Una temporada que se le está haciendo demasiado larga al Pucela
Desde los primeros partidos se vio que el Real Valladolid tendría complicado permanecer, pero posteriormente demostró que la plantilla no llega ni para competir.
Hace muchas semanas, demasiadas, que la Liga terminó para el Real Valladolid. Casi desde el inicio de la temporada se percibía que la plantilla compuesta por el director deportivo en Zorrilla, Domingo Catoira, el director deportivo en la sombra brasileña, Paulo André, y su jefe, Ronaldo Nazário, no tenía ninguna opción de permanencia. Con el tiempo, la perspectiva fue empeorando, más si cabe, hasta el punto en el que los blanquivioletas no son capaces de competir en muchos partidos, haciendo el ridículo de manera continua, arrastrando el escudo y la camiseta de un club casi centenario por la desfachatez de unos y la falta de compromiso del otro, que hace tiempo que no le hace caso al “juguete”. La temporada se está haciendo larga y visitar al Atleti hoy es un marrón para el Pucela.
Ronaldo, que fue uno de los mejores jugadores de la historia, ha fracasado como presidente. Quien vea una buena gestión del club sólo puede estar cegado por su “pasión” por el jefe. Da igual que la marca Real Valladolid sea más conocida, eso dicen, o que la estructura del club haya mejorado e, incluso, que Zorrilla sea un recinto más decente, porque en el fútbol lo que vale es que entre la pelotita. Si el gol y las victorias no llegan lo demás no vale de nada. Y, lo cierto, es que cuando se mire la trayectoria de Ronaldo como presidente blanquivioleta, lo que quedará es que descendió tres veces en cinco años, como aquel Depor de los años 60.
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De esta manera, el Real Valladolid se presenta en el Metropolitano con la vitola de víctima propiciatoria. Un partido que debería ser para soñar con una gesta tiene visos de ser una nueva entrega de sufrimiento. Y es que así no hay manera de disfrutar en las actuales circunstancias. Sin opciones de salvación, con una plantilla, donde la mitad no van a seguir la campaña que viene y un ambiente “difícil” en el vestuario, acudir al partido ante el Atlético es un marrón. Y, después, todavía quedarán siete partidos...
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