Una paseo por las emociones
Los protagonistas del ascenso inundados por el éxtasis del ascenso.
Lloraba desconsolado Pejiño en el césped, mientras García Pimienta analizaba —aguantando sus lágrimas— la dureza de la final ante el Alavés: “Es un equipazo, hemos competido contra auténticos cocos y los chicos se lo merecen todo. Teníamos una idea e íbamos a ir a muerte hasta el final, estos chicos solo saben jugar de una manera y lo han hecho. Y cuando ha tocado competir, como el partido de hoy, también lo han hecho, vamos a celebrarlo mucho”.
En el mismo césped, Fabio segundos después del pitido final reconocía a los medios del club. “Creo que tengo el tobillo roto… hace justo seis años ascendí con el filial a Segunda B y hoy ha sido a Primera… no puedo describirlo”, comentaba el de Ingenio, mientras en tanto Sergi Cardona en una explosión de emociones socarronamente pedía “no me saquen así”.
Uno de los centros de atención era Kirian, quizá el gran impulso organizativo del último momento para el conjunto amarillo cuando pisó el césped por primera vez los amarillos estaban groguis en La Romareda y al borde de que un puñetazo los tumbara ahora en la élite. “Somos de Primera. Increíble lo del equipo, hasta el final… Mira esto, mira a la gente… Es precioso. Esto tiene un significado de lucha y de trabajo y aquí estamos”, recordaba el de Candelaria.
Alberto Moleiro uno de los grandes agitadores de la temporada estaba eufórico: “Lo hemos conseguido, esto es increíble. Nos lo merecemos todos”. Coco, otro de los valores jóvenes amarillos, entre sollozos explicaba lo que le pasaba por la cabeza. “Es muy emocionante, hemos peleado mucho para tener esto. Ha costado mucho pero ver a la isla así… cómo nos han arropado… no tiene precio. Gracias a la afición por estar siempre ahí, nos han hecho fuerte en los momentos en los que hemos flaqueado, por eso esto es de todos”.
Sandro, el goleador que apareció cuando más se necesitaba repasaba su año también sobre el tapete del Estadio de Gran Canaria. “Muy difícil en lo personal, he tenido muchas lesiones. Me costaba arrancar y creo que he terminado muy bien la temporada, ayudando al equipo en todo lo posible y contento porque la isla se lo merece. Vine para esto”.
Vitolo Machín, quien festejaba con una muleta y la camiseta de las pintaderas, era claro a la hora de explicar si sentía lástima por no haber estado en el césped: “Hasta ayer estaba en el hospital por una infección de rodilla y hoy estoy aquí, con eso para mí ya he ganado”. Y con la misma franqueza describió lo que significa para él este ascenso: “Subir con el equipo de tu tierra no lo paga nada, ni trofeos ni nada. Es lo más grande. Nos hemos merecido subir por méritos nuestros y hemos hecho un año muy bueno y al final se ha podido dar. Si me llego a retirar del fútbol sin conseguir un ascenso hubiera sido una espinita pero gracias a Dios mis compañeros han podido dármelo. Hoy es el día más feliz de mi vida”.
Por último Viera, la gran figura de Las Palmas no iba a ser menos en su alegría que sus compañeros. “Lo dijimos en el vestuario. Todo lo que habíamos conseguido no era vano y que el equipo lo iba a volver a pelear. Aquí está. La alegría de todos nosotros y muy contento porque es mi segundo ascenso. Este es muy especial, sobre todo por la edad”.
En la memoria retumbaba su promesa de devolver el equipo a Primera. Se marchó en mitad de la última temporada a China y en su regreso fue categórico cuando afirmó que venía para subir a Las Palmas. “A veces cuando digo cosas, me digo después… son complicadas. Pero se pudo cumplir y me he quitado un peso muy grande porque en 2018 lo dije, que les debía una y aquí está ahora puedo dormir un poquito mejor por las noches y celebrarlo con mi mujer, mi madre y mi hijo ha sido muy especial”.