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REAL MADRID

Valverde: “Dudé si aceptar el 8, temía no estar a la altura”

“Necesito mejorar en tranquilidad y visión de juego”, analiza en una emotiva entrevista con France Football. Sobre el Balón de Oro: “Este año, Top-15″.

Valverde: “Dudé si aceptar el 8, temía no estar a la altura”
Juan MedinaREUTERS

Palabra de Halcón. De cuarto capitán. Y nominado al Balón de Oro. Valverde se ha sincerado, como pocas veces, con France Football: “En el fondo quería el 8 más que nada, pero tenía dudas, el miedo de no estar a la altura”. El uruguayo agradece a su familia los esfuerzos que hicieron en sus comienzos y se deshace al hablar de su esposa, Mina Bonino: “Me dio lo que me faltaba, madurez y confianza”. Define a Zidane como un “padre” y recuerda el consejo que le dio Casemiro: “Hay que trabajar, pero también disfrutar, que todo se acaba”. No olvida las malas “el descenso del Dépor fue una mancha imborrable; algunos piensan que me da igual, pero no. Espero que vuelvan pronto a Primera”). Elogia a Bielsa (“física y mentalmente te mata, pero todo lo que sale de la boca es bueno”) y opina sobre cómo firma acabar en el Balón de Oro: “Este año, Top-15; el que viene, Top-10... y así sucesivamente”. Una charla que merece la pena.

Valverde, con el Real Madrid.
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Valverde, con el Real Madrid.Susana VeraREUTERS

Entrevista con France Football

―¿Cómo fueron sus inicios?

―Mis padres lo dieron todo por mí... se lo agradeceré hasta que muera. No hace falta bañarse en oro para ser feliz; en aquel momento yo lo era con lo que tenía. Con lo que teníamos. Evidentemente no dormía en la misma cama que hoy, no tenía la casa en la que vivimos aquí, en Madrid. Pero este camino, estos valores son los que me han permitido llegar al Real Madrid.

―¿Qué me dice de la timidez?

―Siempre he sido muy tímido. Todavía lo soy. Pero he madurado, sobre todo gracias al nacimiento de mis hijos. Tuve que reforzarme por dentro, aunque sólo fuera para mostrarles el camino. Evolucioné, pero no sólo gracias a la paternidad.

―¿Gracias a qué más?

―Mi esposa también jugó un papel importante en todo esto. De hecho, ella me dio confianza. Si hoy puedo sacar un poco el pecho en el campo o ser realmente quien soy fuera de él, es gracias a ella.

―¿Cómo es el ambiente ahora?

―Ella es periodista y, como toda buena periodista, siempre critica mis partidos (ríe). Siempre ha sido así. Cuando nos conocimos, rápidamente hablamos de fútbol, debatíamos. Ella me criticó porque no hice esto o aquello durante un encuentro. Pero sobre todo me dio lo que me faltaba: madurez, confianza en mí mismo. Gracias a ella me deshice de una la timidez en el campo. Ella hizo que las cosas malas desaparecieran.

Valverde y Mina Bonino, tras ganar la Copa del Rey en 2023.
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Valverde y Mina Bonino, tras ganar la Copa del Rey en 2023.JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

―También ha cambiado mucho en el campo. Al principio parece que ni siquiera le gustaba defender...

―Es cierto (ríe). Pero así es la vida: siempre digo que un jugador crece cada día como persona, como futbolista, como padre, como hijo, como hermano... Siempre hay algo que corregir. Pero, para ser honesto, el pequeño Federico nunca se imaginó mejorando tanto, y mucho menos defensivamente. Creo que fue aquí, en el Real Madrid, donde realmente se desarrollaron mis habilidades defensivas. Y eso es lo que me ayudó a llegar a este nivel, a convertirme en el gran jugador que hoy, creo, soy.

―Podemos imaginar la emoción cuando supo que el Real Madrid quería ficharlo...

―Jugamos la Copa América Sub-17 en Paraguay. Y creo que fue justo antes de un partido contra Argentina. Mis padres dormían en el mismo hotel que nosotros y me pidieron que fuera a su habitación. Al ver sus caras, supe que algo estaba pasando. Nunca había visto llorar a mi padre. Verlos así fue conmovedor. Pero, para ser honesto, me preguntaba si no sería una broma. Luego, cuando te das cuenta de que es verdad, ¿cómo quieres volver a la cama? Fue un sueño, estaba feliz.

―¿Le gusta la rutina exigente?

