Vinicius, bajo la lupa
El ‘7’ se somete al ojo de Xabi y del Bernabéu tras su llamativa suplencia en Oviedo. Enfrente, un Mallorca entumecido y aún a medio hacer.



En la jornada 3, plebiscito. O casi, sin dramatizar tanto. Vinicius tiene hoy un partido de agosto con el que no contaba, uno en el que en vez de venir bien para coger ritmo se juega no dejarse jirones de titularidad. La suplencia del brasileño en Oviedo en beneficio de Rodrygo levantó las cejas del personal, su sol (asistencia y gol) y sombra (rifirrafes con grada y árbitro) en el Tartiere bastante menos, pero las informaciones en los últimos días sobre su renovación en stand by le recolocan aún más en el foco hoy. De Xabi y del Bernabéu. Y del Mallorca, que se teme un Vini banderilleado en su orgullo (sigue el partido en directo en As.com).

Jugadores que militaron en el Real Madrid y Mallorca
Es el balear un equipo con mucho frente abierto que sumar al ya de por sí complejo asunto de visitar Chamartín. El Mallorca subcampeón copero hace 16 meses ha venido mutando en uno, el actual, en el que jugadores importantes como Copete, Maffeo, Larin y Samu Costa han pedido irse. El primero lo logró (al Valencia, por 3,5M€), el segundo vio frustrada su venta al Nottingham Forest, el canadiense terminó enfrentado con la grada de Son Moix y Costa, como por ahora no sale, apunta a titular en el Bernabéu. Su perfil intenso demanda tener los seis sentidos, hasta el arácnido, muy activos, y Arrasate dice que le ve para la tarea.
Una misión a la que el técnico de Berriatua ha apuntado a los nuevos. Para el once al central italo-albanés Kumbulla, cedido por el Roma y aspirante a fichaje del año mallorquinista junto al exculé Pablo Torre, que coincidió en la cantera del Racing con otro de los fichajes, Mateo Joseph. En la expedición viaja a la espera de poder ser inscrito Jan Virgili, la perla juvenil del Barça a la que se ha logrado echar el lazo esta semana. Un extremo zurdo delicioso de 19 años por el que la entidad balear invierte 3M€ a cambio de la mitad de sus derechos. Y que Arrasate, que lo pidió encarecidamente, ha recibido con algarabía.
También le ha ensanchado la sonrisa al vasco recuperar a los sancionados Morlanes y Muriqi, víctimas de la ensalada de polémica de la visita del Barcelona a Son Moix en la primera jornada. El ariete balcánico es reflejo del cierto retroceso de este Mallorca. De pirata a grumete. Aunque el club le dio patente de corso este verano renovándolo hasta 2030, viene de hacer sólo siete goles la campaña pasada y anda trémulo. La roja contra el Barça no le ayudó porque son demasiadas, cuatro expulsiones ya en España. Pero cuidado. Como cantan Idles cuando dicen eso de “nunca te pelees con un hombre con permanente”, mejor no tenérselas tiesas con un tipo con el aspecto del kosovar. Y menos si aparece con el humor torcío.

Pulso de escuelas vascas
A unos palmos del césped, los banquillos, y ahí Arrasate (47 años) se presenta al duelo de escuelas vascas con Xabi Alonso (43) siendo el veterano. También ejemplificando las dos vías dentro de ese particular hábitat que es el fútbol de aquellas coordenadas geográficas. Uno guipuzcoano y el otro vizcaíno, mientras el nuevo entrenador madridista levantaba al cielo de Estambul la Copa de Europa con el Liverpool en 2005, Jagoba el delantero pasaba del Elgoibar al Portugalete de Segunda B. Ambos formados en Zubieta, casi unieron destinos en un paraje inesperado, Eibar. Pero ahí se vio que llevarían vidas distintas. Mientras el hijo de Periko Alonso apareció en el equipo armero con 18 años y vitola de cesión estelar desde la Real, Arrasate peleaba por hacer goles... en el Eibar B.
Andares diferentes que confluyen ahora en el Bernabéu y con la pizarra en la mano. La de Xabi viene unida a decisiones con aire gallardo como esa suplencia de Vinicius en el Tartiere, el no esperar más a que Mastantuono asaltase un lugar en el once y que Carvajal adelantase a Trent. Pero ha de ir despejando alguna interrogante más. Como cuál será la principal pareja de Huijsen, si un Militao con grandes sensaciones pero aún a cierta prueba tras su pesadilla con los cruzados, o un Rüdiger que estaba sancionado en el estreno contra Osasuna pero dejó un manchón sobre su historial en las semis del Mundial de Clubes.
Un Madrid a fin de cuentas con Mbappé echando fuego y activo en defensa para un equipo blanco ultrasólido (llevaba 21 años sin acabar sus dos primeros compromisos ligueros sin encajar gol) contra un Mallorca algo entumecido. La controversia del 0-3 ante los de Flick no oculta el trabajo por hacer que dejó patente el 1-1 rescatado en el minuto 87 contra el Celta, de nuevo en casa. Ahora la carretera pica más hacia arriba, al Angliru de Chamartín. Con Vinicius, sin Maffeo como distracción permanente, aglutinando incluso más miradas. A la espera de sintonizar, al fin y del todo, con Kylian. Sentado, lo sepa o no, sobre un volcán.
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