Vinicius no cambia
El brasileño no pierde su esencia pese a haber variado su posición en ataque. Es el jugador que más regates ha realizado en las dos primeras jornadas y el que más duelos ofensivos ha ganado.
Las dudas eran palpables, pero en este inicio de temporada él se está encargando de disiparlas. Vinicius era, a priori, la víctima, el damnificado del nuevo 4-3-1-2 al que la marcha de Benzema había hecho virar el dibujo. Un plan ideado por Ancelotti con un claro propósito: unir fuerzas en busca del gol. Sin un 9 de relumbrón en la plantilla, el de Reggiolo optó por juntar a sus dos mayores talentos ofensivos en punta de lanza desde el kilómetro cero. Vinicius y Rodrygo como estiletes en un Madrid acostumbrado a su vértigo en el costado.
“En la delantera, Vini va a estar desubicado”, “alejado de la banda, no luce sus virtudes”, “de punta, le desaprovechas”... Se ha escuchado en programas de radio, en tertulias televisivas y en charlas entre amigos. El debate estaba servido y servido sigue estando, pero las dos primeras jornadas dejan una certeza que trasciende a las sensaciones: el brasileño no ha cambiado.
Los números, como respaldo
Al margen de hipótesis sobre su rendimiento si hubiese continuado como extremo puro este año, la realidad es que, por dentro, no ha perdido ni electricidad ni desequilibrio, y así lo dicen los números. Vinicius es el jugador que más regates ha realizado en lo que va de Liga: 29 (a nueve del segundo, Embarba), el que más duelos ofensivos ha ganado (20) y el que más ha traído de cabeza a sus rivales (con siete faltas provocadas en solo dos partidos). Por si alguien pensaba que podría perder recorrido, el 7 blanco entra además en el grupo de cinco futbolistas (con De Jong, Embarba, Valverde y Maffeo) que más progresiones exitosas con balón ha registrado hasta ahora: 9.
Estadísticas que ponen de manifiesto que su esencia sigue intacta, impertérrita ante el cambio de ubicación y las exigencias del nuevo esquema. Sobre sus hombros, la responsabilidad añadida de cumplir también en el terreno goleador. Por ahora, lo está haciendo. Su balance este verano es de tres goles en seis partidos (dos en la gira americana y uno ante el Almería), dos más de los registrados a estas alturas de la pasada campaña (no marcó en pretemporada y se estrenó en la segunda jornada ante el Celta).
En este inicio de ejercicio ha exhibido músculo en una faceta en la que ha visto disparada su eficiencia en los dos últimos años (en ese tiempo suma 45 dianas, el 75% de las que ha firmado de blanco) y esta temporada se le pide un paso adelante mayor. El objetivo, tanto del club como del cuerpo técnico, es cubrir los 31 goles de Benzema y los 12 de Asensio, y el señalado para ello, junto a Bellingham y Rodrygo, es el ex del Flamengo. Sin modificar sus características, ha sabido amoldarse a la nueva situación del equipo y ahora se prodiga más en la zona caliente. Prueba de ello es que es el futbolista de la Liga que más tiros realiza desde dentro del área (5 disparos), junto a Rodrygo, Iago Aspas y Ramazani, y sólo por detrás del propio Bellingham (6 ejecuciones).
Metamorfosis posicional
Se ha sometido a una metamorfosis en cuanto a posicionamiento, que no en cuanto a juego, que le ha permitido al Madrid anotar cinco tantos en dos partidos. “Tenemos tiempo para trabajar, sobre todo a nivel defensivo. Ofensivamente el equipo me gusta muchísimo”, comentó Ancelotti tras el último ensayo de la preparación veraniega ante la Juventus. El de Reggiolo hizo su apuesta y, por el momento, se congratula del resultado, al menos en lo que al ámbito ofensivo se refiere. También un Vinicius al que, según el técnico transalpino, le agrada la idea de mantenerse en el frente de ataque. En su firme propósito de gobernar el panorama, Vini es consciente de que ganar gol le daría argumentos de aún más peso para convencer a los pocos detractores que le quedan de que no divisa desde tan lejos a otros grandes nombres, que puede comer en la mesa de cualquiera y que no le tiembla el pulso.
Se sabe ídolo y referencia del madridismo y avanza decidido hacia 2024 ondeando la bandera del nuevo Madrid, del Madrid del cambio, pero no de su cambio. El brasileño sigue bailando al mismo son.