Vinicius: “Los insultos siguen... y los bailes también”
El brasileño sufrió otra vez un ambiente abrasivo en El Sadar y se quejó en sus redes. Courtois alza la voz: “Le gritaban ¡Vinicius muérete!, es lamentable”.
Los rescoldos de la polémica persiguen a Vinicius. El ambiente contra el futbolista madridista, ahora en El Sadar, volvió a ser asfixiante. Y da igual lo que haga o no haga el brasileño, van a por él. El mejor ejemplo sobrevino en el minuto de silencio por las víctimas del terremoto en Turquía y Siria. Un aficionado rompió el respetuoso homenaje para retroceder en la escala evolutiva con un “¡Vinicius, hijo de p...!” que se escuchó nítido.
Queda por ver si en los próximos días habrá denuncia de LaLiga por este insulto, pero en este Osasuna-Real Madrid hubo como informó AS un despliegue mayor al habitual de observadores. La presión externa a Vini empezó desde el minuto uno, cuando El Sadar le dedicó una pitada... en un balón al que ni siquiera llegó. El Madrid ha perdido la paciencia y Courtois alzó la voz: “Le gritaban ‘¡’Vinicius muérete!’ y veías a padres con sus hijos haciéndole peinetas, es lamentable”. El propio Vinicius se quejó tras el partido en sus redes sociales, aunque fiel a su estilo: “Los insultos siguen... y los bailes también”.
En el rectángulo de juego vivió otra presión, con un punto de ebullición en la discusión entre el brasileño y Moi Gómez al borde del descanso que terminó con amarilla para ambos. Una táctica que le sigue funcionando a sus rivales: Vinicius es el jugador más amonestado del Madrid este curso (seis)... El mundo al revés.
Lo que no ha cambiado es el cada vez más incipiente olfato de Vini para atraer contrincantes y aprovecharlo para filtrar un pase asesino al desmarque de un compañero. Lo vio con el exterior a Benzema en la final del Mundialito. Ayer, a Valverde. Y luego, en su gol, el 0-2, cerró los ojos, en un gesto casi espiritual. Parecido, a su manera, al de Valverde con la postura de yoga en la celebración del suyo. Un Madrid que intenta abstraerse del ruido y ser zen antes de la batalla de Anfield.