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EL REPORTAJE

Valverde entra en el ‘club de las terceras partes’

Jon Uriarte, en la presentación de Valverde
DIARIO ASDiarioAS

Casos como el de Ernesto Valverde, que volverá a sentarse por tercera vez en el banquillo de un mismo club, no son muy habituales, pero tampoco pueden considerarse ajenos a la más pura realidad futbolística. La historia en general y la del balompié español en particular está bien poblada de técnicos que decidieron regresar al lugar del crimen. A priori, para los clubes suele ser un buen recurso: eligen un técnico conocido. Para los entrenadores es, también, una buena oportunidad de completar la faena o resarcirse en caso de que alguna de las anteriores experiencias no saliera redonda.

Valverde, regreso impoluto

Sus dos aventuras anteriores en San Mamés, una en el viejo estadio y otra en el nuevo, acabaron en todo lo alto convirtiéndose en el técnico con más partidos en la historia del club (306) por delante de los 289 de Javier Clemente. La primera experiencia fue de dos temporadas (2003-05) y la segunda de cuatro (2013-17). Sentado en el banquillo rojiblanco se estrenó en Primera con un quinto puesto que llevaba implícita la clasificación para disputar la Copa de la UEFA. La segunda campaña no fue tan redonda en cuanto a resultados, pero la afición seguía identificada con el juego del equipo. “Por motivos personales”, el técnico adelantó en marzo que no seguiría la temporada siguiente. El Athletic acabó noveno.

Ocho años tardó en regresar. Estaba a punto de cumplir los 50 y sus conocimientos ya habían quedado patentes en el Espanyol (dos años), Olympiakos (tres temporadas en dos etapas) y Valencia antes de aceptar el reto de ocupar el lugar de Bielsa. Cuatro campañas completas. En la primera (2013-14), el Athletic quedó cuarto lo que supuso la vuelta a una Champions que se le resistía desde hacía 15 años. En la segunda, el conjunto acusó el vértigo de la máxima competición continental y tras no superar la fase de grupos, también cayó en la Europa League ante el Torino. En la Liga remontó un mal comienzo hasta llegar el séptimo puesto, que daba acceso a la Europa League. El postre fue clasificarse para la final de Copa ante el Barcelona, que venía de ganar la Liga, lo que le permitió disputar unas semanas después como subcampeón la Supercopa. Fue el momento culminante de su obra. El Athletic levantó un título 31 años después. Un espectacular 4-0 en la ida en San Mamés abrió las puertas de la proeza respaldada con un empate en el Camp Nou (1-1).

El tercer curso fue tan intenso como los anteriores y Valverde lo coronó con el quinto puesto en la Liga y una nueva clasificación europea. La 2016-17 se le hizo larga tanto al técnico como al equipo, pero terminó en séptimo puesto y una emocionante despedida.

Las 7 vidas de Luis Aragonés

El exseleccionador lideraría una supuesta clasificación de entrenadores que más veces han dirigido a un mismo club en épocas diferentes. Hasta en siete ocasiones entrenó al Atlético, el club de su vida. La primera vez tenía 36 años, cuando se despidió, 64. Todo comenzó el 1 de diciembre de 1974. Vicente Calderón destituyó a Juan Carlos Lorenzo y ofreció el cargo a Luis, todavía jugador. Debutó en Valencia (1-1) y esa primera experiencia se estiró durante esa temporada y las tres siguientes. Ganó la Copa Intercontinental, una Copa del Rey (1976) y una Liga (1977). Deja el cargo en junio de 1978.

Su segunda etapa fue tan inmediata como mínima: cuatro partidos entre octubre y noviembre (1978). Intervalo entre Héctor Núñez y Ferenc Szusza. Tampoco tuvo que esperar tanto para el tercer regreso. Llegó con la nueva temporada (79-80). Los malos resultados solo le permitieron llegar hasta la jornada 25. Para la cuarta reaparición tiene que esperar dos años. Por delante le espera su ciclo más duradero en el club: cuatro campañas completas (1982-86) con una Copa y una Supercopa como trofeos.