―Sí, más que cuando era joven. De todos modos, con tal de estar en el once... ¡Sería incluso portero! Bueno, como tenemos al mejor del mundo, es poco probable que eso suceda. Ahora en serio, con el tiempo he aprendido a defender, a ser proactivo en áreas donde el entrenador me necesita. Intento dar lo mejor de mí, defensiva u ofensivamente. Por supuesto que me gusta marcar, pero hay veces que no es lo que se espera de mí. Los partidos hay que acabarlos agotado. Es algo que me enseñó Néstor Gonçalves (su reclutador en Peñarol): hay que volver a casa con el sentimiento del deber cumplido.

“Los partidos hay que acabarlos agotado”

Valverde, con France Football

―Cuando tienes un perfil tan polivalente como el tuyo... ¿No te puedes dispersar?

―Sólo intento adaptarme. A veces el míster quiere que juegue como volante y, otras, de pivote. ¡Incluso jugué de lateral, con Zidane y Ancelotti! Yo lo doy todo, en todas partes. A veces funciona, a veces no tanto. Pero creo que, en cualquier caso, ser polivalente te da más posibilidades de ser titular.

―También ha pasado etapas duras. Como aquel descenso con el Deportivo...

―Sí. Caímos... y nunca pensé que terminaríamos así, teniendo en cuenta los jugadores que teníamos. Fue duro, pero me hizo crecer. Algunos debieron pensar que me daba igual, que iba a volver tranquilamente al Madrid. Pero sufrí mucho. Creo que soy un jugador al que le gusta defender los colores que viste y decirse a sí mismo que lo dio todo. Aquello fue una mancha imborrable. Espero que vuelvan pronto a Primera.

―¿En aquel momento le parecía posible convertirse en indiscutible del Madrid?

―No precisamente. Al final de temporada no sabía si me iba a quedar en el Dépor, o no. Y luego tomamos la decisión de hacer un año más, para intentar retomar el rumbo. Yo me sentía culpable. Pero Lopetegui me llamó para decirme que quería que volviera para hacer la pretemporada. No voy a mentir, fue una alegría inmensa. Y una mezcla de sentimientos, de hecho, porque no había digerido el descenso. Pero entonces, mi mayor sueño estaba a punto de hacerse realidad...

―Lopetegui fue quien confió primero, pero Zidane jugó un papel clave...

―Siempre lo admiré como jugador y leyenda... pero luego se convirtió en un padre. Al menos así lo viví yo. Siempre estuvo atento a mí, a mi familia... Eso es realmente lo que más aprecié de él. Jugase mucho o no, él siempre estuvo ahí para ayudarme, para hablarme tras los entrenamientos. Eso es hermoso.

―¿Ocurre lo mismo con Ancelotti?

―Son muy parecidos. Es la misma manera de ver el fútbol: hablar y transmitir. Son dos entrenadores que conocen a la perfección a cada jugador que dirigen. Además, desprenden buenas vibraciones Positivismo. Y eso es valioso para nosotros.

―Pero Bielsa, su seleccionador, si debe ser diferente...

(Ríe) ¡Claro! Es otra manera de ver el fútbol, otra manera de vivirlo, de transmitirlo. Con él se trabaja mucho más. Físicamente mata. Y mentalmente... también. A veces tu cabeza dice ‘estoy cansado’. Pero, en definitiva, corresponde a lo que espera durante los partidos. Existe ese deseo de morder, de hacerlo todo intensamente, esa locura que cansa mentalmente... pero que da sus frutos. Todo lo que sale de la boca de Bielsa es bueno.

Valverde, con Uruguay.
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Valverde, con Uruguay.TIM NWACHUKWUAFP

―Lo apodan “el loco”. En el Madrid, ¿quién es el más loco?

―Rüdiger, sin dudarlo. Nunca entenderé por qué este tipo está tan loco. (Ríe) Pero, en el día a día, es bastante positivo tener alguien como él en un vestuario.

―¿En qué le gustaría progresar?

―En la forma de atacar los espacios. Necesito hacerlo más. También diría que necesito mejorar en tranquilidad y visión de juego. Es absolutamente necesario que mantenga mi intensidad, mi manera de querer darlo todo siempre, a lo uruguayo, pero mostrando calma y claridad mental. Y si no, podría ser bueno mejorar mi zurda.

“Necesito mejorar en tranquilidad y visión de juego”

Valverde, con France Football

―Ancelotti habla constantemente de ser “compactos”. Sinónimo de Valverde. ¿No?

