SUPERCOPA | REAL MADRID-BARCELONA
Una final con consecuencias
Xavi busca su primer título como entrenador del Barcelona y el Real Madrid, un rearme moral ante su desventaja en LaLiga. Courtois y Ter Stegen son las dos estrellas inesperadas.
Será el Clásico oficial número 251 de la historia, duelo repetidísimo que nunca cansa porque siempre se espera algo nuevo. En este caso, el primer título de Xavi como técnico azulgrana o un nuevo pinchazo que menoscabaría mucho su crédito. El Madrid tiene el estómago más lleno, pero persigue un sextete histórico y un golpe moral que le ayude en LaLiga. En cualquier caso, será un partidazo global que Arabia celebra: ha tenido que esperar al tercer intento para que llegase la final soñada (sigue el partido en directo en As.com).
A pesar de que su historia no es demasiado larga, la Supercopa es el torneo en el que el Madrid y el Barça han disputado más finales, con una abrumadora superioridad blanca (6-1), aunque los azulgranas tienen más títulos (13-12) en el cómputo general. Hoy no valdrá de nada ni lo uno ni lo otro porque no hay en el fútbol dos momentos iguales. Ahora el viento sopla a favor del Barça, líder en la Liga y con una plantilla más amplia y menos quebrantada.
El Madrid ha quedado muy desarmado atrás. Antes del viaje a Riad se cayó Alaba, que esta temporada ha bajado la silla al suelo, y ante el Valencia se lesionó para mes y medio Lucas Vázquez. Militao también abandonó el choque por un balonazo en el parietal izquierdo, pero estará. Carvajal y Mendy pasan por sus peores momentos. El primero falló en el Mundial y no ha recuperado su mejor nivel pese a que no ha sufrido esta temporada lesiones importantes. El francés ni siquiera fue a Qatar y ha cometido graves errores decisivos. Tampoco Rüdiger, el tercer central, le ha cogido el hilo a la temporada. Y Tchouameni, la penúltima barrera, es baja. Así que queda Nacho, un central estupendo pero sin márketing. Ha jugado la mitad de minutos que Rüdiger sin razones objetivas que lo justifiquen. En la Champions ha tenido más opciones que en la Liga y no defraudó.
La vigilancia de Vinicius
El Barça, en cambio, puede presumir de impermeabilidad. Solo ha encajado seis goles en la Liga, fundamentalmente porque su portero, Ter Stegen, ha vuelto a máximos. También Araújo está recuperado de su larga lesión y puede ser, de nuevo, el artificiero del explosivo Vinicius. De los cuatro partidos que Xavi ha jugado ante el Madrid, ganó los dos en que el uruguayo actuó de lateral derecho. La vigilancia del brasileño parece crucial: el 42% de los tantos del Madrid se fabrican desde la izquierda por un 13% desde la derecha. Para ayudar a Araújo estarán Koundé y Christiansen, que han fortalecido mucho lo que durante tiempo fue la parte más desatendida de la plantilla. Quizá jueguen los tres, más Jordi Alba.
Quedan más incógnitas sobre el once del Barça que sobre el del Madrid. De cuando en cuando, en partidos exigentes, Xavi mete un cuarto centrocampista (De Jong, con Gavi o Pedri vencidos a la izquierda) a costa de un extremo, pero no lo ha hecho en ninguno de sus duelos ante el Madrid (dos de Liga, uno de Supercopa y un amistoso). En el último choque, en el Bernabéu, alineó de salida a Raphinha y Dembélé. No funcionó y no repitió la fórmula hasta el jueves, ante el Betis, doce partidos después. Le fue mejor con Ansu Fati.
En la semifinal quiso Xavi reservar a Busquets, pero el cuerpo le pide sacarle ante cualquier contingencia. Así que jugó 57 minutos. Todavía hoy es el quinto jugador más utilizado de la plantilla. Lo mismo sucede, al otro lado, con Modric, al que se guardó inicialmente Ancelotti ante el Valencia y del que acabó tirando durante 75 minutos. Camavinga, recuperado, aún no se le acerca.
Lewandowski y Benzema
En las últimas grandes citas, Ancelotti juntó a sus tres centrocampistas de cabecera con Valverde. Hoy, sin Tchouameni, tendrá que optar por insistir con Rodrygo o abrigarse con Ceballos. En cualquier caso, el partido debe pasar por los dos porteros, agigantadísimos tras sus heroicas actuaciones en las semifinales. Ter Stegen ha encajado menos goles con un número de paradas similar a Courtois. Pero hay poco que achacarle al belga. El Barça es el equipo que menos disparos recibe en LaLiga, mientras que hay siete equipos menos bombardeados que el Madrid.
Arriba hay empate técnico. Lewandowski presenta mejores cifras globales que Benzema, producto de las lesiones de este, pero el francés, que jugará su clásico número 40, ha marcado cuatro goles en sus últimos tres partidos (tres de ellos de penalti). El polaco participa en el 60% de los tantos del Barça en la Liga. Benzema, en un 31%. Ese déficit lo compensa Vinicius, ligeramente superior en producción ofensiva a Dembélé. Ambos traerán lo imprevisto al duelo.
De los datos recientes se deduce que el Barça tendrá más la pelota y estará más protegido en defensa, pero el Madrid será superior en sus remates desde fuera del área y en la estrategia. También ofrece mejor rendimiento anotador en los últimos minutos. El partido blanqueará si se alarga, más si se tiene en cuenta que el Madrid ha tenido 24 horas más de descanso. El balón parado es muy favorable a los de Ancelotti: siete goles frente a dos en el campeonato doméstico. Y lo mismo vale si se mira la historia: el campeón de Liga casi dobla en títulos al de Copa o los invitados en este formato cuadrangular. El duelo, con todo, ofrece equilibrio y relevancia: ganar condecora y es una inversión moral para lo que se avecina.
