fue Koundé, que marcó ante el Betis en propia puerta.
Ningún equipo de las grandes Ligas atesora a estas alturas de la temporada un balance tan inapelable en defensa. Encajar siete goles en 20 partidos son números tan incontestables que dejan poco margen para señalar a los grandes ‘culpables’ del espectacular liderato que exhibe el Barcelona, aventajando en ocho puntos al segundo de la tabla, Real Madrid, y en catorce, al tercero, la Real Sociedad.
Y es que desde la consolidación del tridente formado por Jules Kondé, Ronald Araújo y Andreas Christensen, el Barcelona cuenta todos sus partidos por victoria. En este 2023 ha jugado ya diez encuentros -cinco en LaLiga, tres en la Copa y dos en la Supercopa-, con un balance global de diez triunfos. Una racha de resultados, refrendada en unos números increíbles en la retaguardia, donde el equipo ha sido capaz de construir las victorias.
Y es que una cosa es ser el equipo menos goleado de la competición y otra ser la mejor defensa del planeta. A día de hoy, lo primero es tan evidente como incontestable, mientras que lo segundo, si no lo es ya, poco le falta.