Vicente Moreno, sobre RdT: “La obligación del técnico es sacarle rendimiento”
El entrenador del Al Shabab y ex del Espanyol analiza la situación del equipo perico. “Me da pena”, dice desde la distancia. Desglosa su salida de la entidad, la distancia con Chen en el día a día y su relación con RdT: “Aún nos escribimos mensajes”.
Vicente Moreno triunfa en Arabia con el Al Shabab. No logró hacerlo en el Espanyol pese a sus notables resultados. “Me queda esa pena”, reconoce ahora desde la distancia. El técnico valenciano llegó al Espanyol después del descenso y levantó un vestuario que tenía el ánimo por el suelo. Tuvo que lidiar con un verano complicado por el mercado, gestionar a un jugador especial como RdT y volver a recuperar la pasión por el fútbol de Sergi Darder. Salió exitoso, con un ascenso bajo el brazo y con una notable primera vuelta hasta enero de 2021, cuando los malos resultados empezaron a dinamitar su futuro.
A falta de dos jornadas para el final de la pasada Liga, el Espanyol se acogió a una cláusula del contrato en la que el técnico no tenía renovada automáticamente su tercera temporada, al firmar por dos campañas más una. Una de las partes podía romper el acuerdo y así ocurrió. Ahora buena parte de los pericos, sumidos en descenso, tienen a Vicente Moreno en la memoria.
-Decía que sigue a sus ex equipos… ¿Cómo ve la situación del Espanyol?
-Da pena. Estoy lejos y el seguimiento es el de un aficionado más, por la situación difícil. Pero es un club grande, con jugadores de nivel, el cuerpo técnico que ha llegado, también los que ya estaban y con los que trabajé, es bueno, y estoy seguro de que va a salir de ahí. Empujaremos desde aquí.
-¿Dolió esa salida, apenas a dos jornadas de terminar?
-Quedaban dos partidos y nueve días para acabar, sí. Las circunstancias contractuales, con una cláusula que facilitaba esa posibilidad, y se tenía que dar en tiempo y forma, determinaron lo que pasó y no tienes mucho más que decir. Está en el contrato y respeto las decisiones, de la misma manera que si yo hubiese llegado y hubiese pagado mi cláusula para irme a otro sitio. No hay problema. Queda la pena porque teníamos un proyecto de tres años y llegamos en un momento de mucha necesidad, había la obligación de ascender y no es fácil. Lo conseguimos, nos marcaron desde el club el objetivo de la permanencia y lo logramos de forma holgada, aunque en la parte final no terminamos con los mejores resultados. Pero teníamos mucha ilusión por esa tercera temporada, en teoría era la del salto de calidad, se iba a apostar por cambiar cosas, por darle un plus de nivel al club, y estábamos ilusionados. Vivir ese salto en un club de Barcelona como el Espanyol… te imaginabas jugando en Europa con un club así. Y te queda esa pena. Pero han sido dos años fantásticos.
-¿Le faltan cara y ojos al proyecto, por la distancia a la que está el dueño?
-Sobre todo, por la incertidumbre. Cuando yo estuve había mucha gente de la época del descenso y eso la gente no lo perdonaba, puede ser hasta lógico. Sin saber si va a haber ventas, si el entrenador sigue, con varios jugadores acabando contrato… Se generó incertidumbre y esto afecta a todos. Queremos estar al margen, pero afecta a los profesionales. El final de temporada, si ganamos dos o tres partidos más, hubiésemos acabado en situación más cómoda y también hubiésemos ayudado nosotros a que el ambiente fuera otro.
-Quedó esa imagen con Raúl de Tomás en el Bernabéu, agarrándole del pecho tras un cambio. Es un jugador especial, parece un caso paradigmático de jugador con talento, pero que puede ser problemático.
-Es un jugador fantástico, en todos los sentidos. Es un chico especial. Yo tengo dos hijos, los quiero a los dos igual, pero son diferentes, y los trato partiendo de unas normas para los dos, pero de forma diferente. A cada uno le exijo lo que necesita. Lo de De Tomás es igual, su talento es brutal, por condiciones podría jugar en el equipo que quiera, y lo digo con propiedad. Una cosa es verlo en partidos y otra todos los días, es brutal. Mi relación con él era fantástica antes de esa situación e inmediatamente después de ella, también. A día de hoy aún nos escribimos mensajes y no soy yo de hablar mucho con los jugadores. Le tengo aprecio. Es verdad que la situación no se nos dio bien, él no estuvo afortunado en algún comentario que hizo en ese momento de la temporada, que fue difícil, y pasó en un campo en el que la repercusión de todo es brutal. Probablemente es más culpa mía por no pensar en todo eso. Pero tenemos una relación fantástica y estoy seguro de que, si él quiere, va a hacer una temporada buenísima.
-¿Necesita demasiado sentirse líder, el centro del proyecto?
-No sé decir, es un chico fantástico, es buena persona y en lo deportivo no hace falta presentarle. Ninguno somos perfectos, tiene sus defectos como todos. Pero sumó mucho en el Espanyol. No fue fácil convencerle para que jugase en Segunda, tenía opciones de salir, pero yo quería que fuse importante. Perdimos mucho tiempo para convencerlo y para que rindiera, metió en las dos temporadas que estuvimos allí 40 y pico goles. Fue determinante para subir a Primera y para mantenernos, fue a la Selección. Con un jugador de ese nivel, debes hacer todo lo posible por poner su rendimiento al servicio del equipo. Y a veces también tienes que pagar ciertos peajes. Pero la obligación del entrenador es sacar rendimiento de lo que tienes y que el club se beneficie. El rendimiento de Raúl fue brutal, todos nos aprovechamos de ello.
-¿Es el jugador más singular que ha tenido?
-He tenido de todo, como jugador y como entrenador. Él tiene esa capacidad de ser el foco de atención, pero tampoco hace nada extraordinario, se entrena, se va a su casa, pero tiene ese poder de atracción. Pero he tenido jugadores bastante más difíciles, más díscolos.