Una demolición para coleccionistas

Uno de los negocios en boga en la industria deportiva es la memorabilia. En Estados Unidos la adquisición de recuerdos relacionados con el deporte mueve enormes sumas de dinero. Y si hablamos de dinero, el Barcelona, que anda buscándolo bajo las piedras efectivo que le pueda solventar una situación de crisis que el propio presidente del club, Joan Laporta, resumió en su última comparecencia del jueves pasado diciendo que “hemos sacado al Barça de la ruina que le amenazaba”, busca cualquier manera de aumentar ingresos.

Si a la necesidad económica se le une el auge de la adquisición de recuerdo y también la demolición del Camp Nou, la fórmula parece clara. Y el Barcelona no piensa desaprovecharla.

La demolición de la estructura del Camp Nou empezó esta temporada con la retirada del marcador del Gol Sur y el derrumbe parcial de el tercer anillo de esa zona del estadio, pero este verano se iniciarán las obras que durarán en principio 16 meses en los que el club blaugrana jugará en el Estadi Olímpic Lluís Companys. El Barça está dispuesto a sacar el máximo beneficio de esta demolición ofreciendo a los socios y abonados la imposibilidad de poder quedarse los asientos u otros elementos del estadio. Una oferta para coleccionistas.