Vinicius pide perdón y se expone a una sanción de hasta cuatro partidos

Las chispas acabaron en incendio cuando el reloj de Mestalla marcaba el minuto 76 de partido. Vinicius Júnior, blanco de la intensidad defensiva del nuevo Valencia de Carlos Corberán y también del público, reclamó, de rodillas sobre el césped, un potencial penalti a Soto Grado, árbitro del partido. En ese instante, Stole Dimitriesvki, que ya tenía apuntada una tarjeta amarilla y con quien el de Sao Goçalo se las tuvo tiesas, se le acercó por detrás instándole a levantarse, tocando la espalda del brasileño y, como parece, estirándole levemente del pelo o dándole una colleja. Esa podría haber sido la segunda tarjeta amarilla para el macedonio. Vinicius, que cayó en su trampa, respondió reactivamente con un intento de empujón que acabó por impactar en el cuello del portero valencianista.

“Eso es roja porque le pega en la cara. Una cosa es empujarle en el pecho, que es amarilla salvo que le pegue un puñetazo, y otra cosa es la cara, que según el reglamento es intocable”, dijo Eduardo Iturralde González, exárbitro internacional y analista en AS en el Carrusel Deportivo de la Cadena SER.

Antes de acudir al monitor para el pertinente peritaje de la acción, el colegiado riojano había mostrado amonestado a ambos. Posteriormente cambió su decisión y únicamente mostró la tarjeta roja al brasileño, expulsándolo por segunda vez en LaLiga en los siete años que lleva en España. Tras ver el color de la tarjeta, el madridista se lanzó como un resorte a por Soto Grado, teniendo que ser agarrado y conducido por la fuerza a los vestuarios por Rüdiger y Ceballos, que se encontraban en los alrededores ante el alto voltaje y estado de excitación que evidenciaba el brasileño.

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Una sanción de entre dos y cuatro partidos

Lo que es seguro que no le caerá un partido al tratarse de una acción sin disputa de balón y sancionada con tarjeta roja directa, tal y como refrenda el artículo 121 de la RFEF. De esta manera, Vinicius se expone a una sanción que podría extenderse hasta los cuatro partidos. ¿Cuáles? Todo dependía de la redacción del acta arbitral. Si se etiqueta como agresión, esos cuatro partidos los cumpliría de forma consecutiva e inmediata, sin importar la competición. Y el artículo 103 del Código Disciplinario de la RFEF dice lo siguiente: “Agredir a otro/a, sin causar lesión, ponderándose como factor determinante del elemento doloso, necesario en esta infracción, la circunstancia de que la acción tenga lugar estando el juego detenido o a distancia tal de donde el mismo se desarrolla que resulte imposible intervenir en un lance de aquél, se sancionará con suspensión de cuatro a doce partidos”.

Como así acabó por dictarlo el acta. “En el minuto 79 el jugador (7) De Oliveira Do Nascimento, Vinicius José fue expulsado por el siguiente motivo: Por golpear a un adversario en la cabeza de manera deliberada, sin estar el balón en disputa, empleando fuerza no insignificante. Una vez expulsado, dicho jugador tuvo que ser sujetado por miembros de su club y retirado a vestuarios mientras continuaban sus protestas”. La clave, que el balón no estaba en juego y que convierte la acción en grave, no se acabó por reflejar en el acta, si no únicamente que “no estaba el balón en disputa”. En la conversación con el VAR (se puede leer más adelante) sí se especifica, pero no queda claro en su correspondencia con el vídeo. Y el acta, en el que tampoco se incluye la acción previa de Dimitrievski y que podría servir de atenuante, es lo único que cuenta con presunción de veracidad. Por ahí irá la defensa del Madrid.