―Mi opinión es que hay jugadores que no necesitan defender. Está bien que nos ayuden de vez en cuando, pero es como los defensas: nadie espera que ataquen durante 90 minutos, ¿no? Es una cuestión de entender el juego. Personalmente, no me importa correr por detrás de nuestros delanteros, para que ellos luego se beneficien. Lo que quiero es que marquen dos o tres goles.

―¿Fueron Casemiro, Kroos y Modric quienes también le transmitieron todo esto?

―¡Jugar con ellos te ahorra algunos años! Me dieron muchos consejos. Te hacen sentir que estás en el club más grande del mundo y que debes tener hambre de ganar. Pero lo más importante es que te tratan como a un hermano, o un hijo. Nunca olvidaré lo que hicieron por mí. Son referentes diarios por su impecable comportamiento.

―¿Qué consejo tiene todavía en mente?

―Casemiro me insistió mucho en que trabajara, pero también que disfrutara del Real Madrid. Me advirtió: “No siempre somos conscientes, pero todo llega a su fin”. Era una manera de decir que había que aprovechar al máximo cada día en Valdebebas.

―¿Hablaba más con Casemiro que con Kroos?

―Ah, Toni... Como aficionado no tenía más que admiración por él, por sus cualidades técnicas y tácticas. Le habría dado un Balón de Oro. Y luego llegué a conocer a la persona. Era un tipo cercano a los jóvenes, que daba consejos y quería ayudar. Siempre tuvo buenas intenciones. La verdad es que jugar un solo minuto con jugadores de esta categoría ya habría sido suficiente para hacerme feliz.

Valverde, con el Real Madrid.
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Valverde, con el Real Madrid.JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

―Hoy es usted quien lleva el 8. ¿Dudó en aceptar?

―¡En casa hablaba mucho de ello con mi esposa! En el fondo quería este número más que nada, pero no sé, tenía dudas, el miedo de no estar a la altura. Hablamos de un jugador que ha marcado la historia de este club. ¡La historia del fútbol! Al final, mi mujer me dijo: “Tienes que aceptar lo que te mereces. Si el club te ofrece su número, no lo rechaces”. Dudé mucho, dudé. Pero finalmente acepté. Y ella tuvo mucho que ver.

―¿Considera que le corresponde desempeñar un papel de ejemplo para los jóvenes?

―Ahora que soy uno de los mayores, sí (ríe). Intento desempeñar el papel de anciano para Güler y Endrick. Transmitirles lo que me enseñaron cuando estuve en su lugar. Y, por supuesto, divertirnos. Aquí no veo a nadie envidioso. Veo amistad y mucha felicidad cuando un colega logra un objetivo y tiene un gran partido. Estamos fuertes, unidos. El equipo es joven, pero ha heredado el deseo de ganarlo todo.

“No veo envidiosos en este vestuario”

Valverde, con France Football

―¿Cómo ve al equipo lo que va de temporada?

―Creo que somos, actualmente, el mejor equipo del mundo. Simplemente tenemos que mantener este hambre del que acabo de hablar. También debemos cuidar nuestras primeras partes. A veces entramos al campo demasiado relajados, como si estuviéramos guardándolo todo para la segunda mitad. Toca corregir eso, salir a machacar desde el comienzo.

―¿Cómo ha sido el día a día de Mbappé desde su llegada?

―¡Espectacular! Kylian, todos lo sabemos, es uno de los mejores del mundo. Tenerlo aquí, gracias a dios, es una enorme satisfacción. Sufrí contra él cuando jugaba en el PSG o en Francia. Es esquivo. Hoy, puedo disfrutarlo como compañero, mis hijos pueden verlo. Muchos dijeron que iba a romper el vestuario a traer conflictos... pero eran rumores. Es una hermosa persona. Y su español es impresionante, mejor que el mío (ríe).

―Como él, ahora es uno de los 30 mejores del mundo desde que fue nominado al Balón de Oro...

―Una locura. Pero sé quién está nominado y aún estoy muy lejos de ganarlo. El anuncio de la lista fue una alegría enorme. No sólo por mí, sino también por mi familia, por las personas que trabajan a mi lado. Era un sueño de infancia y pude ver lo que representaba el Balón de Oro cuando lo ganaban Modric o Benzema. Fue una alegría inmensa compartir ese éxito con ellos y me encantaría poder revivirlo pronto.

―¿Dónde le gustaría terminar en el ranking del Balón de Oro?

―Si termino entre los quince primeros, estaré muy feliz. Pero siempre hay que aspirar a mejorar. Para este año vamos a decir Top-15. Miramos al Top-10 para el año que viene... y así sucesivamente. Siempre hay que apuntar más alto, año tras año. De lo contrario, nos estancamos.

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