Con siete oportunidades en el Atlético, es el máximo ejemplo del técnico que más veces ha entrenado a un mismo club en periodos diferentes

Luis Aragonés

Cuando iba comenzar el quinto curso consecutivo, el técnico, en la pretemporada, decidió dejar el cargo víctima de una depresión (ciclotimia). Primero Vicente Miera y después Martínez Jayo, eterno segundo de Luis, se hicieron cargo sucesivamente del equipo, pero la mala marcha incitó a Vicente Calderón a recuperar a Luis que había firmado un contrato de tres años y volvió al cargo durante las últimas 19 jornadas.

Cuatro años tuvieron que pasar para que llegara la sexta oportunidad, ya con Jesús Gil en la presidencia. Otra temporada y media con la tercera Copa de su palmarés rojiblanco (1992) como recompensa. En el segundo curso fue destituido en enero (1993). Luis se replantea su futuro y se busca la vida lejos del Manzanares. Siete campañas y cinco clubes diferentes (Sevilla, Valencia, Betis, Oviedo y Mallorca).

Todavía asoma una última llamada de auxilio. El Atlético no es capaz de ascender en su primer año en el infierno y Jesús Gil le reclama para el segundo intento (2001-02). En su primera experiencia en la división de plata, Aragonés se adapta a una categoría que desconoce y hace al equipo campeón. Ascenso. La vuelta a Primera no es fácil y el Atlético no pasa de la decimosegunda posición. Es su última experiencia como entrenador rojiblanco.

Olsen y Mesones, de Guinness

La historia de la Liga nos presenta verdaderos especialistas en la materia de regresar al mismo banquillo. Entrenadores que van y vienen y dejan a su paso una estela que, como mínimo, merece una mención. Dos ejemplos llaman especialmente la atención: Felipe Mesones y Roque Olsen. Ambos argentinos y ya fallecidos que echaron raíces en los banquillos españoles durante tres décadas largas entre los 60 y los 90.

Felipe Mesones
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Felipe Mesones

El primero fue técnico del Elche en cinco etapas distintas de su carrera y del Murcia, Cartagena y UD Salamanca en otras tres. Además, entrenó al Tenerife, Hércules, Valladolid, Granada, Betis, Xerez.

El segundo, exjugador del Real Madrid con el que ganó dos Copas de Europa, dirigió al Córdoba en tres categorías y en seis etapas diferentes, cinco de ellas entre 1957 y 1962 y la última en 1987… ¡25 años después! De premio Guinness. Además, entrenó al Elche y a Las Palmas en cuatro periodos dispares. Completó su carrera en la Liga entrenando en el Deportivo, Zaragoza, Barcelona, Celta, Sevilla, Cádiz, Recreativo. Tampoco tuvo mala carrera Antonio Barrios, cuatro etapas en el Valladolid, tres en el Betis, dos en el Sevilla…

Molowny, el hechicero blanco

Aunque no lleguen a la magnitud del Atlético con Luis Aragonés, casi todos los grandes clubes han tenido experiencias de técnicos de reconocido prestigio que se han sentado varias veces en sus banquillos, casi siempre bajo la presión de la llamada de emergencia. El Real Madrid tenía en Luis Molowny, oficialmente responsable de la cantera, su apagafuegos de cabecera. Hasta en cuatro ocasiones el canario pasó de la Ciudad Deportivo al banquillo del primer equipo. Su balance: tres Ligas, dos Copas, dos Copas de la UEFA y una Copa de la Liga.

Se hizo cuatro veces cargo del primer equipo del Real Madrid y en todas ganó algún título: tres Ligas, dos Copas, dos Copas de la UEFA y una Copa de la Liga

Luis Molowny

Su primera aparición fue en la temporada 1973-74. Sustituyó al incombustible Miguel Muñoz, 14 temporadas en el cargo, en la jornada 19 y acabó ganando la Copa del Generalísimo al Barcelona por goleada (4-0). La segunda llamada con la luz roja encendida llegó tras disputarse la primera jornada del campeonato 77-78. El club destituye a Miljan Miljanic y Molowny, no solo acaba la temporada, sino que gana la Liga y continúa la temporada siguiente con renovación del título liguero incluida. Un auténtico mago.

