Vinicius ya es Vinicius
Eléctrico, valiente y eficaz: lleva seis jornadas seguidas participando en goles. En total, cinco zarpazos y siete asistencias. Asoma el Balón de Oro.
Era cuestión de tiempo. Y la cuestión, ahora, es si no se irá con el tiempo. Pero este Vinicius sí es Vinicius. Un futbolista que encara, encara y vuelve a encarar, sin importar cómo haya salido en la anterior. Que parte defensas con un ritmo endiablado y necesita poco para marcar. Un crack mundial que, en ocho días, recibirá su primer Balón de Oro. Consecuencia de una temporada con una versión mucho más parecida a la actual, que a la de agosto, cuando llegó a hacer un solo gol en cinco partidos (y de penalti). De hecho, necesitó ocho encuentros para firmar su primer gol de jugada. Pero desde entonces, Big Bang.
Arrancó frente a la Real y despegó contra el Espanyol. Ya saben, el bote de kétchup. Primero, asistencia a Rodrygo; después, su gol particular. Desde aquella jornada, siempre participa en un gol. Van seis seguidas. Tanto contra el Alavés, como en el derbi, su contribución fue en forma de pase de gol: Lucas Vázquez y Militao. Pero quien da, luego recibe. O algún proverbio debe acercarse a esos términos. Tras el desastre de Lille, impasse generalizado, llegaron sus goles al Villarreal y, después, al Celta. Seis jornadas y seis noches participando en goles. Desde San Sebastián, hasta Balaídos. Y lo siguiente, en Liga, es el Clásico.
Un destello en Vigo
Al que Vinicius llega absolutamente lanzado. Su noche en Vigo fue tan brillante, como una de esas luces navideñas que Abel Caballero comenzó a montar el 30 de julio y el 9 de noviembre, serán encendidas. Pero no nos desviemos. Vinicius bailó y si lo hace, es síntoma de melodía. Fue el futbolista que más remató (4), más pases completó en el último tercio (13), el segundo que más centros puso (2), el que más regateó (5, esto con mucha diferencia respecto al segundo, que es Fran García, con 2) y, por ser, hasta el tercero en recuperaciones (5). Está enchufado y eso se ve en la actitud. Y la actitud, muchas veces, se ve en el compromiso defensivo.
Puede ser su Gran Noche
Vinicius vive un momento absolutamente dulce. Ha superado el bache inicial y llega lanzado a uno de los momentos más especiales de toda su vida: el próximo lunes, 28 de octubre, recibirá su primer Balón de Oro en el Châtelet de París. Aún no hay confirmación oficial; ni tan siquiera filtraciones. Pero si el término vox populi se inventó para alguna situación, fue como esta. Dentro del Real Madrid se transmite que no cabe ninguna otra posibilidad. Que dan por hecho que lo ganará. Un futbolista que este curso, al fin, se ha entonado y ya suma números: van cinco goles y siete asistencias. Flechita para arriba. Baila, luego está. Cuatro palabras: Vinicius ya es Vinicius.
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