“Vallecas es lo más. Ese es el éxito de la San Silvestre”
El Rayo estuvo presente en los primeros pasos de la carrera. Los empleados y las peñas franjirrojas ayudaron a su alma máter, Antonio Sabugueiro.
Sólo hay una cosa tan vallecana como el Rayo y esa es la San Silvestre. Era difícil que compartiendo cuna sus vínculos no fueran más allá y es que la carrera más popular de España dio sus primeros pasos al abrigo del club franjirrojo. El alma máter de la San Silvestre, Antonio Sabugueiro, era directivo del Rayo y Pedro Roiz Cossío le nombró en 1966 vocal delegado de las secciones de la entidad, que llegó a tener béisbol, baloncesto, rugby, hockey patines... hasta colombicultura. Eso sí, su gran pasión siempre fue el atletismo.
La idea de usar las calles de Vallecas como escenario de una carrera nació en una de las más icónicas de Vallecas, en el número 6 de la calle Monte Igueldo, donde se levantaba la cafetería de Bella Luz y donde una placa recuerda su emplazamiento. Ahí, a escasos 120 metros de Puente de Vallecas, Antonio Sabugueiro, Carlos Roa y Manolo Fernández se decidieron a dar el paso en 1964. Medio en broma y medio en serio. Ninguno de estos tres amigos podía imaginar la dimensión que alcanzaría seis décadas después. Ese primer Gran Premio de Vallecas de Cross recorrió, aquel 27 de diciembre, 2,7 kilómetros, cuyo alfa y omega estuvo en el Bulevar Peña Gorbea. Sin cortes de tráfico, había que esquivar obstáculos. “Los organizadores paraban los coches como podían. Los conductores y los peatones se escandalizaban al verles corriendo en calzoncillos”, bromea Antonio Sabugueiro hijo.
El presupuesto fue de 5.000 pesetas —las que les cedió el jefe municipal de Deportes del distrito—, participaron 57 atletas y ganó Jesús Hurtado. La crónica de José Luis Gilabert en Marca rebautizó a este clásico como “San Silvestre Vallecana” y así es como pasó de celebrarse el último domingo de diciembre al día 31. “Quienes más se implicaron fueron las peñas del Rayo. Se recorrían todos los comercios del barrio y recolectaban regalos para quienes primero cruzaran la meta”, asegura Sabugueiro. Ese arduo trabajo de los aficionados franjirrojos se concentraba en diez o doce días. Más tardaba Magdalena Cárceles, secretaria del club durante 37 años, en hacer las inscripciones, la entrega de dorsales... y un largo etcétera. “También mandaba cartas para pedir trofeos a todos los clubes de Primera y Segunda”, recuerda el hijo de su impulsor, que recibió la insignia de oro y brillantes del club vallecano en 1974.
Los caminos del Rayo y de la San Silvestre se bifurcaron en la década de los 80, cuando Antonio Sabugueiro obtuvo la patente y se emancipó del club, pero nunca se han llegado a separar del todo. Y es que desde la segunda edición, el final de la carrera internacional se situó dentro del estadio de Vallecas. Del antiguo y del “nuevo”, ese que se inauguró en 1976. “Es más, durante el exilio en Vallehermoso, se ponían unas gradas en la calle Payaso Fofó con público que simulaban el estadio”, afirma el hijo del ideólogo de la Sansil. Edición tras edición, la participación fue creciendo y se abrió a corredores populares en 1977, gracias a la ocurrencia de otro periodista, Pepe Domingo Castaño. Hoy en día alcanzan las 40.000 inscripciones. Ni el COVID la frenó. “Nos llevamos el circuito de la internacional a la zona de la Ciudad Deportiva del Rayo, la del Ensanche, porque los vecinos no querían que saliera de Vallecas”, esgrime Sabugueiro, que añade: “Vallecas es lo más de lo más. Ese es el éxito de la carrera. Los atletas siempre dicen que te da alas”.
Este 2024 el Rayo cumple cien años y la San Silvestre 60. Hay motivos para celebrar. Muchos serán los aficionados franjirrojos que corran por las calles del barrio para despedir el año, como en ediciones pasadas hicieron ilustres rayistas como Míchel, Pedro Riesco y Sandoval. También habrá una notable participación femenina, algo que se dio por primera vez en 1981. El momento más especial de este martes estará relacionado con los orígenes, cuando Luis García, vuelva a tomar la salida, como hizo aquellas navidades de 1964. Con más de 80 años en sus piernas, Vallecas le recibirá con honores.
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