Veiga se presenta al Bernabéu
El canterano pretendido por el Real Madrid y Iago Aspas lideran a un equipo reactivado con Carvalhal. Nueva rotación blanca pensando en la Champions: Nacho, Ceballos, Asensio...
Hace ya nueve años de la última vez que el Celta le ganó al Madrid en Liga. Conviene tomar nota de aquello: el equipo blanco también tenía la Liga prácticamente perdida, también lo entrenaba Ancelotti (Luis Enrique a los vigueses) y también reservó a muchos titulares (Cristiano, Benzema, Di María, Carvajal, Pepe, Varane…) porque tenía la cabeza en la final de la Champions, que acabaría ganándole al Atlético. Hoy se espera, de nuevo, una gran rotación, pero con mejores perspectivas en el banquillo.
Entre los probables están Nacho, Ceballos y Asensio. Tres que acaban contrato, tres con el futuro en el aire y tres que están terminando mucho mejor de lo que empezaron. El de Ceballos es el caso más significativo. Antes del Mundial solo había tenido 209 minutos, después 1.110. Ha jugado los últimos trece partidos de Liga, nueve de ellos como titular. El club ya le ha llamado para renovar. En menor medida, la situación se repite con Asensio. Solo jugó uno de los cinco primeros partidos de Liga y no fue titular en la competición hasta noviembre. Ahora ha disputado completos los tres últimos choques ligueros, ha marcado dos goles y ha dado una asistencia. Vale lo mismo para Nacho: 51 minutos en Liga en los primeros cinco meses, 962 en los tres últimos.
En sus botas y en las de otros que ya contaban aunque no formarían parte de un once ideal (Lucas Vázquez, Rüdiger o Tchouameni) está lo que queda de Liga, porque Ancelotti va a espaciar cada vez más la presencia de los veteranos. Aún los ve por encima del resto pero con las piernas frescas. No es casual que Kroos, Modric, Carvajal y Benzema no estén entre los cinco jugadores más utilizados de la plantilla. Todos apuntan al banquillo en el partido ante el Celta menos el francés. Sufrió un golpe en el duelo ante el Chelsea y fue sustituido a 19 minutos del final. Parece aconsejable darle un respiro, pero está en la carrera por el pichichi y no quiere dejar pasar una. También podría descansar Militao, que evidenció ciertas molestias en el choque de Londres, pese a la baja de Alaba, lesionado ante el Chelsea.
La sensación de la Liga
Ante este Madrid híbrido se presenta hoy al Bernabéu Gabri Veiga, un jugador inesperado. En la cantera del Celta desde los once años, casi ninguno de sus técnicos hubiera apostado por él como primer espada del fútbol español. De hecho, estuvo a punto de dejar el club en edad cadete. “Se conformaba con ser uno de los buenos de su promoción y le intentamos hacer ver que tenía que mirar hacia arriba. Le faltaba físico y mentalidad. Estábamos ahí para despertarle”, dijo en AS Claudio Giráldez, uno de los técnicos más importantes en su formación. Como juvenil llegó su despegue: “Tuvo un desarrollo enorme. Se hizo muy potente y muy fuerte”. Óscar García le hizo debutar con 18 años en un partido ante el Valencia. Aquel año jugó cinco encuentros con él y uno más con Coudet. Luego llegaron los problemas para renovar y solo cuando prolongó su contrato hasta 2026, muy cerca ya del final de la temporada 21-22, volvió a contar.
Su ascenso ha sido espectacular. No fue titular en los primeros siete partidos, pero en noviembre ya estaba en la Selección Sub-21, en enero tenía ficha del primer equipo del Celta y en febrero era elegido jugador del mes en la Liga e integrante del Once de Oro de Fútbol Draft. Lleva ya nueve goles y cuatro asistencias: “En mi carrera me he encontrado solo uno o dos jugadores como él”, dice Carlos Carvalhal. Eso mismo piensa la docena de equipos dispuestos a pagar los 40 millones que vale, el Madrid entre ellos.
Un cambio productivo
Merece la pena creer al técnico porque ha dirigido fútbol en muchos idiomas. Jugó en seis equipos portugueses y dirigió a trece. También entrenó en Grecia, Turquía, Inglaterra y Emiratos Árabes. Al Celta llegó en noviembre, como sustituto de Coudet, con el equipo al borde del descenso. Lo ha sacado de ahí con un gran balance: solo cuatro derrotas en 17 partidos de Liga. Ahora es duodécimo. Es su primera experiencia en la Liga española, que, sin embargo, no le es ajena: “Jugué en el Chaves, a diez kilómetros de la frontera española, y fui muchas veces a Balaídos”.
Ha firmado hasta finales de 2024. “No me gustan los contratos a largo plazo. Al final firmas por cinco años y es posible que tengas que irte en el segundo”. Sabe de qué habla. No ha estado más de dos años en un club. El último, el Sporting de Braga, al que hizo campeón de Copa en Portugal, país con un fútbol extremadamente bipolar.
Su idea del juego es ambiciosa: “Nos gusta un fútbol en el que predominen los pases verticales, siempre con la intención de superar líneas. En esto tu posesión puede ser del 60% y carecer de progresión”. Partidario de una defensa con tres centrales, en el Celta cambió pronto a un 4-4-2: “Mi idea, en cualquier caso, no es encorsetar a los jugadores en un dibujo rígido. Me gusta darles libertad dentro de un orden, una organización flexible, pero nunca caótica”. Hoy le faltará Hugo Mallo, expulsado ante el Mallorca e imprescindible para él. Mallo se irá en verano, probablemente al MLS, y se quedará el otro pilar, Iago Aspas, que ha metido nueve de sus doce goles con Carvalhal. A él también le ha sentado bien el cambio de técnico.
(Sigue el partido en directo en As.com)