Según ha podido saber el Diario AS, no ha habido reunión de urgencia del Comité de Competición. El Madrid tiene hasta el lunes para hacer alegaciones y no se espera resolución hasta el martes, por lo que el brasileño debería poder jugar el partido de Copa ante la Deportiva Minera (lunes, 19:00 h.). Los encuentros que sí podría perderse en caso de que la sanción sea considerada grave serían los de Supercopa de España (la primera semifinal es ante el Mallorca, 20:00 h. del jueves) y la siguiente ronda copera, siempre que el conjunto blanco avance en ambas competiciones. De caer antes, la sanción se trasladaría a la competición liguera. “El otro día, en el Leganés-Villarreal, que pasó una muy parecida, a Óscar Rodríguez le cayeron cuatro partidos por conducta violenta porque estaba el juego parado”, señaló Iturralde como precedente. De no tipificarse como tal, la sanción sería de entre dos y tres partidos y solo se cumpliría en el campeonato doméstico. Los siguientes encuentros en LaLiga del conjunto blanco en LaLiga son ante Las Palmas (19 de enero), Valladolid (25 de enero) y Espanyol (2 de febrero).

Sin embargo, dicho reglamento, en su artículo 10, también señala circunstancias atenuantes que podrían rebajar su sanción final. Una, la de “arrepentimiento espontáneo”, como así pasó, ya que el brasileño publicó un mensaje de disculpa en sus redes sociales. Otra, “la de haber precedido, inmediatamente a la infracción, una provocación suficiente”, como también pasó con Dimitrievski. Precisamente, el recurso que Ancelotti anunció en sala de prensa presumiblemente estará basado en la ausencia de referencia alguna a la acción previa del portero del Valencia. Y la última, “la de no haber sido sancionado con anterioridad en el transcurso de la vida deportiva”. Vinicius fue expulsado en Mestalla hace dos temporadas, en el famoso episodio racista.

Sin embargo, el Comité de Competición decidió absolver al brasileño al considerarse que se “vició la decisión arbitral” al no mostrarle al colegiado la secuencia completa, donde Hugo Duro agarra por el cuello a Vinicius antes de que el brasileño le agrediera. Argumento, que podría esgrimir el conjunto blanco en sus alegaciones ante el citado órgano, que es quien decidirá la sanción de Vinicius, con el festivo del lunes retrasándolo todo. El Real Madrid tiene hasta el martes para presentarlas, tal y como indica el reglamento de la RFEF, pero es posible que no haya una resolución antes de las semifinales de la Supercopa del próximo jueves, por lo que Vinicius, de esta manera, no podría comenzar cumpliendo su sanción en el encuentro más inmediato, el de Copa del próximo lunes.

Así fue la conversación con el VAR

Alejandro Muñiz Ruiz, árbitro de VAR: “César (Soto Grado), te vamos a recomendar la revisión para valorar posible conducta violenta, como te he dicho antes. El impacto lo tienes ahí, primero al 50% y luego a velocidad normal”.

Soto Grado: “Vale, suéltamela. Voy a sacarle roja por golpear con los brazos en la cara del portero. El balón está parado, ¿verdad?”.

Muñiz Ruiz: “Efectivamente”.

Reincidencia y perdón

Vinicius, que ha ido regateando la expulsión pero que al final se ha quemado con fuego, solo había visto hasta el día de hoy una tarjeta roja vestido de blanco. Y en el mismo lugar, en Mestalla. En aquella ocasión, en la jornada 35 de LaLiga 2022-23, cuando el brasileño, fuera de sí, reclamó al árbitro del partido Ricardo De Burgos Bengoetxea que recibía insultos racistas desde la grada. Tras ello, en una acción, en la que Vinicius trató de quitarle el balón a Musah para poner el balón en juego rápidamente, Mamardashvili se lo reclamó y comenzó la tangana que acabó con el brasileño expulsado y abandonando el campo entre gestos de ‘A Segunda, a Segunda’ después de enzarzarse con el portero georgiano y Hugo Duro.

También vio otra antes. Pero con el Castilla, el filial blanco. Fue en un partido el Celta B y el colegiado, Alexander González, entendió que simuló una falta al borde del área. Ya tenía una amarilla, así que fue expulsado. Llegó a España con su historial limpio de rojas. En los 69 partidos que disputó con Flamengo fue amonestado en nueve ocasiones, pero siempre de color amarillo. Al igual que en la selección brasileña. Ni en categorías inferiores ni con la verdemarelha absoluta ha sido expulsado, donde acumula seis tarjetas, todas amarillas. Tras el partido, pidió perdón con un mensaje en redes sociales: “Perdón y gracias equipo”, escribió en X.

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