La tercera oportunidad, tiene a Boskov como víctima en vísperas de la vuelta de las semifinales de la Copa y con cuatro jornadas de Liga por delante. Molowny saca su varita, clasifica al equipo para la final, que gana al Sporting (2-1). Su último servicio como entrenador fue aún más fructífero. El aviso es para apagar el fuego de una semifinal de la Copa de la UEFA en San Siro contra el Inter (2-0) con motín de la plantilla incluido. Tras la remontada de rigor en el Bernabéu (3-0), Don Luis se lleva el título tras derrotar al Videoton en la final a doble partido (3-1 global). También conquista la Copa de la Liga tras eliminar al Barcelona, Sporting de Gijón y Atlético. A regañadientes, acepta mantenerse en el banquillo con la promesa del presidente Luis de Carlos que, a sus 60 años, será su último servició al club y en esa temporada 1985-86 suma otro doblete Liga-Copa de la UEFA. Jubilación bien ganada.

Curiosamente, el hombre que toma su relevo en el club, como responsable de la cantera, Vicente del Bosque, también vive en primera persona una situación no ajena a la de su ‘jefe’. Hasta en tres ocasiones salta del despacho al banquillo. En la primera (1993-94) para sustituir a Benito Floro (12 partidos). La segunda, con solo un encuentro (victoria en San Mamés, 0-5) como transición entre Valdano y Arsenio y la tercera que resultó ser definitiva en la 1999-2000. Aterrizó para sustituir a Toshack, ganó la Champions y continuó tres temporadas más en las que ganó otra Liga de Campeones, la Intercontinental, dos Ligas y dos Supercopas.

El club de ‘las terceras partes’… y Voro

Raro es el club que no tiene en su armario un entrenador de cabecera al que recurrir en situaciones de máxima necesidad. Son entrenadores universales que dejaron huella en el pasado en el club en cuestión y que forman parte de lo que se podría denominar el ‘club de las terceras partes’. Entre ellos, en el Valencia, por ejemplo, aparece la figura de Alfredo di Stéfano. Tres periodos que abarcan casi dos décadas. En su estreno en el banquillo de Mestalla (1970-1974) ganó la Liga el primer año. En la segunda (1979-80) conquistó la Recopa y en la tercera experiencia (85-88) vivió un descenso con su consiguiente ascenso.

Javier Clemente, en su dilatada trayectoria en los banquillos, presenta un doblete en el club de ‘las terceras partes’. Lo consiguió con el Athletic y el Espanyol. John Benjamín Toshack logró en la Real Sociedad lo que solo había conseguido Elizondo, entrenar también al equipo en tres etapas diferentes.

En el Sevilla, Caparrós distanció su primera presencia en el banquillo del Pizjuán (2000-05) más de una década de la segunda y la tercera (17-18 y 18-19). Ya antes en Nervión se había vivido una situación particular, la de Ramón Encinas. El técnico gallego dirigió al club hispalense antes de que se crease la Liga (1925-28). Con él en el banquillo el club ascendió a Primera (1933-34) y en su tercera etapa ganó la única Liga sevillista (1945-46).

Casos insólitos

Roque Olsen entrenó seis veces al Córdoba y cuatro al Elche y a Las Palmas. Mesones dirigió cinco veces distintas al Elche y tres al Murcia, Cartagena 
y Salamanca

Arsenio se sentó por primera vez en el banquillo del Deportivo en enero de 1971 y cubrió tres épocas bien dispares hasta disputar su último partido en junio del 95 ganando la final de Copa al Valencia. Más acreditados en este selecto club de ‘las terceras partes’ son Helenio Herrera (Barcelona); Antic (Atlético); Luis Costa y Víctor Fernández (Zaragoza); Manzano (Mallorca); Yosu (Racing); Novoa (Sporting); Paquito (Villarreal); Joseíto y Alcaraz (Granada); Antonio Fernández (Málaga); Cantatore (Valladolid)… y no son los únicos.

Situaciones bien distintas son las que protagonizan los denominados técnicos de la casa, siempre con el billete de cercanías de ida y vuelta preparado. En este apartado destaca por encima del resto la figura y el profesionalismo de Voro. Su caso en el Valencia no tiene parangón. Siempre preparado para suplir al técnico destituido y casi siempre le ha tocado a final de temporada. Desde 2008 a 2021, hasta en siete ocasiones se ha hecho cargo del primero equipo. Ha sido recambio de Koeman (5 partidos); Pellegrino (1); Nuno (2); Ayestarán (3); Prandelli (25 partidos), Celades (6) y Javi Gracia (4).