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VARguenza y poco fútbol

Si el partido de El Sadar fue lamentable, el de San Mamés no mejora mucho el calificativo. El equipo de Pacheta demuestra una inferioridad preocupante en los últimos partidos a domicilio, donde ha perdido (Espanyol, Osasuna y Athletic) no estando metido en el partido. Y me dirán que Sergio León pudo adelantar al Pucela en Cornellá, sí, el único disparo a portería en los tres encuentros. Demasiado poco balance para un equipo que aspira a la permanencia, pero que siempre mira un poco más arriba. O eso nos habían vendido.

La semana pasada Roque Mesa habló de falta de intensidad en Pamplona y se llevó la regañina de Pacheta. Reconozco que me sorprende cuando un futbolista profesional habla de intensidad, de ganas... sólo le faltó decir de “huevos”, con perdón. ¿Y saben qué? Que los datos no mienten. El Pucela ganó 56 duelos y el Athletic, 26 y, sin embargo, los rojiblancos hicieron 20 faltas y el Real Valladolid, seis. Así que... ¿es cuestión de huevos o de fútbol? Yo particularmente creo que es una cuestión de juego, de no llegar muchas veces, de que la colocación, los famosos ajustes, no estaban en su punto. Por segundo partido consecutivo a domicilio, el contrario buscó la espalda de los mediocentros blanquivioletas y ahí lanzaban a las balas que tenían arriba los bilbaínos: los Williams. Y si encima de estar desbordado en el centro del campo tienes en el campo al más lento de tus cuatro centrales... la tragedia estaba anunciada. Pacheta suele autoinculparse de los malos resultados y sí. El equipo empezó a perderdesde el vestuario o, incluso, desde el pasado sábado tras ganar al Elche. Y luego podemos estar de acuerdo en que ellos son mejores, pero de base, no. Si esto fuera así, nunca habría resultados que no fueran lógicos en fútbol.

Porque Pacheta defiende que tiene muy buenos jugadores y que todos pueden jugar. Es lo que tiene que decir. La realidad es aplastante. No. Hay jugadores que son claramente suplentes y otros, titularísimos. Había quien pensaba que Plata, El Yamiq y Feddal no jugarían. Y acertaron a medias. Porque el papelón de los tres fue fabuloso. En honor a la verdad fueron pocos los jugadores que dieron el nivel. Dirá el míster que el Athletic es mejor, sí, pero no con la diferencia que pareció en San Mamés. Pacheta sabe que la imagen ha sido muy mala y eso es compatible con el hecho de que piense que el equipo va a ser mucho mejor en la segunda vuelta, pero dos o tres retoques en el mercado de invierno no vendría mal, dando salida a algunos jugadores que ni están, ni se les espera.

Y luego hablamos de los trencillas y el VARguenza. Es tremendo, inédito, que el mismo árbitro de la sala VAR en Las Rozas, Medié Jiménez, interprete de manera diferente dos acciones tan idénticas en días consecutivos. Porque el asistente que llamó al árbitro de campo en el encuentro de Vallecas, Rayo Vallecano-Real Madrid (3-2), por la mano de Carvajal es el mismo que decide no avisar a su compañero por la mano de De Marcos con 1-0. Y luego había que meter el penalti y ver si el Pucela se crecía, pero la injusticia está ahí. No para ahí, porque ninguno de los trencillas entendió que a Aguado se le hiciera falta en el origen del 2-0... Y todavía más. Resulta que después, en la segunda parte, Medié Jiménez sí avisa al árbitro manchego por una mano de Olaza... que resolvió con falta sobre el uruguayo. Dos fenómenos los trencillas. Y no es excusa, pero sí de justicia resaltarlo.

Así que el Pucela, partido de Copa en Ourense por medio, se va de vacaciones con 17 puntos fantásticos, con la sensación de poder llevar más y de no haber competido en algunos encuentros. Ahora viene el Mundial, luego una pretemporada, una estadía y espera el Real Madrid a final de año y el mercado de fichajes en el que seguro que el Real Valladolid tratará de mejorar lo que tiene en plantilla.